Capítulo 8

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Pero, ¿qué había hecho en esta vida para merecer ese karma?, sabía que el trato de Abril hacia mí fue justo; no debí haberla besado, pero no pude resistirme. Tenerla tan cerca, tenía que hacerlo aunque me costó toda mi dignidad.

—Oye, ¡amigo!— la voz de Asa, hacía eco en mi cabeza.

Giré al escucharlo, caminaba un poco tambaleante por la ebriedad que se cargaba a esta hora. Mierda, no estaba para verlo en este momento. — Qué necesitas— cuestioné, sin mirarle a los ojos.

—Abril— resopló con dificultad—, ella estaba acá hace unos minutos — bajó su mirada al piso y añadió—. Ella es un tanto difícil de seguir, ¿sabes?

«Joder, no necesitaba oír esto. Asa, queriendo compartir conmigo sobre Abril. »

—Bueno, es problema tuyo. La verdad tu vida privada— mascullé, ignorando sus tontos intentos de balbuceos.

—Kenneth, en serio. Necesito coger, y ella da unas ganas de hacerlo— dice, y mis puños se contraen. Cálmate, pensé. Era un tonto con necesidad de llamar la atención, además, si Abril pudo salir de mi agarré podrá hacerlo de este pendejo—, pero no pasa de esta noche.

Perro, cómo puede hablar de ella así. Abril, no se merecía eso. Ni esta noche, mucho menos cuando yo fui que lo hice.

Lo dejé hablando pestes de la mujer a la que acabo de besar, me sentía molesto, quería matarlo; pero no podía, Abril definitivamente no deseaba nada conmigo, pues tal vez si con él. No podía entrometerme a algo que yo inicie, solo debía estar al margen por si ella necesitaba ayuda, aunque no la quisiera.

Me senté junto a Raúl, que estaba solo. Bruno, no había llegado, y de seguro estaba demasiado ocupado y entretenido para molestarse en aparecer; cuando él me rogó que viniera. Cabron, él era el único que la estaba gozando en esta jodida reunión.

—Por qué tuvimos que crecer— confesé, sopesando mi comentario. Era mucho mejor cuando todo era playa, y ahora la adultez. Bueno. Apesta.

—Es algo de la vida, debes de crecer para comprender el pasado y ansiar el futuro. — Raúl decía, mientras sacaba una cerveza del balde que estaba junto a nosotros.

Sin duda alguna, él tenía razón. Debía entender que hice mal, bueno todo hice mal con Abril, pero mi futuro ese era el que importaba.

Claudicado en mis pensamientos, ignorando todo a mi alrededor, hasta que Raúl me sacó de mis recuerdos. Hubiese preferido que no lo hiciera— Ya viste— esas fueran sus únicas dos palabras, pero para mí, la agonía al ver la pista donde varios estaban bailando.

La música comenzó a sonar más fuerte, que era imposible seguir escuchando lo que mi amigo gesticulaba, aunque yo estaba inundado de ira. Una Abril, bailando sensualmente al compás del sonido; mientras un Asa, totalmente ebrio de alcohol y de las feromonas que emanaba el cuerpo de la chica tocaba todo el abdomen con su sucia mano, mientras que su boca succionaba el lóbulo de la oreja.

«Mierda»  Grité en mi mente, no solo eso, golpeé, maté, desmembré, enterré a Asa y su deseo pecaminoso por la chica que tenía entre sus brazos.

Pero Abril no se quejaba, de hecho, gustaba del roce de sus cuerpos. Si antes odiaba el perreo, ahora lo aborrezco. Veía como la chica meneaba su trasero, mientras frotaba sobre el pantalón de mi amigo. Tomé mi cerveza y la estruje entre mi mano; era más de lo que quería presenciar en este momento.

Comencé a girar mi cabeza, buscando otro centro de atención para poder calmar mi ira, si no lo hacía un Hulk más verde, y más enojada podría surgir destrozando y derribando todo a su paso. Tatiana, quien acababa de llegar y mirando la escena delante de nuestros ojos; solamente penetro los míos, y mando una señal de alivio. Ella era la única que sabía lo que  en mi corazón pasaba.

Sueños de Juventud (SDI #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora