• | Capítulo XVI | •

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Una vez que se pudo serenar un poco, salió de casa de Liam, pensando en todo lo que habían hablado.

Tal vez era momento de aceptar que esto pronto llegaría a su fin, y debía ser sincero con Iris, aún si eso implicaba perderla, pero ya no podía seguir ocultando la verdad, de tanto pensar ni cuenta se dio que había llegado a casa, lo sentía como su hogar, y deseaba permanecer con ella ahí siempre.

Salió del auto y entró, no había rastros de ella en la cocina o sala, subió a la habitación y ahí yacía en la cama, aún dormida.

—Mi hermoso cielo, ya volví -Se sentó en la cama junto a ella, acaricio su cabello, se sentía muy fría y se veía muy pálida. —Iris, despierta — pero ella no reaccionaba. — Dios mio, no me hagas esto, no puedes irte aun, no sin saber la verdad. — tomo su teléfono con torpeza llamando a Liam — ¡Responde Carajo!

—¿Qué pasa? — se escucho al otro lado.

—Tienes que venir rápido, no despierta, está muy fría y pálida.

—Andrew

—¡Por favor Liam!

—Iré ahora mismo, no tardaré. — la llamada se corto y él volvió a la cama.

—Por favor mi amor, todavía no, no es la forma en que debes hacerlo. — recostó la cabeza de la chica sobre su regazo y la cubrió con las frazadas. —Todo esto es mi culpa, no debí dejarte sola.
Un par de golpes en la puerta resonaron por toda la casa, a lo que bajo corriendo a abrir, estaba el rostro serio de Liam y detrás el rostro preocupado de Jason.
—Por favor, sube a verla pronto, no despierta. —se hizo a un lado, subió las escaleras hasta la habitación, poso su mano sobre la frente de ella, corroborando que estaba helada.

—Realmente no hay mucho que pueda hacer, esto es secuela del accidente que tuvo, solo queda esperar a que despierte o no.— poso una mano sobre el hombro del chico.

—Yo me quedaré con él, tal vez puedan necesitar algo — musito Jason, a lo que Liam solo asintió y salió de la habitación.

—¿Crees que despierte?

—Lo hará, tranquilo... Solo es cuestión de esperar, estaré abajo por si me necesitas.

—Despierta por favor... — se acostó junto a ella, abrazándola, esperando solo el momento en que abriera sus ojos. La observo por horas hasta que él cayó profundamente dormido.

Rayos se veían por la ventana, pero ni el trueno de los rayos podían callar la pelea de sus padres, como discutían siempre por lo mismo, como él ya estaba harto de seguir así. Miraba el techo de su habitación, llorando porque deseaba haber tenido una mejor vida que ésta, necesitaba algo que calmara el dolor, salió de su habitación hasta la sala principal donde estaban todas las botellas de alcohol de sus padres. Tomó una botella de Whisky y volvió a su habitación, él jamás había probado el alcohol pero veía como sus padres lo hacían siempre que terminaban de discutir.
Dio un trago enorme y aunque le quemaba la garganta conforme descendía el líquido, al menos se olvidaba un momento de los gritos, y de lo que él llamaba "Su miserable vida".

Despertó aturdido al recordar más sobre su pasado, su respiración estaba exaltada.

—¿Estas bien cariño? — se giró al escuchar esa dulce voz, la vio sentada en el escritorio mientras comía un poco.

—Estas despierta amor — se levantó con rapidez hasta ella tomando sus mejillas y acariciándolas.

—Tenía un poco de hambre, no quería hacerte ruido y tampoco a Jason, se quedó dormido en el sofá.

—Perdona que se quedará dormido, el vino a visitarnos y creo que me quedé dormido.

—No hay problema cariño, puede venir siempre que quieras — sonrió.

—Iris ¿Te sientes bien cielo?

—Solo me duele un poco la cabeza, pero debe ser porque no comí nada en todo el día ¿Por qué lo preguntas?

—Te veías un poco pálida cuando llegue, pensé que te sentías mal.

—Todo esta en orden —sonrió —Y ¿Tú?

—¿Yo? — pregunto confundido.

—Si, despertaste muy alterado ¿Tuviste pesadillas?

—Algunas pesadillas de mi pasado, no debemos preocuparnos por eso.
Iris ¿Hay algo que quisieras hacer? Algo que siempre has querido hacer y no has podido.

—Mmm... Déjame pensar. Creo que contemplar el atardecer en la playa.

—¿Quieres que vayamos a la playa?

—Andrew ¿Sucede algo?

—Solo quiero hacerte feliz.

—Ya me haces muy feliz, cariño.— a lo que él solo la abrazo.

—Iremos a la playa y vamos a contemplar ese atardecer, te lo prometo ¿Vamos a dormir?

—Si, a pesar de que dormí todo el día me siento muy cansada. — se acurrucó junto a él, mientras él la cubría con el gran edredón y apagaba las luces.

—Iris...

—¿Qué pasa cariño?

—¿Podrías tararear algo para mí? Tengo miedo y tu voz me hace sentir tranquilo.

—¿De que tienes miedo? — Subió su rostro mirando el de él.

—No me gusta revivir el pasado, detesto la vida que tuve.

—No hay nada que temer cariño, yo estoy aquí contigo y te voy a cuidar y proteger siempre. — sonrió abrazandolo y empezando a tararear la primer melodía que se le ocurrió.

Sentado en uno de los primeros escalones y recargando su espalda en el barandal, lloraba Jason al escuchar a su amigo, Andrew era una persona tan buena, no merecía nada de lo que le sucedía, ni ahora ni antes con sus padres. Escuchaba a Iris tararear tratando de calmarlo.
¿Por qué eres tan cruel Dios?
Pensó, mientras daba un trago al vaso de Whisky que había tomado de la cocina.
Realmente es que el destino estaba siendo demasiado cruel, y lo que todos anhelaban era paz y dejar de sentir miedo, o dolor, parar con el sufrimiento y agonía.
Pero cada quien tiene un destino, y el de Andrew e Iris ya estaba escrito, y nadie podía cambiarlo, más que solo aceptarlo.

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• 𝑻𝒉𝒆 𝑲𝒊𝒔𝒔 𝑶𝒇 𝑻𝒉𝒆 𝑫𝒆𝒂𝒕𝒉 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora