The Last Witch [JiHanCheol]

Nine

De la misma forma en la que sucedió, terminó, y Jisoo se ha ido.

La sorpresa se puede notar en el solitario pelinegro, esperaba muchas cosas menos eso. Una punzada de dolor se hace presente en el pecho de Jeonghan. Suelta un suspiro acomodándose para mirar al techo.

De un momento a otro Jeonghan está llorando, las lágrimas caen hacia los lados aterrizando en los costados de su almohada.

Cuando sintió los labios de Jisoo sobre los suyos su corazón latió con felicidad envuelta pero ahora solo puede dejar salir las lágrimas en un llanto silencioso.

Se siente estúpido, estúpido por seguir creyendo ilusamente que su mejor amigo de la infancia lo mirará como algo más. Pero no es así, Jisoo siempre lo ha dejado en claro, al menos así era desde la última vez, hace años, cuando los dos se dieron su primer beso, en el cumpleaños número 16 de de Jeonghan.

Era de noche, la fiesta de cumpleaños estaba por terminar, Han nunca fue de tener muchos amigos por lo que sólo unos cuantos conocidos de la pareja Hong fueron a felicitarlo, le llevaron un pastel con algunas velitas. Minghao, Seokmin, Mina y Seokjin también estaban ahí en compañía de sus padres.

Cuando ya todos se despidieron para retirarse Jeonghan y Jisoo aprovecharon para escaparse del lugar y subir al techo de la casa a contemplar las estrellas como lo hacen cada cumpleaños.

El silencio venía acompañado del aire de la noche, el cielo estaba despejado dejando apreciar las hermosas luces naturales que el universo les brinda. Con un buen suspiro dejaron salir todas las preocupaciones que un adolescente de su edad podía tener, y como suspiraron al mismo tiempo también rieron, sus manos estaban juntas, Jisoo colocó su mano encima de la de Jeonghan mientras le sonreía, esa sonrisa que solo Jeonghan conoce, su sonrisa especial.

Sus miradas chocan, se miran mutuamente, no saben si están temblando por la fría brisa nocturna o por el nerviosismo que los invade pero sus sonrisas no se desvanecen, sus rostros cada vez más cerca, en segundos sus labios se juntaron, fue un beso suave, un beso dulce que va acompañado de sus corazones acelerados por el toque.

—Me gustas.

Las palabras salen de la boca del cumpleañero.

—También me gustas.

Es la respuesta que obtiene, y no puede evitar sentirse increíblemente feliz.

Un beso es más que suficiente, entonces se dedican a observar la noche tomados de las manos, al menos hasta que su madre les llama a ambos para que bajen, se bañen y se preparen para dormir.

Al llegar esos recuerdos a su mente Jeonghan no puede evitar derramar más lágrimas. Recordando que después de eso su mejor amigo se fue a Duoar para comenzar su entrenamiento, y no volvería dentro de unos meses, en su despedida Jisoo le dijo que al volver hablarían de lo que pasó la noche anterior, el otro estuvo de acuerdo, se despidieron entre abrazos y sonrisas.

Y durante ese período de tiempo Jeonghan se hizo cercano con Minghao, la pequeña ninfa que vivía en el mismo vecindario pero que raramente se juntaba con el otro par debido a que todavía le tenía algo de miedo al, en ese entonces, castaño.

Fue en un extraño día de otoño, después de que las clases llegaron a su fin Jeonghan se resignó a la idea de que terminaría empapado pues prefería llegar rápidamente a su casa a esperar que la lluvia terminará afortunadamente no fue el caso pues una amigable chica, que salió de la nada pero aparentemente lo conocía, le prestó una sombrilla diciéndole que tenía una de más y no era molestia, la chica prácticamente se desvaneció luego de entregarle la sombrilla. Jeonghan se encontraba feliz y pensando una forma de agradecerle a esa bonita muchacha el que le haya prestado esa sombrilla, al menos hasta que sus pensamientos se vieron interrumpidos por el ruido de un chapoteo.