Nineteen

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[Aviso: Este capítulo contiene partes con situaciones que pueden ser incomodas para algunas personas, lean con precaución, todo tiene una explicación, lo prometo, si en algún momento el capítulo te llega a hacer sentir mal, me disculpo de antemano]

El majestuoso animal continúa su paseo bajo la luz de la luna y los pasa de largo, como si no los hubiera notado. Tal vez la técnica de Seungcheol era buena, pero ¿cómo sabía que de esta forma lo evitarían? El contrario intenta moverse, pero Jeonghan se aferra a su camisa recibiendo un ceño fruncido. Sabe que hablar ahora los metería en problemas, tanto a ellos como al cambiaforma por lo que se queda callado pero eso no evita su mirada suplicante, o el intento de una y logra su cometido, el contrario se queda quieto suavizando su expresión, se siente aliviado con eso sin embargo, no suelta al mayor y afianza su agarre.

El lobo se va y ahora solo quedan ellos dos en la oscuridad del bosque, sus respiraciones se mezclan de lo cerca que están. Sus miradas se encuentran y Jeonghan no puede evitar observar los oscuros ojos de Seungcheol, no son negros como los de Jisoo, pero tampoco puede diferenciarse su color.

—¿Ocurre algo? —la voz del contrario lo saca de sus pensamientos.

—Nada—niega con la cabeza—Deberíamos irnos antes de que vuelva—hace un ademán en la dirección en la que se fue el cambiaforma.

—Si, debemos irnos.

Seungcheol camina en dirección contraria a donde fue la criatura, Jeonghan lo sigue de cerca, viendo por dónde camina. Pasan 10 minutos y todavía no han logrado salir del frondoso bosque.

—¿Falta mucho? —pregunta.

—Ya casi llegamos, cinco minutos más, sigue caminando.

—Eso dijiste hace cinco minutos—el menor se queja en voz baja para no atraer la atención de criaturas indeseadas.

—Si no tuvieras afinidad por venir a perderte en lo más profundo del bosque, no tendríamos que caminar tanto.

—Esta vez no fue mi intención—murmura mirando al pelinegro quien le devuelve la mirada por lo que se calla y sigue caminando detrás de él, al menos hasta que choca contra su cuerpo soltando un quejido—¿Qué ocurre? —dice al mismo tiempo que masajea su frente.

Jeonghan mira hacia el frente encontrándose con una mujer recargada en la motocicleta de Seungcheol, cuando la extraña dirige su mirada en dirección al más bajo sonríe coqueta. Logrando que el mayor lo vuelva a colocar detrás de él.

—No sabía que ahora dabas paseos nocturnos S...—corta lo que iba a decir y sonríe altaneramente con coquetería.

—Lo que yo haga o deje de hacer no es de la incumbencia de alguien como tú—el tono de voz del pelinegro es duro y con desdén.

—Ouch, un poco más de tacto no te haría daño Coupsie—dice—Es cierto, no tienes—se burla mientras se despega de la motocicleta.

—¿Qué quieres?

—Tranquilo—alza las manos—Solo que al ver tu moto por aquí decidí aprovechar para darte un mensaje—se asoma para darle un vistazo a Jeonghan—Pero no creo que tu pequeño juguete sea apto para escuchar esto.

Seungcheol mira hacia Jeonghan y vuelve a mirar a la hermosa mujer, exhala y asiente con la cabeza hacia otra dirección, la fémina sonríe y le guiña un ojo a Jeonghan para caminar hacia allá. Seungcheol toma su muñeca y caminan hacia la moto, lo mira directamente a los ojos logrando que quede absorto en su mirada.

—Quedate junto a la moto y por nada del mundo te muevas de aquí, si algo pasa, grita—suelta al menor y camina hacia donde se fue la extraña.

Jeonghan se queda mirando en esa dirección, logra ver sus siluetas y después de un rato se da cuenta de algo. El aura de aquella mujer no es grisácea, no importa cuanto lo quiera ocultar con sus oscuras ropas o si la percepción que quiere dar de ella misma sea tenebrosa, en el fondo su aura es de ese vibrante color amarillo.

The Last Witch [JiHanCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora