The Last Witch [JiHanCheol]

Fourteen

Hay sudor cayendo por su frente, sus pies arden y duelen, puede imaginar el mal estado en el que se encuentran; llenos de barro, con hojas pegadas a ellos, también puede imaginar que estos se encuentran manchados con sangre. Está agotado pero su subconsciente le dice que no se detenga, que debe seguir, no importa que.

Su respiración es agitada, siente como su cerebro reacciona y pone a trabajar a sus pulmones en busca de más oxígeno, trata de contener sus jadeos; decir que está asustado es decir poco, está aterrorizado, la peor parte, es que ni siquiera sabe por qué.
Sombras lo persiguen, no las reconoce, no hay auras, no tiene indicio de nada. ¿Serán humanos? Es lo único que puede pensar, las lágrimas caen por sus mejillas, tiene tanto terror, que sólo quiere encontrar a Jisoo y ocultarse detrás de él, quiere sentirse protegido. Jeonghan jamás se ha considerado valiente, a veces es un poco torpe e imprudente, pero no es valiente, sólo hace lo que cree justo, pero en el momento en el que lo físico se ve involucrado, no es el mejor, todos lo saben y muchos se lo recalcan siempre.

Tropieza con una rama, ha caído al suelo, sin embargo el impacto no es duro, ha caído dentro de agua, aguanta la respiración. Sale a la superficie, inhala una bocanada de aire, sus pulmones se lo agradecen, sigue en el bosque, pero está dentro de un río ¿Cómo llegó ahí siquiera? Hasta hace poco no había ni rastro de agua, Jeonghan esta confuso, sorbe su nariz, sus ojos arden. Intenta nadar en dirección a tierra firme pero la corriente es muy fuerte, lo arrasta; de repente se hunde, algo lo ha jalado, no puede volver a salir a la superficie, lo están sujetando, no dejan que salga, ¿quién se lo impide? No lo sabe. El terror vuelve.

Hay una criatura que lo arrastra, puede verlo, ¿es un pez? Tiene manos de persona, ¿qué diablos es eso? Mierda, ¿una sirena? ¿Se lo van a comer?, trata de zafarse como puede, comienza a patalear, la criatura se enoja y sube a encararlo. El pelinegro puede apreciar su belleza, no tiene el cabello largo como imaginaria uno, es corto, pero es magnífico, no importa que esas delicadas facciones tengan el ceño fruncido, no puede evitar quedarse quieto, probablemente es porque le falta el oxígeno pero comienza a dejarse arrastrar por la criatura.

Ella parece más feliz, y comienza a nadar a las profundidades, ¿qué tan profundo puede ser un río?, según Jeonghan, no tanto, pero no le crean, nunca prestó atención en clase de geografía.

Sus ojos se cierran, no sabe cuánto tiempo está inconsciente, al menos hasta que unos delicados labios tocan los suyos, el aire vuelve a entrar a sus pulmones, abre los ojos y se encuentra con el par del contrario, este le mira atento y después es empujado fuera del agua.

—Vete, los hemos perdido—dice la belleza cuando este ha tocado tierra firme.

Se vuelve a sumergir en el agua, y el pelinegro ni siquiera puede preguntarle su nombre.
Resignado se levanta, y continúa caminando, está perdido pero al menos se siente a salvo. Otro ser más que lo salva, debería dejar de meterse en problemas, debería comenzar a quedarse en casa, dedicarse a terminar su carrera, conseguir un trabajo y seguir con su vida...

Un momento... ¿Cómo es que llegó ahí?, la criatura lo había dejado en lo que parecía una cueva pero ahora se encuentra en una pradera, no hay cuevas cerca, ni el ruido del río correr.

Dos ruidos lo alertan, animales, cree.

¿Lo son?

Son dos sonidos diferentes, pero parecidos, los dos parecen gruñidos pero siente y en el fondo sabe que provienen de dos criaturas completamente distintas. La primera vez lo hizo mantenerse alerta, pero a pesar de que los sonidos comienzan a acercarse, él comienza a calmarse; espera encontrarse a las dos criaturas pero no ve nada, ni siquiera a pesar de que siente dos corrientes de aire caliente caer sobre sus mejillas, los gruñidos suenan a sus costados sin embargo no ve nada, ¿se estará volviendo loco?