Capítulo 19

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Gema.

Despierto por el ruido del auto, mis ojos se abren y veo que estoy acostada en le asiento trasero del auto.

Entonces recuerdo, me secuestraron, trato de calmar mi ansiedad. Veo al frente y veo a un hombre corpulento.

Lo reconozco, joder es Dante, aprieto mis dientes.

Busco más hombres pero aparecer esta solo, como siempre subestimado mi capacidad.

Sí no hay nadie dentro de este auto, entonces nadie viene detrás, al mirar por el espejo retrovisor veo la calle desierta.

Meto mi mano derecha a mi bota, maldigo cuando no encuentro mi navaja.

Entonces mis ojos caen en la caja de cambios, lleva una navaja que conozco muy bien.

La navaja con la cual  mate a su hermano, un sudor frío baja por mi espalda, tranquila

Pero veo hacia abajo, una cuerda esta en le suelo, sigo su recorrido, esa cuerda me amarra a mis pies, la suelto muy lentamente.

Necesito que el crea que sigo inconsciente, al fin logro sacar la cuerda debo de ser rápida y letal.

Me siento en el asiento intentando que el no me vea por el espejo retrovisor, sin dudar un segundo paso la cuerda por su cuello, el se muestra sorprendido en un inicio. Sorpresa que utilizo a mi favor.

Agarro la navaja, y sin dudar más, paso la hoja de la afilada navaja por su cuello, el auto pierde el control estrellándose en un árbol, pero eso no queda así, el golpe fue de costado por lo que el árbol cayó y el auto dio una vuelta.

Un fuerte dolor de cabeza se hace presente, mi cuerpo duele, pero por una extraña razón cubrí mi vientre con mis manos, recibi muchos golpes.

Pero no puedo quedarme, como puedo intentando salir pero antes de hacerlo agarro la navaja, la cual a salvado dos veces mi vida.

El olor a combustible se empieza a oler, con todo el dolor que siento salgo de auto, me alejo todo lo que mis fuerzas lo permiten.

Creo que moriré, meto la navaja a mi bota, un dolor fuerte en mi pierna derecha me hace llorar de dolor.

Sé fuerte.

- Una princesa nunca es débil, saca fuerza desde su alma y demuestra su valentía-

La voz de padre se escucha en mi cabeza, yo no soy una princesa, soy una reina.

- Una reina que matara a sus enemigos uno por uno, el que me intente  hacer daño no vivirá para contarlo - mi vista se nubla.

Una fuerte explosión se escucha, entonces sé que he terminado con el demonio que  marcó mi alma, pero esa marca desapareció con su muerte.

Una sonrisa se pinta en mis labios.

- Lo logré  Natalie - susurro antes de perder la consiente.

(...)

Un dolor en mi cabeza hace que abra mis ojos.

Se que no estoy en un hospital, las maquinas no suenan, o estoy muerta.

Niego con mi cabeza, sí lo estuviera no sentiría dolor.

Unas delicadas manos se posan en mis hombros cuando yo intento levantarme.

- Tranquila - susurra una voz.

Mis ojos e abren, cuando por mi cabeza pasa el accidente.

-  Tranquila, nadie te ara daño, estas a salvo - volteo a ver una bella joven.

La cual habla en inglés, por de ser otro idioma seguro no entiendo.

- Gracias por ayudarme... - susurro agarrando mi cabeza.

- Tranquila, tu estado no fue muy grave pero tampoco excelente pero ya estas bien- asiento en su dirección.

-¿ Como te llamas ? - pregunto mientras ella me pasa un poco de agua.

- Me llamo Gianna Palmieri- tiende su mano en mi dirección.

Sin duda un segundo la tomo con poca fuerza.

- Soy Gema Palmer - le sonrió muy leve.

- Un gusto Gema, descansa necesitas recuperar fuerza.

- Una última pregunta- hablo antes de ella salga.

- Sí quieres te contesto dos - le sonrió.

- ¿ Donde esta mi navaja? ¿ y cuanto tiempo llevo aquí? - sé que el tiempo debió de ser una semana o unos tres días.

Ya que mi estado no era tan grave, y de a ver estado más grave no puedo estar tanto tiempo en  coma, lo máximo seria  dos semanas o tres ya que estar más tiempo en coma, se considera muerte cerebral o despiertas en estado vegetal, así que es imposible  que haya pasado tanto tiempo.

- Tu navaja esta aquí - sus manos me entregan mi navaja envuelta en papel de aluminio.

- Gracias- le quito el papel.

- Y llevas dos días aquí- asiento no es tanto tiempo.

Toco mi cadena, Alexey debe de estar buscándome como loco.

- Te agradezco todo lo que haz hecho por mi, prometo compenzarte, gracias- ella sonríe mientras niega.

- Descansa- es lo último que are.

La navaja esta limpia de sangre, ella la limpio, un suspiro sale de  mis labios, lo mate, pero era él o yo.

Espero no hayan quedado pruebas que me incrimine.

 

(...)

Listo para lo que se avecina.

Yo ya lo estoy.

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