Capítulo 10. ¿Te besé?

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El frio estaba colándosele en los pies, levantó las piernas hasta su cuerpo sintiendo estar echada sobre un sofá e hizo un pequeño gemido de molestia al sentir uno de sus brazos dormidos, de pronto sintió el movimiento de un cuerpo al lado suyo. Supo quién era por el olor que desprendía su perfume, su cuerpo denotaba un calor del cual quería estar más cerca para refugiarse, pero, aunque por unos segundos lo único que quería era volver a dormir, de pronto tuvo el deseo de reaccionar para descubrir dónde se encontraba

— ¿Pero qué... —La mano de Luisita cubrió su rostro al sentir la luz del día posarle sobre la cara

Finalmente pudo abrir completamente los ojos y se dio cuenta de que estaban durmiendo en la parte trasera del coche. Amelia se encontraba también sentada al lado suyo, su largo cabello le tapaba la mitad del rostro, ¿qué hacían aquí?

—Amelia... —La rubia tomaba uno de sus hombros y lo movía suavemente —Amelia despierta

—¿Mmm?

—¿Qué hacemos aquí? —Preguntaba en un susurro pues un pequeño dolor de cabeza comenzaba a molestarla

—¿Luisita? —Preguntó aun sin entender bien lo que sucedía —¿Qué pasa?

—Estamos en el coche

—Ujum... —Volvía a decir abrazándose el cuerpo con los brazos

—¿Por qué?

—Salimos muy tarde del bar...

Y cuando Luisita levantó la vista por fuera del coche se dio cuenta que el bar al que habían ido esa noche estaba al frente de ellas, suponía que habían terminado tan mal como para poder conducir.

—¿Tomaste? —Preguntó la rubia sin entender

Finalmente, Amelia abrió un ojo para observar a Luisita de manera extrañada

—¿No lo recuerdas? —La pregunta de la morena pareció un poco angustiada para Luisita —¿No recuerdas nada? —Volvió a decir

Luisita se quedó pensando, buscando entre sus recuerdos lo que había sucedido anoche. Se acerco a Amelia y volvió a recostarse acercando su rostro al de ella.

—Recuerdo haberme divertido mucho —Empezó a decir y la morena movió un brazo suyo para abrazarla —¿Bailamos?

—Lo hicimos

—Te hice tomar —Dice abriendo los labios

—Pues si

—¡¿Llamé a mi hermana borracha?! —Preguntó abriendo los ojos

—No, eso no hiciste —Respondió en una risa

—Ciertamente no sé qué sucedió anoche o no

—Pues pregúntame

Luisita se acomodó un poco entre el cuerpo de Amelia y se dispuso a preguntar

—Perdimos el otro árbol de pino ¿verdad?

—Si... es verdad

—¿Me tomé cinco cervezas?

—Mmm en realidad creo que fueron más que cinco cervezas

—¿Te dije algo incorrecto?

—¿Qué es incorrecto para ti? —Preguntó Amelia achinando lo ojos

—No lo sé... ¿te hice alguna promesa?

—No que yo sepa

—Bueno... por alguna razón termino haciendo promesas estando ebria —Cómo prometer árboles de pino, se dijo

—Hablaste mucho, al parecer te vuelves muy elocuente y tratas de hacer muchas cosas al mismo tiempo

—¿Y qué hice? —Preguntó Luisita levantando las cejas viéndolas

—Muchas... muchas cosas —Solo volvió a repetir dejando un mechón del cabello de la rubia detrás de la oreja

Luisita si sabía las cosas que había hecho o dicho, solo esperaba escuchar las respuestas de la morena para ver su reacción. Pero la rubia quería si hacerle una pregunta porque era la única que no sabía su respuesta:

¿Te besé?

Lusita tenía sus dudas, puesto que la forma en que Amelia la veía en ese momento le insinuaba que había hecho algo más que hablar esa noche

—¿Y tú también hiciste muchas cosas?

Preguntó la rubia en una sonrisa, la morena empezó a mover la cabeza en negación sin dejar de verla ¿Ah, no? preguntó.

—Lo que no hice esa noche... —Empezó a decir en un susurro tan suave como si Luisita debería ser la única en escucharla — ...fue besarte

Una sensación de calor le invadió las mejillas a Luisita, sintió un deseo incontrolable en su vientre y sus manos buscaron tomar el rostro tibio de la morena que acaba de arrebatarle los sentimientos más vulnerables de su interior

—Bésame ahora

Le susurró con la frente unida a la de ella, lo primero que sintió es la mano de la morena haciendo presión en su cintura para acercarla y después la entrega de su labio inferior hacía unos labios que acababan de tomarla apasionadamente.

"Bésame ahora" se repetía una y otra vez Amelia, sin dejar de acometer su boca en la de la rubia, ¿por qué se sentía tan extasiada al hacerlo? Nunca había sentido esto con nadie, la manera en cómo no puede controlarse al sentir cómo la rubia empieza a colocar sus manos por debajo del suéter, no es típico de ella.

Una de las piernas de Luisita se ha colocado entre las suyas, está tratando de subirse a horcajadas sobre ella, no pueden dejar de besarse y las manos de Amelia en su cuello la acercan cada vez más.

—Umm... Luisita —la voz de la morena interrumpió el beso —tu teléfono...

—Déjalo —Le dijo volviéndola a besar

—Ya... pero me está vibrando en el trasero

La rubia tuvo que separar sus labios al no poder evitar soltar una carcajada y esconderse en el hueco de su cuello abrazándola, la morena la meció entre sus brazos hasta bajar la intensidad de sus palpitaciones.

—Debe ser mi hermana

—Oh... tu hermana la homicida

Luisita se separó de ella un poco y se encontró con la sonrisa de Amelia

—¿Te conté las frases que llevarán mi lápida?

—Todas las versiones —Le dijo en otra risa y volviéndola a besar, pero el teléfono volvió a sonar y Luisita tuvo que contestar

"Excelente hermana, la mejor cocinera de la familia, se enamoró de la persona que le robó el árbol de pino y sus últimas palabras fueron: valió la pena (1997 – 2021)"

𝐕𝐈𝐀𝐉𝐄 𝐈𝐍𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐎 (ʟᴜɪᴍᴇʟɪᴀ, ᴇsᴘᴇᴄɪᴀʟ ɴᴀᴠɪᴅᴇɴ̃ᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora