Capítulo 16

127 21 3
                                    


Tuvo el tiempo justo de cogerle con fuerza en sus brazos antes de que cayera al suelo desmayado. Se sentó en el sofá con él en sus brazos mientras que Gordon corría a la cocina a por un vaso de agua fresca.

Le acomodó mejor sobre su regazo, haciéndole apoyar la cabeza sobre su hombro izquierdo mientras que con una mano le retiraba el pelo y le acariciaba con suavidad la mejilla mientras le llamaba en voz baja.

—Bill....abre los ojos, por favor...

Le vio parpadear y casi gritó. Alzó la cabeza y vio que le acercaban un vaso de agua que cogió con una mano temblorosa y llevó a los labios de Bill.

—Bebe un poco—pidió mojándole los labios.

Le vio separarlos e inclinó el vaso lo suficiente para que bebiera sin derramar una gota.

—Ya vuelve en sí—dijo a Gordon con un hilo de voz.

Gordon asintió y recogió de nuevo el vaso cuando su hijo abrió del todo los ojos y escondió la cara en el cuello de Tom.

—Georg....—sollozó contra su piel.

—Se pondrá bien—dijo Gordon.

—Pero... ¿qué le ha pasado?—preguntó Tom aún sin entender.

—La policía aún no lo sabe, unos niños le encontraron tirado en el suelo con la cara llena de golpes y sangre, muy cerca de la tienda—explicó Gordon.

—Ha sido el mismo—susurró Bill abrazándose más a Tom—No parará hasta hacerme lo mismo que a Andreas y Gustav.

—No dejaré que nadie te haga daño—dijo Tom con firmeza estrechándole en sus brazos.

Esperaron a que se calmara y entonces le ayudaron a ponerse en pie.

—Quiero ir a verle—dijo Bill con voz temblorosa.

—Está en buenas manos, no puedes hacer nada por él—trató Tom de hacerle cambiar de opinión.

—No lo entiendes...se lo debo. Estaba ya mal por mi culpa, no se merece....

Dejó la frase sin terminar, sus labios le temblaban y no le dejaban hablar. Solo pensaba que se iba a morir sin estar él a su lado, sin que supiera cuanto lamentaba haberle hecho tanto daño...

—Iré a por el coche—dijo Gordon—Tu madre está en casa de una vecina, le avisaré de a donde vamos, no quiero que se preocupe sin vuelve a casa y ve que no estamos.

Salió de la casa mientras que Tom llevaba a su habitación a Bill y le ayudaba a cambiarse de ropa. Aún llevaba puesto su pijama y enseguida se lo quitó para ponerse unos vaqueros azules y una camiseta negra que resaltaba con la palidez de su cara.

Mientras que se calzaba cogió una de sus cazadoras de cuero y le ayudó a ponérsela para que se abrigara. Bajaron las escaleras y al entrar en el coche vio que su madre ya estaba sentada al lado de su padre, con un gesto de preocupación que le recorría la cara.

Conocían a Georg desde que era un niño, sus padres y ellos eran amigos y en esos momentos les necesitarían a su lado.




Llegaron al hospital y en el les informaron de la gravedad del asunto. Estaba en coma, había recibido una paliza que le había causado un traumatismo craneal, las próximas 24 horas eran esenciales, si no salía del coma por si mismo no había nada más que hacer que certificar su muerte cerebral.

Un solo veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora