AMANTES (JK & TN )

19

Hoy sería el gran día para Jungkook había quedado en ir a la oficina de TN. Todo ello arreglado por supuesto por su amigo Yoongi.

Entró decidido en el edificio dónde tenía la empresa TN, no podía dejar de pensar en ella por un momento y eso lo tenía entre las cuerdas y no lo dejaba pensar con coherencia.

Habían pasado varios días antes de poder llevar a cabo su plan. Y es que tuvo a su hijo en el apartamento ya que Ji-Eun fue unos días de viaje, sabría dios donde fue esa mujer. Pero a él le daba exactamente igual, solo quería a su hijo y punto, lo cuidaría siempre y velaría por su futuro.

Y es que Jungkook no era tan desalmado como parecía, solo que no recordaba a TN y con su mujer lo había pasado tan mal que ahora disfrutaba del sexo que le daban las mujeres por ser tan atractivo.

Pero con TN había algo especial, aunque necesitaba creer que no volverían a jugársela.

Los días con su hijo habían sido maravillosos, jugaron y rieron juntos, fueron momentos para recordar siempre.

Subió por el ascensor bajo las miradas lujuriosas de las mujeres que se encontraban a su alrededor. Ellas lo miraban de reojo y él se daba cuenta de eso, se sentía deseado. Era una sensación que le gustaba y se recreaba en ser observado cuando llegaba a algún lugar.

Al llegar donde tenía la oficina TN idem de lo mismo, todas lo miraban. Fue hasta la mesa donde se encontraba su secretaria.

—Hola soy el señor Jung, ¿puede decirle a su CEO que estoy aquí para nuestra reunión? —le sonrió a la chica y ésta se puso nerviosa.

—Sí...señor Jung ahora mismo —la chica se levantó y fue hacia la puerta de TN que estaba cerca de su sitio de trabajo, abrió pero se dió cuenta que no se encontraba en el interior —¡Oh! Se me había olvidado, ha bajado a por un café de los del bar de enfrente, son los que más le gustan.

Jungkook mordió su labio inquieto y la otra suspiró al verlo, mira que le gustaba a éste hombre hacer eso, si viera lo que hacía sentir a la que lo miraba no lo haría.

—De acuerdo bajaré a verla no se preocupe, gracias de todos modos —sin más salió de allí y bajó de nuevo a la calle.

Había empezado a llover y no llevaba paraguas. Valla.

—Que fastidio —dijo al no saber qué hacer ahora.

El bar no estaba muy lejos, así que pensó en correr pero se mojaría, y es que lo hacía con fuerza.

—Joder que contratiempo —maldijo sin saber que hacer.

De pronto la vio a lo lejos en la puerta del lugar que le dijo su secretaria con un café en la mano, y al igual que él no se atrevía a salir de allí.

Reía por la ridícula situación que tenían los dos a causa de la lluvia.

Estaba tan bonita allí con su mano extendida cayéndole el agua de la lluvia. Llevaba un abrigo de color rojo que le quedaba espectacular, era preciosa.

Su cuerpo le pedía correr hacia allí para ayudarla a cruzar la calle. Y entonces entendió que debía ir a por ella aunque viniera a Seul el Diluvio Universal.

Corrió a toda prisa y se puso delante de TN nada más llegar donde estaba.

—Sorpresa —la asustó.

—Mierda, eso me asustó —se puso la mano en el pecho y respiró agitada. Después abrió los ojos al ver quién era.

—¿Tan feo soy para haberte llevado tal susto? —le sonreía y ella puso sus ojos en blanco, la pudo verlo allí tan normal cómo si no pasara nada.

—Seguro que si te digo feo no te das ni por aludido, tu ego ha crecido mucho como para pensar que lo eres —su sequedad era tan evidente, pero él no quiso hacerle caso.

—Me encantaría seguir hablando contigo así cómo ahora estamos pero me estoy mojando —sentía la lluvia mojar su espalda —. Ven —y sin darle tiempo a reaccionar la cogió de la mano y la puso debajo de una cornisa que había cerca de donde estaban.

Ella al verse debajo de aquel trozo de techo al igual que cuando lo conoció, se le aceleró el corazón.

—Tengo que irme —dijo nerviosa e intentó moverse para salir corriendo.

—¡Espera! —le cogió la mano y la paró tirando un poco, después la miró más serio ya —. Lo siento, tengo que admitir que fui un auténtico imbécil y si necesitas más de mí, voy a decir también que un gran capullo, ¿verdad?

—¿Se puede saber qué quieres de mí? ¿Vas a estar mucho tiempo buscando la manera de que nos encontremos? —TN estaba demasiado cansada para aguantar verlo y estar cerca suya. No quería sufrir más.

Jungkook se sintió rechazado y no le gustó nada.

—¿Me puedes decir de una vez que es lo que te prometí? Porque tú no estás enfadada conmigo sino con algo que yo dije y que tú esperas de mí. ¿Cuál fue mi promesa?

—El cielo, la tierra, el castillo del cuento y ser la princesa...eso me prometiste —se lo contó al fin ella con los ojos rojos.

—¿Te pedí matrimonio? —abrió su boca y sus ojos sin poder creer lo que le decía, entonces es cuando se sintió realmente mal.

—Mira ahora estoy muy bien con mi marido y no quiero saber nada del pasado, fue algo precioso que vivimos juntos aunque me sentí traicionada por ver a tu mujer embarazada, me dijiste que no sentías nada por ella y aquel día en el barco me di cuenta que me habías engañado.

Jungkook miró hacia un lado y metió sus manos en los bolsillos del pantalón. Respiró agitado y molesto.

—Entonces al final sí te hice daño en todo éste tiempo —la miró de nuevo—. Lo siento, no me volveré a acercar más a tí te lo prometo.

Ella se quedó en shock. Esperaba otra respuesta, que tal vez le dijera:

Sé que me porté mal en todo éste tiempo, pero al final desde que te vi en ésta segunda oportunidad que nos dió la vida, me he enamorado de tí cariño, te quiero ahora más que la primera vez y ya no me importa nada que no sea estar a tu lado.

Pero no, solo decía...no te volveré a molestar más.

—Lo siento necesito irme, tengo una cita importante con un CEO de otra empresa —le dijo con las lagrimas a punto de aparecer— así que no me puedo demorar más.

—No tienes que ir tan deprisa —se sintió culpable —. Yo soy ese CEO.

¿Más? ¿Iba a hacerle más daño?

—¿Soy un puto chiste para tí? ¿Esa es la basura que soy? —estaba histérica.

—Por favor tranquilízate —intentó cogerle la mano—. Creo que he sido un cretino contigo pero en mi defensa tengo que decir que no sabía que significaba yo tanto para tí.

—¿Perdona? —rió amargamente ella—. No te equivoques, tú no significas nada para mí, el que significaba mi mundo entero era el hombre que me valoraba como persona y como mujer, no un tipo que se cree que mojar su miembro en toda la que lo mira con deseo es lo más importante del planeta —a él le molestó eso—. ¡Y ahora me voy!

Salió corriendo sin mirar, Jungkook se dió cuenta que no podía cruzar ahora la calle como una loca, el semáforo aún estaba en verde y los coches no pararían, así que salió corriendo detrás de ella..

—¡TN! —gritó al ver un coche acercarse a ella a toda velocidad en mitad de la calle.

Cogió de un salto su cuerpo y los dos cayeron lejos de aquel coche que no los pilló después de todo. Pero Jungkook dió con su cabeza en el suelo, un gran ruido se escuchó a su lado. Los dos quedaron tendidos en el frío asfalto y la gente se arremolinaban para ver que había pasado...