• | Capítulo X | •

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El camino de regreso se mantuvo en silencio, pero no era un silencio incómodo pues entre ellos ya existía una conexión, que sin musitar una palabra decían mucho con la mirada.
Conforme más se acercaban a la ciudad más frío se sentía, la noche estaba por llegar, tal vez su madre estaba preocupada por la hora o tal vez no, de cierta forma parecía confiar mucho en Andrew.

—Sólo espero que tu madre no esté molesta.

—¿Lees mi mente? — preguntó con gracia.

—Algo así — sonrió tomando la mano de Iris. — Estás helada.

—No es nada, a veces baja mucho mi temperatura.

El auto recién se detenía frente a la casa Clearwater, no era tan tarde y las luces estaban apagadas por completo, a decir verdad, la casa mostraba una imagen tétrica.

—Te acompañaré adentro.— quitando su cinturón y saliendo del lado del conductor, quiso correr a abrir la puerta de la chica pero ella le había ganado en salir. Caminaron hasta la puerta, una vez abierta la entrada principal, los dedos de Iris fueron buscando en la pared los botones que encendían las luces.

—¿Mamá? — espero unos segundos y no obtuvo respuesta — Mamá ¿Estás en casa? — dejó a Andrew en la sala para subir a la recamara de su madre a buscarla, pero no había rastro de ella.

—¡Iris! Ven — escuchó el llamado de Andrew, a lo que bajó a prisa las escaleras. — ¿Qué pasa?

—Es una nota de tu mamá, al parecer tuvo que salir.— le extendió el trozo de papel.

Cariño, tuve que salir a solucionar cosas, lamento tener que dejarte sola, pero sé que estarás segura.
Prometo que volveré tan rápido como pueda, ya sabes que hacer si necesitas algo.
 

Te ama mamá.


—Supongo que debe ser algo muy importante.— se giro con el chico, sonriendo de lado.

—Estoy seguro que si, no te dejaría sola sino fuese importante.

—¿Volverás a casa?

—¿Quieres que vuelva?

—La verdad es que no, quédate conmigo, al menos hasta que mi madre vuelva.

Él permanecia en silencio pensando, si era correcto quedarse con ella, aún cuando no haría nada inapropiado.

—Entiendo sino quieres.

—Me quedaré contigo.

—¿De verdad?

—Claro que si, además no podemos dejar a Almond solo. Que opinas si, vamos por pizza y luego me acompañas por algunas de mis cosas.

—Me parece perfecto, vamos.

—Sube a ponerte un abrigo está comenzando a hacer bastante frío.

—No tardaré.— subió las escaleras mientras él se giraba y sacaba su teléfono buscando el contacto de Jason.

Acabo de cometer una gran estupidez.

• 𝑻𝒉𝒆 𝑲𝒊𝒔𝒔 𝑶𝒇 𝑻𝒉𝒆 𝑫𝒆𝒂𝒕𝒉 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora