Termino de desayunar y apenas si eran las nueve con veinte, faltaban demasiadas horas para su cita con Andrew, no dejaba de pensar en aquel sueño que tuvo, se sintió como una visita de su padre.
Subió al ático donde permanecían aún guardadas sus cosas, se sentó en el suelo jalando una de las cajas, al abrirla había una foto donde ella estaba con su padre y Almond cuando no era más que un cachorro, quiso sonreír pero las lágrimas no pudieron evitar salir, siguió buscando en la caja, los diplomas y títulos que colgaban de su oficina.—Estoy segura que algo querías decirme papá.
Continuaba sacando más y más cosas, y aunque trataba de que los momentos agradables vinieran a su cabeza solo la llenaban de dolor, abrazando la foto de su padre se dejaba romper en pedazos, tal vez solo por ese momento se permitía llorar y mostrar cuanto lo extrañaba, cuanta falta le hacía. Era hora de que todo volviera a la caja, una caja llena de recuerdos y seguir adelante con la vida que le quedaba, acomodo todo como lo encontró.
—Te amo papá.— fue lo único que musito antes de bajar las escaleras.
Se encerró en su habitación dejándose caer en la cama, cerrando sus ojos y dando un profundo respiro, esos ojos grises aparecieron en su cabeza, tratando de calmar el dolor que sentía, tratando de darle paz como solo él solía hacerlo.
No sabía si podía definir como amor o enamoramiento lo que sentía por Andrew pero si estaba segura que él la hacía sentir en paz, tranquila, con solo perderse en ese par de ojos grises, y aunque pudiera parecer egoísta, no quería perderlo, quería que se quedara siempre a su lado.—¿Sentirá algo por mí?—
Esa pregunta rondó una y otra vez por toda la cabeza, y aunque creía saber la respuesta no quería sentirse tan segura pues que tal si solo malinterpretaba las cosas y él no sentía más que un cariño de amigos y ya.
Quiso olvidar esa pregunta y se levantó a buscar en su closet que usar para esta noche, no tenía idea alguna de que ponerse, sacó un vestido negro con un escote cruzado, sin mangas y una larga abertura en la pierna del lado izquierdo, pero eso sería demasiado llamativo, sacó otro vestido con cintas a los hombros, bastante largo, cubierto con varias capas de tul azul.
—A ver Iris, no es una fiesta formal.— Sacó un vestido azul cielo, con mangas cortas de encaje, le llegaba apenas arriba de las rodillas, la falda no era ni tan caída ni tan voluminosa, un abrigo gris oscuro le convinaria bien, definitivamente usar tacones no sería la mejor opción, por lo que optó por unos zapatos de piso de color claro.
Bajó a la cocina a preparar un pequeño almuerzo, y justamente mientras preparaba todo, escucho como la puerta principal se cerraba.
—Mamá ¿Eres tú?
—Hola mi amor ¿Qué haces?
—El almuerzo ¿Quieres comer? No tardaré mucho.
—Si, hace mucho que no como contigo, subiré a dejar esto.
Por lo menos esta vez ya no comería sola, sino con su madre, se apresuró con la comida, una vez lista la sirvió en dos platos y las llevo al comedor junto a dos vasos y una jarra de té de lavanda que había preparado.
—Se ve delicioso.
—Espero que te gusté.— Sonrió.
Comieron en silencio, pero disfrutando la compañía que se daban.
—Mamá, está noche saldré.
—¿Con un muchacho?
—Si, se llama Andrew, lo conocí cuando estuve en el hospital.
—¿Es guapo?
—Mucho, tienes ojos hermosos, grises.
—Entonces estaré encantada de conocer a Andrew ¿Vendrá por ti?
—Si, a las siete. — Miró su reloj y marcaban casi las cinco.
—No quiero apurarte, pero ya deberías comenzar a alistarte.
—Si, solo recogeré los platos.
—No, no cariño, yo lo haré.
Sonrió y subió corriendo las escaleras, para meterse a la ducha, quería verse bien ante él, sacó gel de baño, exfoliantes, cremas y todo lo que se encontraba en el gabinete del baño. Al terminar se envolvió en una toalla y en otra el cabello, sentándose frente al espejo comenzando a maquillarse, no muy extravagante sino algo más sutil, tal vez lo más atrevido era su delineado negro que lo había hecho un poco más largo de lo habitual y agregado un poco de brillo.
Se pintó los labios de un color rosado muy tenue, quitó la toalla del cabello para cepillarlo y secarlo suficiente, quería marcar un poquito más de ondas en el cabello, tomando la rizadora, sujetaba mechón por mechón, deslizándolo por la rizadora hasta terminar con todo el cabello, pasó su cabello por el lado izquierdo sosteniendo éste detrás de su oreja. Se puso con sumo cuidado el vestido para no ensuciarlo, se miró al espejo, no estaba nada mal, tal vez era lo apropiado para una cena casual.El timbre se hizo presente, abajo se podían escuchar un par de voces, era su madre que ya estaba conociendo a Andrew, mientras Iris terminaba, rocío un poco de perfume en su cuello y muñecas.
—Creo que estoy lista. — Se dijo para sí misma, salió de la habitación, encontrando a Andrew y su madre hablando en la sala.
La mirada de Andrew se posó en ella, y se levantó sin dejar de mirarla.—Te ves hermosa.— sonrió, a lo cual ella no pudo evitar sonrojarse.
—Te ves muy guapo.— a lo que él no pudo evitar sonreír.
—¿Vamos?
—Claro.
—Prometo no traerla muy noche.
—Esta bien diviértanse. —
Salieron de casa de Iris, la mano de Andrew sujetó la contraria, ella sólo lo miró sin decir algo.—¿Te molesta si lo hago?
—No, me haces sentir más tranquila así.
—Anda, no estamos lejos.— la llevó durante el camino al restaurante de la mano, mientras conversaban de cosas tan aleatorias pero que para ellos era de lo mejor.
Llegaron al lugar encontrando una fachada de color rojo con grandes ventanales, en el letrero se podía leer Busecca, era un restaurante de comida Italiana.—Espero te gusta la comida italiana.
—Es de mis favoritas.
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• 𝑻𝒉𝒆 𝑲𝒊𝒔𝒔 𝑶𝒇 𝑻𝒉𝒆 𝑫𝒆𝒂𝒕𝒉 •
Romance¿Qué es la vida? La vida no es más que un instante en la Tierra, la vida es tan corta como soplar una vela, se va en un abrir y cerrar de ojos. ¿Qué es la muerte? Es el cese irreversible de las funciones vitales del organismo. Pero, ¿Quién es Andrew...