• 𝑻𝒉𝒆 𝑲𝒊𝒔𝒔 𝑶𝒇 𝑻𝒉𝒆 𝑫𝒆𝒂𝒕𝒉 •

• | Capítulo XIII | •

Escuchaba el cantar de las aves entre sueños, se removió y sintió aquellos brazos que la rodeaban dándole calor y protección, una vez más admiró el rostro de Andrew, tan calmado, tan hermoso, sus largas pestañas, su cabello cayendo por la frente, era hermoso ver su negro cabello despeinado.

La mañana estaba más que helada, pues toda la noche estuvo lloviendo, salió de la cama con el máximo cuidado de no despertarlo y bajo a la cocina para encender la cafetera, preparó un par de omelettes con jamón y queso. Apenas iba a subir las escaleras cuando los pasos de Andrew bajando escalón por escalón se hicieron presentes.

—Buenos días hermosa. — se acercó a ella, acunando entre sus manos las mejillas de Iris y depositando un beso en su frente.

—Buenos días cariño, el desayuno está lindo.

—Y huele delicioso.

—¿Quieres café?

—Si, hace demasiado frío. —se sentaron en la mesa como cada mañana, mientras comían conversaban.

—¿Tienes planes hoy?

—Solo pensaba en salir a ver a un amigo.

—Tal vez... Puedes invitarlo, claro si tú quieres.

—Claro, seria genial que lo conocieras. Lo llamaré para invitarlo.

—¿Qué quieres que preparé de cenar? —dio un sorbo a su café esperando la respuesta.

—No, no es necesario que prepares algo, podemos comprar o pedir algo.

—Es tu amigo, y no me gustaría que pensara que soy descortés. —sonrió tratando de convercelo y como él realmente no quería ser descortés ni desanimarla terminó aceptando.

—Está bien, estoy seguro que Jason quedará fascinado con tu cena.

—¿Qué le gusta? Para poder prepararlo.

—Te aseguro que lo que prepares le encantará.

—Entonces ire a cambiarme, debo salir a comprar algunas cosas. —se levantó de la mesa recogiendo los platos.

—Yo lo haré, ve a alistarte. —a lo que ella sonrió dando la vuelta y subiendo las escaleras —Ahora ¿Qué le voy a decir a Jason?—
Tomo su teléfono marcando el número, apenas dieron dos tonos cuando su voz ronca se escucho del otro lado.

—Buenos días

—Buenos días para ti —respondió con un tono burlón.

—¿A que debo tu llamada?

—Como te explico, estás invitado a cenar esta noche.

—¿Dónde vamos?

—De hecho, vendrás... A casa de Iris. - un silencio se hizo, esperaba su respuesta pero no emitía ni una palabra. —¿Jason?

—Sigo aquí, solo pienso, está todo bien ¿Cierto? —un pequeño alivio recorrió su cuerpo, pues Jason no era una persona que socializara mucho, en cierta forma estaba seguro que aceptaría por el hecho de que sabía lo que Iris significaba para él.