Capítulo 19

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Las personas a mi alrededor se movían con maletas en mano cuyas ruedas hacían chirridos al rodar por el brillante piso de mármol gris del aeropuerto. Quién diría que dentro de cada persona las historias circundan en sus mentes, cada uno posee un libro con páginas más interesantes que otras. Podemos definir a una persona por lo que observamos fuera pero lo interno no es lo que importa de todos modos. La perspicacia para lograr definir a una persona es saber cuan sinceras se muestran. Los sentimientos no se pueden fingir por mucho tiempo siempre los expresamos de manera tan genuina que no lo notamos y al igual las acciones porque no caminamos por una cuerda floja donde actuamos a nuestra conveniencia debido a que siempre nos inclinamos por nuestra naturaleza. Siento que en muchas ocasiones conocemos a tantas personas pero nunca nos damos el tiempo de probar ese sabor sincero que emana cada uno.

George estaba delante de mí dando su pasaporte a la señorita sonrisas rosadas, prácticamente. El vuelo estaba reservado para hoy viernes en la mañana, en primera fila según me informó Gorge. Todo su equipo ya habían viajado con un día de anticipación para ponerse al tanto de todo en New York. Desde el miércoles no había mencionado nada acerca de su pelea con Jess pero presentía que sus fuerzas por correr a verla y decirle que lo sentía y declararle su amor, se estaba debilitando. Cuando llamé a Jess ayer se escuchaba totalmente molesta con él y cuando le dije si iría a su desfile simplemente respondió un "no sé". Por favor si dices que odias a alguien pues odialo, pero era más que obvio que sus sentimientos por su amigo no habían cambiado ni en un mínimo porcentaje.

Mi maleta se sentía menos pesada de lo que creía. La jalé mientras entregaba el pasaporte y la señorita sonrisas rosadas lo tomó mostrando su sonrisa rosada para luego seguir a la siguiente fila. Creo que el hecho de estar haciendo algo tan automáticamente como si las cosas fueran así y no cambiaran jamás me hacía sentir plácida debido a que quería hacer todo como antes, como si nada de lo que ahora sé hubiera salido a la luz. Podía ocurrir mil cosas pero Mick seguía allí martillando el último de mis pensamientos, recordándonos que lo que siento por él sigue casi intacto. Mentiría si dijera que apenas llegó el jueves quise verlo pero me detuve por miedo a derrumbarme, necesitaba prepararme para esto así que simplemente le dije que nos viéramos mañana en New York pues si con tanta urgencia deseaba hablar conmigo entonces que me buscara y que sintiera un poco de lo que yo sentí cuando estuvo lejos y se alejó sin explicación.

Uno de los errores más grandes que cometemos los seres humanos es sentirnos fuertes, crear esa barrera invisible que creemos invencible. Tener todo el control de ti no es posible cuando se ama por completo. La vulnerabilidad es esa parte de ti que te dice constantemente: hey estoy aquí, existo. No queremos demostrarla pero podemos y eso a lo que cuando alguien como yo no está acostumbrada a demostrarla sencillamente le cuesta mucho más aceptarlo.

-¿Qué sucede linda? -Marious acomodó mi cabello tras la oreja, yo misma hice una pared para evitar el contacto visual.

Desde el miércoles siento que estoy traicionando a Marious de una u otra forma. No le he dicho que me voy a encontrar con Mick y no sé si hacerlo. Creo que le haría daño enterarse, los sentimientos de él a pesar de no ser iguales a los míos son buenos y no me puedo quejar porque es el prototipo especial de cierto porcentaje de féminas.

-Nada. Los vuelos me dan miedo, las alturas en realidad -aparenté una sonrisa.

Sólo asintió.

El vuelo fue relajante a pesar de las ideas rondando mi cabeza. Marious se sentó a mi lado pero se enfrascó en la lista de reproducción de su iPod, lo que me quitó un peso de encima. Las nubes dispersas entre el cielo azul me hizo perder y dejar volar la mente en tantas cosas. Por un momento olvidé que mi historia era un desastre, que mi padre había muerto y que nunca me dijo la verdad, que mi madre no me quería al principio. Todo fluía en los movimientos de las nubes a nuestro paso. Me puse a pensar como una niña en cómo sería trepar una nube y sentirla de algodón. Sencillamente olvidé que era Stephany Wood.

Falacia del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora