Capitulo 20

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Tatiana con su dedos tomó un poco de piel pellizcándome «¡Ay!» exclamé— Por favor cierra la boca, da gracias a Dios que no haz bebido mucho, sino estarías derramando saliva por doquier—añadió.

—Tati, ¿te molesta si me voy?

—¿Por qué debería molestarme? Me dejaste en la friendzone por seis años, me cogiste y ni me preguntarse si lo disfrutaba, viniste aquí y me rechazaste, luego me mentiste con tu jefa, y ahora me preguntas si me molesta— exclama con sarcasmo—. ¡Ve con Dios, Kenneth!—finaliza brindándome un beso en mi ceño.

Negué con la cabeza, mientras me alejaba de su vista, y cada vez me acercaba a la presencia de Abril. Estaba inquieto pues solo esperaba que ella no me insultara aunque lo merecía.

Esperé que la morena se encontrara desprevenida y me lacé a la silla junto a ella—Abril—susurré.

La pequeña dio un profundo y largo suspiro— Kenneth— dijo con dolor en sus palabras.

Chasqueando su lengua, se quedó ahí esperando, callada pero quieto. Al menos me daba la oportunidad de estar con ella— No te vayas— enfatice—, solo quiero que sepas que con Neli.

—No quiero hablar de ello—me interrumpió dejando que la música fuera más audible para nosotros.

Su rostro no era el mismo, había cambiado, la sonrisa que tenía estos días en nuestros encuentros ahora era apenas una huella visible.— Pero... siento que puedo perderte.

Era sincero, siempre lo fui. No quería tenerla lejos, ella había sido ese mapa que se encontraba al fondo de mi maleta. No lo necesitaba, pues pensaba que no tenía un lugar adonde ir, pero al tenerla en mí, me había dado esa dirección que se encontraba oculta, pendiente de que yo quisiera seguir. Solo tenía que aferrarme a ella.

—Kenneth, ¿quieres bailar?— me preguntó tambaleándose sobre su cuerpo.

—Abril, yo creo que debemos arreglar todo lo que paso.

Ella clavando sus ojos en mí, sacó su mano para brindármela a mí. Presté atención a la música, y no era un por la cual moriría, de hecho odiaba el perreo, me recordaba ella con Asa en movimientos sexuales. Y explícitos.

Me erizas la piel,

Me envuelves,

 Tú haces que yo pierda la cabeza,

Tú haces que yo pierda la cabeza por ti,

Tú la pierdes por mí.

Tapé mis ojos, bueno la letra tenía algo de razón. Yo pierdo la cabeza por ella, pero no podía considerar música a eso. A mi póngame a The offspring, o Sum 41, incluso Nsync, pero no esto.—¿Perreo?— inquirí en la canción.

—¡¿Qué?!—exclamó alzando sus hombros—.Esto es una fiesta.

—Que lo sea, no significa que tiene que ser vulgar.

—Por Dios— dijo levantándome de mi asiento, y llevándome con ella al centro del baile—. ¿Qué quieres bailar? Alguna danza romana, ¿o qué? No seas escéptico, que por bailar esto no te hace mejor o peor persona, solo siente el ritmo.

Al finalizar puso sus manos sobre las mías, llevándome hasta al borde de su cadera mientras ella comenzaba a menearlas poco a poco, transportándome a un mundo exótico en donde estoy bailando perreo con Abril, y deseando tumbarla en este momento.

Su cuerpo empieza a tomar el ritmo de la canción, bajando su cuerpo hasta el suelo y subiendo mi ritmo cardiaco. Posó sus manos sobre mi cuello, y besa el borde mis labios. Estaba perplejo, primero porque no sabía muy bien cómo moverme y solo quería sentir el calor que emitía Abril y el sudor de desbordaba mientras mis manos rozaba su abdomen sobre su ropa.

Sueños de Juventud (SDI #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora