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Alexa

La había cagado. Joder, la había cagado en grande.

No debería haberme drogado, no debería haber ido allí en ese estado, no debería de haberme olvidado de que había quedado con Caleb, no debería haber hecho eso solo para olvidarme.

Al final sí que iba a tener razón mi madre, soy una maldita egoísta.

Solo quería olvidarme, creí no pasaría nada por hacerlo. No pensé en las consecuencias.

En el momento en el que leí los mensajes de Caleb solo quise salir corriendo hacia donde estuviera, ni siquiera pensé en la posibilidad de que Lia estuviera allí.

Sabía como le afectaba el tema de las drogas en su entorno y me prometí a mí misma no consumirlas nunca para no recordarle aquella etapa tan traumática de su vida. Debería haber pensado mejor las cosas.

Llevaba llamándola toda la mañana pero esta no contestaba, Blair estaba a mi lado, mordiéndose las uñas con desesperación mientras oíamos los tonos resonar en el salón de la casa de Blair.

Esta era la décima llamada y, de nuevo, no había contestado.

—Vamos a su casa —sentenció Blair, levantándose de un salto.

—¿Qué? —Musité, observándola.

—Que vamos a ir a su casa —se marchó, en dirección a la cocina —. ¡Ven aquí y ayúdame a guardar los macarrones precocinados en el tupper!

Me levanté al instante, yendo junto a ella y haciendo lo que me indicó. Cinco minutos más tarde ya estábamos en el coche, rumbo a casa de Lia.

No dejaba de repiquetear mis dedos sobre la bolsa en mi regazo, según Blair con la excusa de la comida nos dejaría entrar por si no nos quería escuchar.

No me atrevía a levantar la mirada, no quería saber cuánto quedaba para llegar. No dejaba de pensar en que la había cagado, no dejaba de hacerlo y parecía que cada vez lastimaba a alguien más.

—Ya estamos aquí —anunció Blair.

Tomé aire al oírla, saliendo del coche y enderezándome al igual que ella. Blair llegó a mi lado, pasando su brazo por mi espalda y dando un ligero apretón con su mano en mi antebrazo.

—Vamos —dije, caminando hacia la puerta.

Reforcé mi agarre en la bolsa, casi clavándome las unas en las manos al apretar, mientras me acercaba tratando de parecer segura de mis pasos pero, todo eso era mentira, tenía miedo de que estuviera muy enfadada. Lia enfadada es algo que se ve poco pero cuando sale a la luz se hace notar y cuesta mucho pedirle perdón así.

Blair me quitó la bolsa de las manos, soltando un suspiro.

—Habla tú, —pidió sin mirarme —eres mejor con las palabras. No quiero joder más la situación.

No soy buena con las palabras, soy buena mintiendo y no voy a mentirle.

Sin embargo, no le reproché, tan solo coloqué mi mano en puño y di varios golpes sobre la puerta repetidas veces, cada una más fuerte que la anterior.

El tiempo en el que tardó en abrir se hizo eterno pero, cuando finalmente lo hizo, me quede en blanco.

Lia estaba frente a nosotras, parecía acabada de despertar pero, conociéndola, estaría viendo algún reality desde hace horas.

—¿Qué queréis? —Preguntó, tajante, apoyándose sobre el marco de la puerta.

—Lita, yo, nosotras,...—murmuró Blair, hablando por mí. No me atrevía a hacerlo pero debía.

Ángeles Oscuros [#2] (TERMINADO)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora