Capítulo 14

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You talk way too much de The Strokes suena en mis oídos. Comienzo a mover mi pie al ritmo de la música cuando, de repente, la canción se detiene y da paso a una más movida, la reconozco como Toxic de Britney Spears. Tarareo la melodía mentalmente y estoy a punto de cantar la letra, pero vuelve a detenerse y suena The Strokes, de nuevo. Al instante, Britney Spears hace aparición por un mili segundo antes de que la música se acabe por completo. Frunzo el ceño y abro los ojos de golpe, justo cuando escucho el gruñido molesto de Ian.

—¡Deja de cambiar mi música! —exclama, irritado.

—¡Pues, déjame poner algo yo! —Dian refuta—. ¡Nunca me dejas poner ninguna canción!

—¡Por algo será!

The Strokes vuelve a sonar y se ve interrumpido por Britney Spears, una vez más. La batalla continúa durante unos segundos más hasta que escucho a Adonis inspirando profundamente y, posteriormente, se mete entre los asientos para desconectar el celular del auxiliar y la música deja de sonar.

—¡Oye! —los mellizos se quejan al unísono.

—¡Ya basta! ¡Me tienen harto! —exclama, alterado—. ¡Una jodida hora en carretera escuchando sus estúpidas peleas sin sentido!

—¡Pero-! —ambos intentan refutar.

—¡No me importa! ¡Ya cállense!

Suspiro, frustrada, sintiendo cómo mi cabeza comienza a doler. Ian le da una mirada furtiva por el retrovisor y Dian se acomoda de mala gana en su asiento, cruzada de brazos. Adonis deja caer el teléfono en medio de nosotros y exhala, molesto.

¿En qué momento decidimos que era buena idea meternos los cuatro en un carro durante dos horas?

Me reacomodo en mi lugar y recargo la cabeza contra la ventana del auto, mirando los árboles pasar con velocidad. El cielo luce gris y es claro que pronto comenzará a llover.

—Bueno, pon una canción tú —Dian habla después de unos minutos en silencio—. Es muy aburrido viajar sin música.

Él suspira, conecta el auxiliar de nuevo y comienza a buscar en el celular. Observo por el rabillo del ojo, cómo su ceño fruncido comienza a desaparecer poco a poco. Una pequeña sonrisa cruza sus labios y selecciona una canción. La reconozco al instante.

Legend de Twenty One Pilots.

Nadie se queja por su elección y no sé si es porque realmente les gusta o porque no quieren que los vuelva a regañar. Sea como sea, no dicen nada al respecto. El resto del viaje, es él quien se encarga de la música para evitar peleas.

Cuando comienzo a ver rastros de la civilización, me sorprende observar lo diferente que luce la ciudad de Nirewood. Las casas aquí son más grandes y hay más gente en las calles de lo que estoy acostumbrada a ver. Sin embargo, los chicos no mentían: hay mucha neblina. A lo lejos, las montañas verdes se alzan y el bosque luce más oscuro de lo normal. Eso y contando con el hecho de que el cielo se vuelve cada vez más gris, le dan un toque lúgubre.

'Cause Heaven ain't close in a place like this.

Somebody told me de The Killers suena en el altavoz y no podría estar más de acuerdo con esa frase. Mientras más nos adentramos en la ciudad, más comprendo porqué Adonis no quería que viniera sola. Este lugar es enorme, con mucha gente y la energía que proviene de mi alrededor es tensa.

Adonis baja el volumen de la música y observa su alrededor, buscando algo en particular. Parece encontrarlo porque da dos golpecitos al asiento de Ian.

—Detengámonos aquí.

Ian estaciona el auto en la orilla de la calle y los cuatro salimos. El frío de la ciudad me recibe al bajar y me estremezco un poco. Mentalmente, le doy las gracias a Dian por haberme sugerido traer una gabardina, al igual que ellos. La gente no parece muy interesada en nosotros y es que, con tantas personas a nuestro alrededor, pasamos desapercibidos por completo.

NirewoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora