• | Capítulo XI | •

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El cantos de los pájaros resonaba en toda la habitación de Iris, se movió un poco tratando de girarse, pero apenas se daba vuelta los brazos de Andrew la acercaron más a él, como si la estuviera protegiendo. El olor a lavanda la envolvía por completo, abrió los ojos parpadeando algunas veces para aclarar la vista, encontrando la imagen más hermosa que haya visto hasta ahora, era Andrew con su cabello completamente despeinado, sus labios estaban entreabiertos, siempre reflejaba calma su rostro pero verlo dormir era paz absoluta, pasó el dedo índice sobre la nariz del chico, siguiendo con su mejilla, sonrió y beso su frente.
Se levantó de la cama no sin antes arroparlo bien ya que la mañana estaba bastante fría, se dirigió al baño para lavar su cara y cepillar los dientes, tomó el abrigo del perchero y salió de la habitación. Al bajar las escaleras estaba Almond que se levantó apenas las vio.

—Buenos días muchacho.— acarició su cabeza —¿Tienes hambre? Vamos a la cocina. — abrió el costal donde estaban sus croquetas, lleno el tazón de comida y el otro de agua colocandolos junto al cancel que daba al jardín trasero.

—Bien ¿Qué le gustará de desayunar? — pensó por unos instantes, mirando a la ventana. — hace mucho frío, tal vez ¿Waffles de avena con un poco de fruta? — se preguntó así misma sin saber si era una buena opción.
Tomó un tazón de cristal añadiendo los ingredientes, una vez espesa la mezcla fue poniéndola en la wafflera, mientras se cocía picaba un poco de fruta, no sabia que le gustaría más a él, así que se le ocurrió rebanar algunas fresa, plátano y acomodar algunas frambuesas en el plato con la demás fruta. Cuando estaba por terminar con los waffles encendió la cafetera fue entonces que los brazos de Andrew la sobresaltaron.

—Buenos días hermosa — musito cerca de su oído, con una voz ronca de que recién despertaba que le erizo la piel.

—Buenos días Andrew — sonrió, acariciando uno de sus brazos.

—Se ve delicioso el desayuno.

—No sabía que prepararte, solo espero que te gusten los waffles de avena.

—Hace mucho no los como, así que me caerán de maravilla. — giro a Iris quedando frente a frente — ¿Dormiste bien? — y aunque nadie lo creyera, tenerlo así de cerca lograba ponerla nerviosa.

— Bas... Bien, bastante bien — paso saliva — ¿Y tú?

— Increíble, dormí tan cómodo anoche

— No supe en que momento me quedé dormida, solo recuerdo que veía tus ojos.

— Y es fascinante verte dormir ¿Necesitas ayuda con algo?

—¿Puedes llevar los waffles a la mesa?

—Seguro — beso la frente de Iris, llevando los waffles junto a la miel y jalea a la mesa mientras ella iba tras el con un par de tazas de café.

—Creo que es todo. — se sentaron frente a frente preparado su desayuno, nunca había hecho algo así, ni siquiera para Alexander, pero quien podría comparar a Andrew con el imbécil de su ex novio.

—Esto está delicioso — musito apenas dio el primer bocado.

—¿De verdad?

—Por supuesto, anda come. — durante su desayuno nadie dijo nada, solo era la sonrisa de la chica, encantada de verlo comer como si fuera lo más delicioso del mundo.

• 𝑻𝒉𝒆 𝑲𝒊𝒔𝒔 𝑶𝒇 𝑻𝒉𝒆 𝑫𝒆𝒂𝒕𝒉 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora