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Alexa

Había llegado a aquel estúpido parque. Estaba todo desierto por lo que decidí ir hacia la puerta trasera, debí haberlo pensado antes. 

Volví a montarme en la moto y di casi toda la vuelta alrededor del parque hasta llegar hacia la puerta trasera la cual estaba más o menos igual.

Aparqué frente a la gran puerta y me bajé de la moto, guardando el casco como de costumbre. Removí mi cabeza como acto reflejo para tratar de peinarme, el casco siempre hace que se me ponga el pelo bastante abierto. 

Dejé la moto a pocos metros de mí antes de andar hasta la puerta frente la que había aparcado. Apoyé en esta, llevando mi mano hacia mi bolsillo derecho y tomando mi teléfono junto con el papel del número con las alitas negras esas. 

Acabé guardado el móvil en el mismo sitio tras mirar la hora y me quedé mirando el papel, dándole vueltas mientras esperaba a que llegara aquella supuesta persona que debería darme la maría.

Escuché unos pasos a mi lado pero no me atreví a mirar hacia arriba, mis putos nervios que me traicionan cuando menos lo necesito. Seguí jugando con el papel, notando como aquella persona se posaba en la puerta a mi lado y fue entonces cuando mi vista viajó de aquel papel hasta las piernas a mi izquierda.

—¿Qué haces aquí? —Me preguntó y no pude evitar mirar de dónde provenía aquella voz subiendo la mirada del manera lenta pero justo en el momento.

Nada más alcé la cabeza en su dirección me encontré con los mismos ojos marrones que vi en la fiesta del viernes pasado, no pude evitar examinarlo para confirmar mi teoría de que era él. 

¿Era él el tío que iba a venderme la droga? Demasiada causalidad, ¿no? Bueno eso solo puedo descubrirlo de una manera.

—Comprarle maría a un tío, ¿y tú? —Respondí bromeando, dedicándole una sonrisa con los labios ligeramente apretados que me salió de manera inconsciente.

—Venderle droga a una tía —contestó de la misma manera, esbozando una ligera sonrisa.

Joder ,pues si que era él el que iba a venderme la maría.

—¿Sorprendida? —Inquirió.

—No me esperaba que fueras tú. 

—Suponía eso, ¿acaso no tengo pinta de camello?

—No la verdad, pareces un Ken.

—Vaya, me esperaba de todo menos eso pero, ¿gracias...? —Murmuró causándome una risa.

—Tómatelo como un cumplido sí quieres —bromeé de nuevo.

—Caleb —se presentó.

—Alexa —hice lo mismo.

Seguí mirándole a los ojos, sintiendo un ligero cosquilleo en mi interior, espera, ¿qué coño esta pasando? Yo venía por droga y he acabado hablando con el camello que es bastante más guapo que como lo recordaba.

—Creo que esta es la parte en la que me das la maría y yo te pago —añadí, viéndolo desde arriba a abajo sin poder evitar reír.

—Tienes razón.

Metió su mano en su bolsillo, sacando de ahí una pequeña bolsa en la que se podía ver claramente la maría. Tampoco había comprado mucha, tan solo dos gramos. 

El castaño me pasó la bolsita la cual no dude en tomar a la vez que le daba el dinero correspondiente. Guardé la bolsa en mi bolsillo trasero antes de devolverle la mirada sintiendo al instante como mi teléfono vibraba en otro bolsillo, por dios que no sea Nick ahora. 

Ángeles Oscuros [#2] (TERMINADO)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora