Capítulo 13. El ascensor

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—¿Va en subida? —Preguntó un hombre antes de ingresar al ascensor. Luego de recibir la confirmación, saludo cordialmente

Había mucha gente para ser muy tarde, se decía Amelia mientras estaba detrás de Luisita abrazándola por la cintura con el mentón apoyado en su hombro y la espalda pegada a la pared. Los hoteles de esta ciudad son más altos de los que había estado acostumbrada a ver.

Un pequeño bostezo se asomó en los labios de la rubia y Amelia lo sintió.

—¿Estás cansada? —Le preguntó en voz muy baja cerca de su oído, todos los demás estaban muy concentrados en sus propias conversaciones que aun así no podrían escucharlas

La rubia giró para verla sonriendo y negó con la cabeza. Cuando Luisita decidió acercarse para besarla, Amelia había empezado a besar la parte detrás de la oreja de la rubia cautelosamente

—Amelia... —Susurró y su reacción fue tomar la pierna de Amelia estando detrás de ella —espera... —volvió a llamar ahogando una respiración profunda en ella al sentir que la lengua de la morena había tomado el lugar de sus labios

—¿Paro? —Preguntó acercándose a su oído

La rubia dio una mirada a los que había en el ascensor, ninguno de ellos estaba prestando atención. El ascensor se abría muchas veces y todavía no llegaban a su destino.

Se abrió una vez más para el ingreso de más personas, este estaba llegando a su capacidad máxima, así que Luisita tuvo que retroceder pegándose completamente a Amelia.

—No... —Le respondió girando la cabeza.

Las manos de Amelia que estaban posicionadas en el abdomen de la rubia hicieron un poco de presión al escuchar su respuesta y la mano de Luisita en la pierna de la morena subieron lentamente por el costado.

El corazón de Luisita empezó a acelerarse al escuchar la respiración pesada de Amelia en su oído, la necesidad de girar para besarla fue reemplazada por el movimiento ligero de su cadera en la pelvis de la morena.

—Mmmm...

El calor invadió sus mejillas, sus labios quedaron entreabiertos y una de las manos de Amelia subieron para colocarse debajo de su pecho.

—Luisita...

Susurro otra vez la morena, tomando el lóbulo de su oreja en sus labios

—¡Nuestro piso! —De repente la rubia anunció en voz alta ante todos cuando escuchó la puerta del ascensor abrirse asustando a Amelia también ante su acción.

Rápidamente tomó la mano de la morena y prácticamente la jaló hacia fuera con energía abriéndose paso entre las personas. Amelia solo la siguió sin objeción hasta que mucho después, logró sentir su espalda apoyada en la puerta de lo que sería su habitación.

—La llave... —Comenzó a decir Luisita, pero fue callada por los labios de Amelia que finalmente pudo cobrar esa súplica que su vientre gritaba hace segundos

—Te necesito, te necesito —Soltaba Amelia entre jadeos

Finalmente, Luisita encontró el espacio correcto de la posición de la llave, justo en el momento exacto que... la morena había empezado desabrochar el botón de sus pantalones.

𝐕𝐈𝐀𝐉𝐄 𝐈𝐍𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐎 (ʟᴜɪᴍᴇʟɪᴀ, ᴇsᴘᴇᴄɪᴀʟ ɴᴀᴠɪᴅᴇɴ̃ᴏ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora