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Alexa

Todas las miradas recaían sobre mí mientras Caleb golpeaba a Nick una y otra vez, unos golpes los cuales Nick trataba de devolver. Nadie los separaba, nadie se atrevía a hacerlo.

Mis manos temblaban y todo mi cuerpo, exceptuándolas, estaba paralizado. Mi mirada no se despegaba de aquella escena, incluso a pesar de tener los ojos cristalizados.

Caleb lo había oido todo. Caleb había oido la verdad bajo mis mentiras.

Ni siquiera sabía cómo habíamos llegado a este momento pero podía remontarme a hace una horas. Debería haberme esperado las acciones de Nick desde antes de todo.

Tenía una mala sensación desde esta mañana pero, a medida que las horas pasaban esta no disminuía, al contrario, aumentaba y empecé a percatarme aún más de ella cuando estaba vistiéndome para venir a la fiesta.

Me miraba reflejada en el espejo, observando cómo se me ceñía el vestido azul que llevaba, era de seda, corto y con tirantes. A conjunto llevaba unos tacones blancos, me sentía extraña, no me sentía yo y creía que esa era la extraña sensación.

Aún sentada en frente al tocador coloqué un mechón de pelo tras mi oreja, dando una bocanada de aire mientras tomaba la esponja de maquillaje aplicando un poco de corrector en ella antes de llevarla hacia mi cuello. Para mi desgracia las marcas en este aún eran notables. Los horribles dedos de Nick estaban marcados ahí, había ejercido demasiada fuerza al ahorcarme cuando lo hizo.

Mi vista volvió a nublarse, no pude evitar recordar aquello junto con muchos flahsbacks de algunos momentos que pase con Caleb, también se me hacia inevitable pensar en él.

Una lagrima recorrió mi mejilla causando que me tensara, aún tratando de ocultar las marcas.

—Tú puedes, Lexy —me dije.

Ni siquiera se porque me referí a mi misma con el apodo con el que él lo hacía. Quizá era porque estaba viendo a mi verdadera yo en estos momentos, a la que se permite sentir algo, a la que salía cuando estaba con él.

Seguí dando suaves toques sobre mi cuello cuando mi teléfono vibro sobre mi mesa, encendiéndose en el acto. No dudé en tomarlo leyéndolo en el acto.

Nicholas.

A las seis y media tienes que estar lista, los Wilson nos quieren antes allí.

Un mensaje seco y conciso, así hablaba Nick desde hace una semana. Aunque, mejor dicho, no hablaba, ordenaba y por esa razón no respondí. Daba igual que lo hiciera, no podía negarme.

Solté un suspiro, saliendo del chat de Nick y entrando de manera inconsciente en el que tenía bajo este, el mismo que había estado evitando por pánico, Caleb.

Caleb.

Alexa, no sé porque razón me ignoras ni tampoco soy nadie para pedirte explicaciones por lo que solo quiero que me dejes claro que pretendes.

Todo mi cuerpo se heló al leer su mensaje, me había llamado Alexa y no Lexy, y eso había dolido bastante más de lo que querría admitir.

Fue entonces que me permití fijarme en el mensaje que había sobre este, uno de hace tres días atrás.

Caleb.

No puedes besarme un día y al otro desaparecer como si nada, Lexy.

Este dolió más que el anterior por lo que me me atreví a hacer algo, solo le respondería pero aún así me daba algo de vértigo hacerlo. Me sentía demasiado mal pero, ¿qué es lo que se supone que debo hacer?

Ángeles Oscuros [#2] (TERMINADO)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora