—¿Qué haces? —Luisita había salido de la camioneta averiada para dirigirse a su coche que estaba siendo conducido por Amelia —¿Por qué nos hemos detenido? —Preguntaba la rubia
—No vamos a pasar la noche conduciendo, vamos demasiado lento —Respondió Amelia bajándose del coche y cerrando la puerta —Y si no te has dado cuenta ¡El clima está empeorando!
El viento se hacía cada vez más escandaloso, el cabello de la rubia se movía al compás de una música de tres tiempos, el sol estaba comenzando a ocultarse y las mejillas de ambas tomaban un color rojo intenso frente al frío
—¡Ugh! No puede estar sucediendo esto —Luisita se llevó las manos a la cabeza —¡Mierda!
—Iremos al hotel y pasaremos allí la noche, nos levantaremos a primera hora de la mañana y volveremos a irnos
—¡Joder! —Luisita volvió a acomodarse el cabello y asintió con la cabeza, tenía las manos heladas y no soportaba ya el frío que empezó a correrle por el cuerpo —Venga, vamos
El camino se les hizo un poco largo, pero lograron llegar al hotel que en enormes letras mencionaba su nombre: Eros
—¡Buah! —Exclamó Amelia al ingresar a la puerta del hotel limpiándose la nieve de encima —empezó a nevar fuerte
—¡Puto frío!
Fueron atendidas inmediatamente, las habitaciones estaban casi completamente llenas, pero lograron encontrar dos habitaciones por separado para su estancia
—La cena se sirve a las 8 en punto, no hacemos servicio a la habitación, tenemos un comedor al lado, pueden ir allí —Anunció la recepcionista viendo el reloj de la pared. Solo faltaba media hora
La primera en bajar de su habitación luego de dejar algunas cosas, fue Amelia. Llegó al comedor y se sentó cerca de la ventana, por muy mal que le parezca el día, la nieve cayendo como en cámara lenta le hizo recordar sus navidades de pequeña con su familia. Ella también tenía que llegar con el árbol de pino.
Se lo había prometido a su madre.
—La habitación no está tan mal después de todo —Escucho detrás suyo —Tienen bonitas cortinas y funciona la calefacción
Amelia giró para verla con una ceja levantada, pensó que sus palabras eran una manera extraña para iniciar una conversación
—Oye que... —Se sentó al lado suyo y respiro hondo antes de continuar —Amelia —Volvió a detener su oración como buscando las palabras —Imagina esto, eh... esto es como esas películas que tratan de mostrarnos una enseñanza al final del día —Dijo con las palabras atropelladas —aunque claro, no creo haber visto una con árboles de pino, coches destruidos y nieve por todos lados, que, que... me lío. Lo que quiero decir es que...
—Acepto tu disculpa —Dice Amelia sin dejar de verla —Si lo que me quieres decir es que te disculpas, pues las acepto —Volvió la mirada a la ventana y exhalo —Y también discúlpame a mí por haber reaccionado impulsivamente las cosas
—Bueno... las acepto también —Dijo la rubia con las manos enlazadas sobre la mesa
Amelia volvió a verla acomodando su postura en la mesa para estar frente a ella. Su cabello rubio caía en capa sobre sus hombros, la postura tensa que mantenía le daba un toque gracioso al expresarse y la forma en que se quitaba el mechón de cabello del rostro era de alguna manera atractivo.
—¿Ya ordenaste lo que vas a pedir? —Preguntó Amelia desviando la mirada
—Si —respondió la rubia
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𝐕𝐈𝐀𝐉𝐄 𝐈𝐍𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐎 (ʟᴜɪᴍᴇʟɪᴀ, ᴇsᴘᴇᴄɪᴀʟ ɴᴀᴠɪᴅᴇɴ̃ᴏ)
FanfictionLa última semana a las fiestas navideñas, Luisita tiene el compromiso de llevar el árbol de pino tradicional de la familia. Sin embargo no podrá lograr su objetivo tan fácilmente, pues ha decubierto que solo queda un pino dentro del vivero y no es l...