• | Capítulo XVIII | •

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La noche recién llegaba, en la cama yacía Iris abrazada a su álbum de fotos mientras Andrew la abrazaba por la espalda, podía sentir su respiración tranquila y profunda, estaba dormida, y por más que él intentará conciliar el sueño no le era posible, pensaba en todo lo que le diría al día siguiente, pensaba en que todo podría salir mal, pero ya era hora de explicarle quién era él y qué estaba sucediendo.

Si tan solo mi vida hubiera sido diferente.
Si tan solo mis padres no hubieran destruido mi vida.
Si tan solo no hubiera cometido mi pecado, probablemente no estaría contigo.
Pensaba y pensaba, ni él sabía cómo había llegado a ese punto, él sólo había ido al hospital a cumplir con su deber, pero terminó enamorado y prolongando las cosas, tal vez si hubiera seguido los consejos de Liam no estaría en esa situación, por otra parte si hubiese hecho caso no habría conocido lo que es el amor ni todo lo que conlleva, sentir miedo, emoción, tristeza, sentir como se estremece todo dentro de ti al ver sonreír a esa persona.
De tanto pensar y reprocharse así mismo el sol recién llegaba, se levantó de la cama, bajo por las escaleras y entró a la cocina a preparar el desayuno, que dada la situación, sería el último. Extrañaba su jardín de lavandas, lo hacía estar tranquilo siempre que su cabeza estaba revuelta. Subió para despertar a la chica, aún estaba dormida, solo se sentó junto a ella y con delicadeza quito algunos cabellos que estaban en su rostro, pasó el índice por su mejilla, hasta que abrió los ojos, seguían un poco rojizos e hinchados por tanto que estuvo llorando, recibió una sonrisa de su parte a lo que él le respondió de la misma forma.

-Buenos días mi cielo hermoso. - musito en voz baja.

-Buenos días cariño - levantando su brazo para alcanzar un mechón de cabello que estaba sobre los ojos de Andrew.

-Ven, hice el desayuno... Recuerda que debemos ir a la playa.

-Cariño, no me siento tan bien para ir a la playa, en verdad lamento arruinar los planes que tenias.

-Tenemos que ir, hay algo muy importante que debo decirte. - haciendo pequeños círculos en su mejilla y manteniendo una sonrisa ladina.

-Esta bien, bajaré en un momento.

-Te esperaré abajo.

Mientras tanto, él esperaba en el comedor, sosteniendo una taza de té entre sus manos, mostrándose más serio de lo normal, trato de cambiar su semblante conforme los pasos se escuchaban más cerca.

-Se ve delicioso todo lo que preparaste. - Dijo al sentarse frente a él.

-Todo especialmente para ti cariño.

-¿Qué es eso tan importante que quieres decirme? - pregunto curiosa, mientras daba un sorbo a la taza esperando su respuesta.

-Te lo diré más tarde, quiero que pasemos un lindo día en la playa. -sonriendo lo más que podía.

-Soy muy impaciente Andrew - respondió con gracia.

-Solo espera un poco, y prometo que apenas llegue la puesta de sol te diré todo.

-Esta bien, trataré de esperar - sonrió y siguieron comiendo.

Un par de horas después, ya se encontraban subiendo las cosas necesarias para su día en la playa, cerraron la puerta principal y subieron al auto. Se alejaron de la casa y tomaron el rumbo a la playa.

-Debo admitir que te ves hermosa con ese color. - mirando de reojo la blusa lila holgada que colgaba de un hombro.

-Me gusta este color, me recuerda a ti, sobre todo por tu olor a lavanda. Puedo pregunta ¿Por qué te gusta tanto la lavanda?

-Me trae paz, siempre que mis padres discutían y me hacían sentir tenso iba a ese campo de lavandas a buscar tranquilidad. Por eso es tan especial para mí ese lugar.

-Gracias por llevarme a ese lugar.

-Eres la única persona a la que llevaría siempre ahí. - se giro por unos segundos a mirarla y darle una sonrisa.

Admiraba el paisaje, sacando su brazo derecho y sintiendo como el viento chocaba contra sus dedos, sonrió porque a pesar de todo se sentía feliz, mientras él estuviera ahí, todo estaba bien. La playa se podía observar a lo lejos, completamente sola para ellos, bajaron del auto colocando sus gafas de sol y quitando el cabello de sus rostros a causa de brisa que llegaba.

-Al parecer somos las únicas personas aquí - comentó, mirando a su alrededor sin ver a otra persona cerca.

-Tal parece que la playa es de nosotros por hoy. - respondió y tomó el borde de su camiseta quitandola. Caminó hacia su lado izquierdo donde había algunos tejados con sillas bajo éstos.
Lo siguió, sentándose a su lado mirando como las olas iban y venían, respirando el aire puro que éstas traían consigo, a pesar de lo que había pasado el día anterior con Almond, se sentía bien ¿Estaba mal de su parte? Quería creer que no, que Almond estaba bien, con su padre y que ahora él no estaba solo en el lugar donde sea que estuviera.

Esperaron un poco a que él sol no fuera tan radiante y así pudieran entrar al agua, con algo de pena Iris se quitó la blusa y el short que llevaba, dejando ver su traje de baño, tomó la mano de Andrew corriendo hasta el mar y lanzándose, dejando que los meciera lentamente, cerrando los ojos sin soltarse de las manos.

-Está tan quieto. - musito con los ojos aún cerrados.

-¿Te sientes un poco mejor hermosa? - pregunto estando frente a ella, admirando su rostro sereno.

-Si, sé que debería sentirme mal por lo que le sucedió a Almond, pero, quiero pensar que él está bien... Que está con papá y ninguno está solo.

-Así es, ellos están juntos y ninguno estará solo, no fue tu culpa y no debes sentirte mal... Solo... Es la ley de la vida.

-Gracias por siempre hacerme sentir bien, realmente desde que apareciste en mi vida soy muy feliz, creo que jamás te di las gracia por eso Andrew.

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• 𝑻𝒉𝒆 𝑲𝒊𝒔𝒔 𝑶𝒇 𝑻𝒉𝒆 𝑫𝒆𝒂𝒕𝒉 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora