Capitulo 17

4.4K 276 12
                                    

—¡Por fin!— decreté con el móvil nuevo entre mis dedos. Luego de varios días pude conseguirlo, cuando lo prendí tenía más de diez mensajes todos de Nely, mi madre, y uno de mi padre.

Ignoré todos menos el de mi madre, ya que la fecha era después de mi visita con Abril; acerqué el móvil a mi rostro y ahí estaba.

Madre: Que hermosa tu novia, Kenneth. Tu padre está contento que por fin sientas cabeza, y yo estoy feliz porque te veo feliz.

Sonreí, porque si era feliz. Cada momento con Abril había sido mágico y únicos; no tenía comparación con nada que había vivido en esta puta vida, y me di cuenta que no había vivido hasta que esta chica de nuevo había aparecido.

—Ya te habías tardado en conseguirlo—masculló Bruno detrás de mí. Había entrado a la habitación unos minutos antes que mí, pero había decido tomar una ducha colocando su música favorita y cantando como loco.

—Es que tuve que prostituirme— afirmé, y no era broma. Tuve que pedirle dinero a Nely, aunque yo lo miraba como un anticipo a mi salario más que un pago o soborno.

—Ya quisiera yo cogerme a esa monita que tienes—Alzó sus manos y comenzó a moverlas formando las curvas bien formadas de la rubia.

—Aja, como si no te viera que te mueres por una sola mujer...

—¿Perdón? Jamás, ni en un millón de años podría dejar mi vida por una sola Patricia—Me interrumpió, chasqueando la lengua.

Reí ante su comentario y añadí: —Lo que pasa, es que yo no mencione a Paty ¿O sí?

El semblante de Bruno cambió de suave ha endurecido, tensó su mandíbula y gruñó para sí mismo; sabía que él estaba enamorado de Patricia aunque no quisiera aceptarlo, ella también había cavado hasta llegar a su egoísta corazón que se negaba a ver lo que estaba a la vista.

—Ah—sacó su dedo mientras se mofaba—, el punto es... ¿Estás listo?

—No, pero la hora se acerca.

—Ay, Kenneth en qué pussy te estas convirtiendo; solo por favor, no termines con mariachis la noche—se rio.

No le veía para nada la gracia, y aunque no parecía mala idea no le daría el gusto de ser víctimas de sus bromas por toda la vida.

**

—¿Qué horas son?—preguntaba mientras miraba el cielo iluminarse más por las estrellas. Patricia, había quedado en llevar a Abril a las nueve de la noche y sentía que cada vez era demasiado tarde.

—Cálmate, apenas han pasado cinco minutos. — Me tranquilizó mi amigo, entre mis manos llevaba un ramillete elaborado por las flores que habíamos encontrado entre los rosales. Este era mi primer intento de romance, así que no podía estar calmado.

—Pero vamos, que ya es tarde—grité mirando al mar, todo había sido  en vano.

«Respira Kenneth, estas paranoico— Bruno sacó un cigarro brindándomelo, era una buena idea, pero en este momento un cigarrillo no me ayudaría sino que ver caminar a esas dos chicas.

Al final me venció, y tomé entre mis manos el tabaco; recordé la noche en que Abril fumaba uno de estos y lo sensual que se miraba cuando soltaba el humo entre el hueco de sus pequeños labios.

Suspiré para calmar mi amigo, joder, solo de pensarla me estaba calentando.

—¡Vaya, vaya!— interceptó una voz seductora en mi oreja—. Recuerdo cierta persona que me dijo que esto  era malo—finalizó quitando de entre mis dedos el puro y  sorbiendo un poco de humo.

Sueños de Juventud (SDI #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora