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Alexa

—Alexa, por favor —me regañó mi madre, colocando sus manos sobre sus caderas cubiertas por un arreglado y pijo traje rosa mientras me miraba cansada.

Llevábamos media hora así, con ella persiguiéndome por casa, intentando convencerme de que debía de cuidar unas horas de mis tres primos pequeños.

Lo gracioso es que habíamos empezado a hablar en la cocina y ahora nos encontrábamos en mi cuarto gracias a mis intentos fallidos de escaparme de ella, todo apuntaba a que iba a obligarme a hacerlo.

—Mamá, no voy a hacerlo —espeté firmemente, cruzándome de brazos.

—Es un favor para tu tía Camila, solo serán unas horas.

—Pues hacedlo ustedes.

—Tenemos que irnos a una cena en otra ciudad, no podemos.Pasaremos la noche allí —explicó, llevando sus dedos hasta el puente de su nariz —. Por favor, Ale.

—Sabes que no se me dan bien los niños, ¿y si se me pierde alguno?

Soné dramática pero me da igual.

—Tienen 6 años, solo les pones una película y punto, Ale.

—Pero, mamá...

—Pero nada, Alexa Paige, vas a hacerlo —sentenció, interrumpiéndome.

Tuve que morderme la lengua para no responderle de una manera un tanto poco educada por lo que preferí pensar en algo mientras suspiraba.

—¿Puedo llamar a Lia al menos? —pregunté, justo antes de que mi madre llegará hasta la puerta.

No me había dado cuenta de que se había dado la vuelta.

—Claro, llámala.

Sabía que no dudaría en dejarme hacerlo, ella le cae muy bien a mis padres y menos mal. Mi madre tomó el pomo de la puerta y salió pero como no, no pudo irse sin decirme algo.

—Tus primos vendrán en un rato, vístete decente aunque sea para tu tía y quítate ya el pijama por dios, que son las seis de la tarde.

—Vístiti dicinti...—farfullé nada más escuché el portazo de mi madre.

Todo genial, cuidar de tres parásitos llamados niños. Suerte que a Lia se le dan bien, debería de llamarla ya.

Agarré el teléfono del bolsillo de mi pantalón de pijama antes de tirarme de espaldas sobre la cama. Busqué el contacto de Lia, dispuesta a llamarla para que viniera. Pulsé el botón de llamar y llevé el teléfono hacia mi oreja, escuchando los tonos que salían de los altavoces.

—Dime, Alexa —habló rompiendo el silencio, se escuchaba cansada.

Seguro estaría estudiando cosa que debería estar haciendo yo ya que estamos de exámenes.

—Necesito un favor...

—Oh, oh —murmuró, algo burlona.

Siempre la llamaba diciéndole eso para que me cubriera diciendo que me quedaba en su casa cuando en realidad me iba a fiestas a las que mi padre no me dejaba ir y no quería ir con Nick aunque, ella siempre acababa viniendo conmigo. Fue en una de esas fiestas en la que conocí a Caleb, en una de esas fiestas también me reencontré con él.

Hace unos días de eso y hemos seguido hablando por mensajes. Es raro, a cada mensaje que me llega un latido más fuerte inunda mi pecho. Sé las razones de eso pero, no quiero admitirlas.

—Tranquila esta vez no es nada de que me cubras —le expliqué.

—Menos mal, no iba a ir de fiesta de nuevo.

Ángeles Oscuros [#2] (TERMINADO)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora