Twelve

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Una semana.

Una semana desde aquel ataque.

Una semana en la que no ha sabido nada de Jisoo y no ha vuelto a ver a Seungcheol.

Lo peor, es que ha sido una semana en donde su mente ha estado llena de esos dos, torturandolo lentamente.

Actualmente se encuentra en su pupitre con una nota en la mano.

"Cuidalo"

Es lo que se lee, la caligrafía cursiva escrita con pluma negra es elegante, unas simples palabras hacen que el pecho de Jeonghan se apriete, Jisoo siempre ha tenido una letra bonita, siempre le ha gustado cuando le deja notas pequeñas pero ahora solo puede sentirse desolado cuando lee esa simple palabra.

—Jeonghan—una mano toca levemente su hombro sacandolo de su ensimismamiento.

Al alzar la cabeza mira a su compañera de clase, ella lo está viendo con preocupación.

—¿Ocurre algo Nayeon?

—¿Estas bien? Estuviste distraído toda la clase.

—Oh, sí, todo bien.

El pelinegro observa a su compañera quien está parada a su lado con la mochila colgada y después dirige la mirada por toda el aula dándose cuenta que está vacía.

—¿Hace cuánto acabó la clase?

—Unos cinco minutos aproximadamente.

—Gracias por hablarme, perdón si cause que te retrasarás.

Ella niega.

—No es nada, deberías ir a casa, no te ves muy bien.

Jeonghan le devuelve la sonrisa y agradece. Los dos salen del salón y caminan un rato juntos.

—No he visto a Jisoo últimamente, ¿se encuentra bien? Supe que viajó a Estados Unidos por su condición.

El semblante del joven cambia, soltando un suspiro, asiente levemente.

—Está bien, tuvo algunas complicaciones pero ahora está estable.

—Oh, debe ser difícil, creí que algo andaba mal, has estado distraído y con la mirada pérdida.

—Esta bien, sólo soy yo exagerando.

—No creo que exageres, estas preocupado porque lo quieres, es normal—la bajita palmea su hombro nuevamente—Me tengo que ir Han, pero sabes que cuando lo necesites y quieras, puedes hablar conmigo—la chica le sonríe y se despide mientras se aleja.

Jeonghan sigue su camino, tal vez Nayeon tenga razón, debería ir a casa y descansar, ¿habrá notado sus ojeras?, ¿será por eso que lo mencionó?

El mayor saca su celular, la razón de la nota; abre la cámara apreciando su rostro con una mueca. Sí, se ve terrible. De un momento a otro no sólo su rostro se muestra en la pantalla, ahora es acompañado por un par de ojos rasgados que le miran curiosos, el mayor de asusta volteando rápidamente.

—¿Estas bien hyung? Parece como si hubieras visto un fantasma—el menor ríe.

—No ví un fantasma pero si a un felino escurridizo—el pelinegro gruñe pero el menor vuelve a reírse—¿Qué pasa?

—Ven conmigo—el rubio toma su muñeca guiándole fuera del edificio, ignorando sus preguntas referente a donde lo lleva, solo sigue caminando y sin ganas de dar batalla el mayor se deja arrastrar.

¿Qué daño puede causar el menor?

El cautivo logra ver dos auras conocidas para él, la ninfa y el elfo están sentados de brazos cruzados con un semblante serio, al parecer siguen enojados.

The Last Witch [JiHanCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora