Capitulo 18

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Finalizando se levantó y recorrió un largo camino hasta que las olas del mar cubrían sus pies; yo la seguí, no iba alejarme no más. Llegué por su espalda y la abracé— Abril, no me alejes. No quiero irme de aquí y pensar que no tuve la oportunidad de redimirme, no quiero irme sin ti.

Ni una sola palabra nos dijimos después de eso, solo ella en mi regazo; con el único sonido que emitía el agua cuando chocaban entre ellas.

No iba a presionarla, ella me tenía loco con su olor y con solo su presencia. Estaba perdido, y no quería encontrar la salida.

—No crees que el mar es lo más hermoso que existe—soltó luego de unos minutos en silencio.

Bajando mis manos hacia su cintura, rodeé su cuerpo para quedar frente a frente—Creo que el mar es más que hermoso; creo que es majestuoso, un misterio lleno de tesoros, creo que el mar es como tu mi Abril.

Un bufido salió de su boca, temiendo lo peor que de nuevo me rechazaría—Cuando dices , me haces sentir tuya.

—Siempre has sido mía— aseveré con confianza.

—Me encantaría vivir algún día cerca del agua.

— ¿Por qué?

—Bueno, tengo una deuda con alguien muy importante—confesó, ¿quién sería esa persona? Me pregunté en mi mente; acaso podría ser un hombre, no. Ella no podría ser capaz de mentirme de esa forma, Abril no era así. Pregunté quién era esa persona; esperaba con ansiedad su respuesta pero no fue así, su evasión me aterraba al tal grado que sentía la conexión  invisible que tenía Abril con la persona en mención. — Kenneth, no es ningún hombre por si te estas muriendo.

—Entonces, ¿puedo estar contigo ese día?

Su temple cambió, se tensó. Empezaba a conocerla bien, y conocía que había atravesado el límite de lo que necesitaba conocer.

—Es complicado— murmuró moviendo la cabeza—, sería muy difícil de entender.

—No te preocupes, lo comprendo— finalicé.

Una sonrisa apareció en su rostro, y volví a sentir a la Abril fresca que era. Con un cambio en sus manos, se tornaron frías por la temperatura de la noche, y las cubrí con mis palmas para que recobrara su calor. La morena, se acercó más a mí, y soltándose de mi agarré envolvió mis mejillas entre sus manos; y con las yemas de sus dedos acariciaron los bellos de mi casi intento de barba.

Sus labios recorrieron el camino hasta juntarse con los míos, esta vez ambos estábamos deseando este beso, pues podía sentirlo en la manera que sus cuerpo temblaba por el sentimiento que estábamos guardando; cuando por fin se unieron comenzaron el juego entre mi lengua y la suya.

Mis manos bajaron hasta la altura de sus caderas, y con ellas apreté su trasero; su forma y textura eran suaves y bien proporcionadas, un gemido de su parte me hizo perder la locura, ya que la tomé hasta llevarla a la arena, para quedar justo encima de su cuerpo.

Quité mi camisa, y desabotoné el primer broche de ella; le sonríe, estaba feliz, pues Abril había tocado mi alma y mi corazón, ella había cambiado todo en mí; mis pensamientos y mis metas. Recordarla esa noche como se estremecía bajo mis embestidas, quería volverla tener así.

«Quería hacerlo con ella, con Abril la única para mí.»

Estaba al borde de la locura con ella, me lancé entre sus pechos esperando que nadie viniera por estos rumbos; tomé uno mientras mi lengua acariciaba el pico de su montaña, ella se estremecía agilada, cruzando sus piernas.

—Kenneth, n-no— gimoteó con dificultad, haciendo que me detuviera en un abrir y cerrar de ojos.

—¿Hice algo mal?—cuestioné avergonzado, tal vez me fui demasiado rápido a la pasión que sentía; mi erección era contundente y difícil de esconder en este momento.

Sueños de Juventud (SDI #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora