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Caleb

Todo con ella parecía avanzar dos pasos y retroceder cinco.

Durante los dos pasos que lográbamos avanzar todo era perfecto, tanto que estaba tan concentrado por lo bien que me sentía a su lado que ni siquiera me esperaba que todo se fuera a la mierda porque, para qué mentirnos, sabía qué pasaría.

Pero, aún así, no podía evitar estar preocupado, no por nosotros, sino por ella.

Debo parecer un paranoico pero verla junto a su exnovio que la maltrataba hacía que no dejara de pensarlo todo una y otra vez, creando diferentes teorías.

Y, en un segundo plano estaba yo, mal, jodidamente mal. Verla con él me había sentado como una putísima mierda y lo único que se me ocurrió en ese momento fue largarme pero, ¿qué mas iba a hacer?

Todo esto es tan extraño.

Di otra vuelta, tumbado sobre mi sofá, ni una siesta podía dormir. Este era otro de mis arranques de pensar todo demasiado, sobrecargándome a mí mismo hasta el punto de sentir un cansancio que me dificultaba hacer todo lo demás.

Unos golpes resonaron en mi puerta, normalmente me hubiera levantado de golpe pero, esta vez, lo hice de una manera más lenta. Me obligué a andar hasta la puerta, arrastrando mis pies a cada paso hasta esta.

Solo tres personas venían normalmente a verme por lo que ni siquiera miré al abrir, encontrándome con Aiden frente a mí, el cual no tardó en entrar mientras vociferaba.

—Pero, ¿dónde coño tienes el móvil?

Lo he estampado contra la pared de mi cuarto y a partir de ahí no sé dónde esta.

—En silencio, —respondí mientras cerraba la puerta —me lo habré dejado en mi cuarto.

Anduve hasta él, sentándome a su lado en el sofá. Miré hacia el frente, tomando a la vez el mando de la televisión y encendiéndola. No me di cuenta de que Aiden tenía mi teléfono en su mano.

—Joder, Caleb —farfulló, mirando la rota pantalla. Solo era el cristal, no estaba roto —. ¿Estas bien?

—Solamente perdí los nervios, no es nada que no me haya pasado antes —respondí sin mirarlo.

Sentía su mirada sobre mí y aún así no me atreví a mirarlo de vuelta.

—¿Una cerveza? —Me preguntó él, sorprendiéndome.

—Están en la nevera.

Aiden se levantó, dejando mi teléfono sobre la mesa frente a mí antes de andar hacia la cocina y abrir la nevera, tomando de ahí dos cervezas antes de volver. Una vez llegó volvió a tirarse a mi lado, pasándome una de las cervezas mientras se ponía cómodo.

—¿Qué ha pasado?

Sabía que me preguntaría pero, prefería alargar el tiempo todo lo posible para no responder.

—Habla tú primero.

—Becka no me deja en paz y solo quiero que paré —respondió tan tranquilo —. Ahora habla tú.

Lo miré de reojo antes de darle un trago a mi cerveza, aún con su mirada sobre mí.

—Cuando fui a recoger a Alexa estaba con su ex.

—Joder, ¿estas bien?

—Saldré de esta.

—Caleb, enserio —insistió.

—Ahora mismo no pero, saldré de esta.

Sentí un peso caer por mis hombros seguido de cómo me aproximaba un poco hacia él.

Ángeles Oscuros [#2] (TERMINADO)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora