El Maestro de Pociones

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Harry bajó del tren y saludó a Hagrid, quién estaba muy contento de verlo y guiaba a los de primer año como todos los años.
–¡Harry! Que gusto en verte–dijo él.
Hagrid sonrió.
–Nos vemos en Hogwarts Hagrid–sonrió Harry.
Se fue con Blake y Neville a los carruajes que llevaban a Hogwarts. Encontraron a Luna en uno de ellos, esperandolos, cuando los vió; sus ojos se iluminaron.
–Hola a todos–dijo ella sonriendo.
–Luna, que bueno verte–dijo Harry.
La chica suspiró soñadoramente.
–Regresamos a Hogwarts–Luna habló con su usual tono soñador.
–¡Espero que sobreviva!–rié Blake–. Snape es el maestro de defensa.
Harry rodó los ojos, mientras Neville tragaba saliva.
Luna solo suspiró.
–Es alguien incomprendido.
Harry solo bufó. Tal vez Luna tenía un corazón demasiado bondadoso. Pero recordó los recuerdos de Snape y lo que James Potter le había hecho.
Solo cerró los ojos rapidamente. No podia pensar en el maestro de otra manera, era malo y eso no se le iba a quitar.
Hogwarts estaba iluminado y como siempre, todos desfilaron hacia las mesas de sus casas. El profesor Dumbledore estaba listo para dar su discurso.
Harry, Neville, Blake y Luna iban en un grupo separado de los de Gryffindor. Cuando llegaron al gran comedor, Luna se separó de ellos.
Harry sentía que algo no estaba del todo bien. Aunque en Hogwarts habia un ambiente mas relajado. Los estaban revisando mucho. Tal vez para buscar objetos de magia negra.
Snape vió a Harry con odio, mientras Flitwick preguntaba:
–¿Nombre?
–Profesor...usted me conoce desde siempre.
–Sin excepciones, Potter ¿nombre?
–Harry...Potter.
El profesor lo dejó pasar al grabd comedor.
Se sentó y esperó a Blake y Neville.
–Hay aurores, Harry–dijo Blake en voz baja–. Revisan el equipaje.
–Vaya, que novedad. El ministerio mete sus narices–dijo Neville.
–Segun eso–se unió Seamus–, el nuevo ministro hará a inglaterra un lugar más seguro.
–Él no se detendrá–murmuró Harry. Seamus y Neville se quedaron callados, mientras Blake solo miraba a Harry de manera atenta.
–No, pero Hogwarts puede que deje de ser seguro este año.
–Nunca a sudo "muy seguro"–comentó Harry–. Basiliscos, un mago suelto...la profesora sapo...la lista es muy larga.
Neville sonrió.
–Es cierto–su sonrisa se oscureció–. Pero eso es poco comparado a lo que nos esta esperando.
Blake asintió y miró a donde estaban los profesores sentados.
Horace Slughorn estaba entre ellos. Harry lo vió y deseó que estuviera en otro lugar, el hombre era muy extraño y Dumbledore lo necesitaba para algo importante.
–Tiempos oscuros...–escuchó decir a Hermione–, siempre hay malos dias en Hogwarts.
Harry miró la mesa.
Dumbledore se levantó y todos se quedaron callados.
–Siempre hay un momento, en el que debemos decidir en que lado del rio nos vamos a situar–habló Dumbledore–. Debemos estar preparados. Ahora, la seguridad en Hogwarts ha aumentado y veran a los aurores del ministerio mas seguido. Con algunos recientes succesos, las actividades al aire libre seran menos concurridas. El quidditch seguira y las clases igual, pero debemos tener cuidado. El enemigo asecha. Hay criaturas peligrosas en el bosque prohibido. No se acerquen, si quieren llegar al año de graduación–explicó el director–. Ahora, a los tiempos dificiles, hay que darles buena cara. Eso se puede disminuir...con una buena comoda–La comida apareció–. ¡A comer!
Todos comenzaron a comer.
–Que extrañas palabras...¿aurores en Hogwarts?
–Sí, Seamus. Es lo que dijo Dumbledore–dijo Blake mientras rodaba los ojos.
Seamus sonrió de manera extraña. Harry vio algo de brillo en sus ojos.
–Bueno...¿y eso de comer?–dijo Harry mirando a Seamus–. No es mala idea.
Este soltó una carcagada.
–No lo es, Harry.

Harry se fue a dormir esa noche justo cuando puso un pie en la sala común. Ron y Hermione se quedaron hablando en la sala común, pero Harry no queria verlos.
Subio y se recostó en la cama, quedándose dormido.
Estar en Hogwarts era algo magico, pero sin duda, esta vez Harry no tenia intenciones de ir a su primera clase de defensa contra las artes oscuras (dcao) pues estaba exhausto y no queria ver los ojos malvados de Snape y seguro lo usaba como saco de boxeo.
Snape los esperaba como siempre, al menps eso no cambiaria, el hecho de que tuviera su tan ansiado puesto en defensa, no parecía ponerlo muy feliz.
Harry entró y Snape hizo una mueca, como siempre, viendo cómo podía hacerlo sufrir.
–Hola Harry–saludó Blake–. Te saltaste el desayuno.
Harry asintió.
–Preferí dormir otro poco pero...creo que me vendría bien algo.
Blake le dió un muffin.
–Lo guardé. Cómelo antes de que Snape venga.
Harry soltó una risa. Tomó el muffin y de un bocado se lo comió.
Blake soltó una pequeña risa y luego Seamus se unió a ellos. Incluso Hermione, se sentó.
Harry la miró de forma extraña. Se habia sentado delante de ellos, pero Ron se habia sentado muy atrás con Dean Thomas.
Blake y Harry se miraron y rodaron los ojos.
Neville y Dean ocupaban el lugar a un lado de ellos y Draco y Pansy el de la izquierda.
–Que mala compañia...–susurró Blake y Harry soltó una risa.
Cuando Snape cerró la puerta, todos se quedaron callados. El año pasado habia sido Umbridge la causante de ese silencio, todos esperando a que la mujer hablara.
Harry–anque odiara a Snape–tenía esperanza de que esta vez si iban a aprender algo como es debido.
Snape de inmediato, dijo:
–Este año...ya saben mi usual procedimiento. Como maestro de pociones, todo seguirá siendo igual. Pero con estos tiempos oscuros...las practicas cambiarán–dijo, sus labios se curvaban mientras hablaba. Tal vez en su forma de ser, sí estaba feliz de estar en su materia favorita–. Ahora, primero iremos a investigar sobre los hechizos y movimientos y la siguiente semana lo practicaremos en parejas.
Hermione pareció sonreír e incluso Neville estaba emocionado.
Harry se sorprendió, por primera vez, Snape no le dijo no una palabra.
Blake empezó a escribir en la libreta sobre los hechizos, pero luego se detuvo para observar su varita atentamente.
Neville movia la muñeca tal y como decía el libro, Harry solo lo hojeo muchas veces y volvió a ver las imagenes.
Al finalizar la clase, Harry sintió un pequeño alivio, Snape no habia querido matarlo en su primer dia.
Cuando salió, se alejó de Blake, pues él no tenía pociones como ella.
–¡Oh Potter! ¿Que esta haciendo ahí arriba?–le dijo McGongall cuando lo vio sentado sin hacer nada.
Harry la miró con los ojos asustados.
–Profesora...no tengo clases.
–¿No tienes? Pensé que querias ser un auror.
Harry suspiró.
–Así es pero...no pase el examen...
–¡Hush! Slughorn acepta alumnos que apenas pasaron, anda ve y...¡dile a Weasley que vaya contigo!
Ron alzó la cabeza y suspiró.
Se fue siguiendo a Harry y cuando llegaron, Ron se adelantó a entrar primero.
–Harry, bienvenido y...¿cual es tu nombre?
–Ron Weasley.
Blake pareció sorprenderse. Soltó una pequeña risa y Harry rodó los ojos.
Hermione miró a ambos como si fueran bichos raros.
–Ahí hay unos libros–dijo Horace y se dirigió de nuevo a la clase.
Ron se adelantó y tomó el libro más nuevo. Harry tomó el libro viejo con hojas que casi se caían.
Se acercó a Blake y ella empujó a una chica rubia a su lado. Lavender Brown, que miró a Ron con ojos de enamorada.
–Ahora...esta poción, señorita Granger ¿cual es?
–¡Amortentia!–exclamó Hermione emocionada.
Horace sonrió. Blake rodó los ojosy Harry soltó una sonrisa.
Harry escuchó murmurar a Draco:
–Supongo que con eso enamora hasta al tonto de Weasley la sangre sucia...
Harry iba a girarse a responder, pero Horace le habló:
–¿Y tu Harry?–preguntó–. ¿Sabes cuál es esta pocion?
Harry miró a Blake y se acercó.
–Seguro es multijugos–le susurró.
Harry la vió y sí la reconoció.
Era una poción que uso con Hermione y Ron en segundo año.
–La poción multijugos–dijo Harry.
Horace sonrió.
Hermione miró a Harry con la boca abierta y luego le dió un codazo a Blake.
–No le ayudes–susurró Hermione, molesta.
Blake solo rodó los ojos.
–Harry es inteligente, contrario a lo que creas.
Ron casi se soltó a reir. Hermione hizo una cara de ofendida que Harry quizo tomarle una fotografía.
Horace Slughorn no era un maestro muy común, era extraño, siempre parecía reirse de todos sus alumnos y comenzaba a dar a entender quienes eran sus favoritos y el primero era, Harry Potter.
Horace decia que Harry era tan listo como su madre y que sería un mago maravilloso.
Harry entonces pensó que esa era la razón por la que Dumbledore lo llevó aquella tarde a conocer al nuevo profesor de pociones.
Tal vez Harry sería el trofeo que Horace quería.
Harry se preguntaba muchas cosas durante la clase: ¿por qué Dumbledore me obligó a hablarle?
¿Cuál es el plan detrás de todo eso?
–Harry–habló Blake, la campana habia sonado y Harry se habia quedado mirando a la nada–. ¿Estas bien? ¿te encuentras en el planeta tierra?
Blake soltó una carcagada, como si hubiera sido el mejor chiste que dijo en toda su vida. Harry la miró y rodó los ojos.
–Que buuuuuen chiste–dijo Harry rodando los ojos.
Blake sonrió.
–Vamos Harry, tenemos que irnos.
Horace les despidió con una sonrisa.
Cuando Harry y Blake se alejaron, Blake soltó una risa:
–Creo que no soy buena en pociones, debi meterme a adivinación–dijo ella.
Harry sonrió.
–¿No querias ser un auror?
Blake suspiro.
–¡Puf! No se me dan las pociones, Harry y mucho menos defensa contra las artes oscuras–dijo ella.
Harry suspiró.
–Eras muy buena en el E.D–dijo Harry.
Blake se sonrojó y soltó una risa.
–Hechiceria 1.0–dice riendo.
Harry rodó los ojos.
–Solo tienes que practicar–dijo él.
–Y tampoco puedo hacer pociones si Hermione esta ahí junto a mi diciendome que lo hago mal–dijo Blake con una mueca. A Harry se le hizo gracioso y comenzó a reir hasta ponerse rojo.
–¡Oh vamos! Hermione es asi.
–Pero sabes Harry...creo que eres mejor que ella y no puede soportarlo–dijo Blake con una sonrisa malvada–. Ya verás.
Harry suspiró.
–Eso espero. Me gustaría mucho ganarle en algo.

Harry había hablado con McGonagall sobre las pruebas de Quidditch y ella las habia aceptado y aprovado para la siguiente semana, eso puso a Harry de buen humor.
Blake se sentó con él en la hora del almuerzo y ambos comenzaron a hablar.
–¿Por qué nunca has jugado quidditch?
Blake suspiró.
–Porque...no soy buena, Harry–dijo ella–. Eso lo sabes.
–Nunca te he visto.
Blake no lo miró.
–Bueno...nunca me habian aceptado al equipo, por eso deje de intentar–dijo ella–. Pero hare un carte enorme con tu nombre escrito.
Harry rodó los ojos y Blake comenzó a reir.
–Incluso puedo conseguirte...¿como se llaman?–Blake entrecerró los ojos mirandl su plato y sonrió–: ¿Porristas? ¡Eso es! Te consigue porristras si quieres.
Harry rodó los ojos y se puso rojo.
–No...¿tu serás la lider?
Blake negó.
–Seré la coach, me encargare de que sepan animarte.
Harry abrió los ojos como platos y negó varias veces, se llevó un bocado de espinaca a la boca y luego suspiró.
Blake estaba loca si tenía aquellas ideas descabelladas.
–Chicos–dijo Ginny al llegar–, hola Harry. ¿Cuando serán las pruevas?
–No recuerdo–dijo Harry.
Blake casi se ahoga con su pure de papas.
Ginny entrecerró los ojos.
–¿No recuerdas?
–¡Oh! En la sala común...puse un enorme letrero amarillo. Ahi debe decir–le dijo Harry.
Ginny sonrió.
–Perfecto.
Blake casi rompía el tenedor de lo fuerte que lo sostenía. Harry la miró por un segundo.
–¿Qué?
–Siempre...Siempre...tiene que caminar como modelo de Victoria Secret–murmuró Blake y luego encajó el tenedor en el pure–. Es una estrella de cine, diva loca.
Harry soltó una carcajada.
–Vaya...¿de donde sacas esas ideas?
–Cosas americanas que leo en revistas–dijo Blake.
Harry sonrió.
–¿Acaso estas celosa de que ella venga a hablarme?
A Harry se le había ocurrido esa pregunta desde el tren de Hogwarts. Blake lo miró, su rostro no reflejaba ninguna emoción y sin mirarlo dijo:
–Eso quisieras.
Harry sonrió para si mismo y siguió comiendo.
Cuando se levantaron, Draco caminó hacia ellos en los pasillos.
–Blake, Harry...mis gryffindors favoritos...–sonrió de manera malvada–. Creo que eres parte del club Slug, no es así?
Harry rodó los ojos.
–Piérdete Malfoy.
–Blake...¿vas a ir conmigo a la cena?
Blake lo miró con los ojos llenos de rabia, dio media vuelta y caminó en dirección contraria jalando a Harry de la túnica.
–Víbora–murmuró.
Aunque Harry pensó que Blake no dijo exactamene que no.
El tan solo pensar a Malfoy con ella, le dio ganas de matarlo.
Se toparon con Snape y Dumbledore, el último les sonrió amablemente.
–¡Hola alumnos!
–Profesor Dumbledore–dijo Harry ignorando a Snape.
Blake si les sonrió a ambos como siempre.
–Nos vemos luego–Snape caminó y Dumbledore se quedó ahí.
–¿Que tal su dia?
Harry suspiró.
–Todo ha ido bien–dijo Harry.
Blake asintió.
–Eso es bueno. Ahora Harry ¿Slughorn...que te pareció?
–Es un...hombre extraño–dijo Harry, aunque siempre lo habia pensado.
Dumbledore le sonrió.
–¿Y que planean hacer este fin de semana?
–Nada–dijo Blake–. Voy a organizar un equipo de porristas para el equipo de Gryffindor–dijo Blake con una sonrisa traviesa–, las fans de Harry me lo han pedido.
Harry la miro sin comprender, pero Dumbledore soltó una carcajada.
–Y supongo que son muchas–dijo Dumbledore riendo.
Harry se sonrojo.
–No creo...
–Bueno, eso sin duda seria divertido–dijo Dumbledore, la sonrisa del profesor era muy alegre–. Harry me gustaria hablar contigo despues de la cena.
Harry asintió y Dumbledore siguió caminando.
–¡Vaya loca!
Blake le golpeó el brazo y soltó una risa.
Si tan solo esa admiradora fueras tu...
–¡Vamos Harry!–dijo Blake mientras caminaban a la sala común.

El Elegido (Secuela del Olvido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora