Muchas veces cuestionamos si la felicidad que estamos recibiendo es la que merecemos pero tenemos razones para estas divagaciones que hace nuestra mente. Primera una parte de ti desconfía que la relación se mantenga si ambos no dan lo mismo por ella. Segunda eres un lío de emociones que dudas puedas controlar en su presencia pero lo intentas porque no quieres ser opresiva, quieres mostrarte tú y que tu amado te ame por cómo eres, sin embargo cuando eres poco demostrativa intentas ser lo mejor para esa persona, eso no importa en ciertos aspectos porque si el amor es verdadero tu amado debe de aceptar tus virtudes y defectos. Tercera pero no menos importante la sinceridad , el pilar que construye una relación, puesto que a base de mentiras nadie puede sobrevivir ni aunque ame demasiado, alguien acepta mentiras, el punto clave está en permanecer abierto a opinar con prudencia y hablar sin quitar nada sino estamos expuestos a una destrucción de sentimientos...
Mi redacción de filosofía seguía avanzando y todo por culpa de Mick, me inspiraba. Hoy era el primer día en Cici's, la tienda de ropa y ya me sentía atrasada debía de llegar temprano pues no quería dar una mala impresión de mi puntualidad. Escribir en la Mac hacía que el tiempo se esfume, ya eran las nueve menos quince. Estaba vestida así que sólo cogí una cartera y salí volando. Al pasar por su puerta se me ocurrió dejarle una nota.
Buenos días guapo hoy es mi primer día de trabajo, cruza los dedos por que me vaya bien. Ten una buena mañana y tarde, te veo en la noche.Ya te extraño.
Muchos besos y abrazos. Te amo.
La introduje bajo su puerta y corrí al elevador. Llegué con las justas pero a nadie pareció molestarle así que primero hablé con mi supervisora, una señora rubia de unos cuarenta años que era muy atractiva.
- Hola soy Stephany Wood - tendí mi mano la cual aceptó -, soy la nueva vendedora.
- Sí claro, te estamos esperando, sígueme.
Me explicó en qué consistía mi función en la tienda. Buscar las tallas y mostrar las nuevas colecciones a los clientes. Nina, la supervisora, me mostró todas las instalaciones junto con las secciones de ropa, era muy concreta en su explicación así que capté rápido lo que decía. A las diez ya me movía de un lado a otro, los clientes eran exigentes. Cuando daba el mediodía fui a almorzar un restaurante cerca de la tienda. No me podía quejar en parte hacía lo que me gustaba sólo que con algo de diferencia yo ya veía la ropa en físico lo que seguía era ordenarla con algo de estética y listo, los clientes no se quejaban de mis opiniones más bien agradecían mi ayuda. Cuando dieron las dos salí despidiéndome de Nina y Carly, esta última mi egocéntrica compañera de trabajo.
Llegué al gran mueble y me lancé. Tomé un baño y me sentía sumamente cansada que no supe en qué momento caí en el sueño...
Un ruido hizo que diera un respingo. Alguien tocaba la puerta. Eran las seis y ya era hora de levantarme, cuatro horas de sueño. Me calcé las pantuflas y salí a abrir. Era Mick. Restregué mis ojos mientras me hacía a un lado para que pasara.
- Lo siento no quería despertarte... - dijo disculpándose. Se sentó en el mueble
- Oh no, ya era hora de que me levante - bostecé. - ¿Qué haces aquí tan temprano?
- Ya los planos están listos entonces me dieron un descanso - me acerqué hasta quedar a horcajadas sobre sus piernas.
- ¿Sí? - mordí su labio inferior, eso lo volvía loco.
- Oye dije que me dio un "descanso" - susurró sobre mis labios.
- Ya que no quieres... - miré el techo y me iba a levantar pero lo impidió sosteniendo firme mi cintura. Sonrió de lado, besó la comisura de mis labios, posó sus manos en mis muslos. Agarré el cuello de su camisa para tenerlo más cerca lo necesitaba tanto que no quería que hubiera espacio entre nuestros cuerpos. Cuando por fin me besó yo por iniciativa se lo devolví intenso. Sentía el aire caliente y por momentos creía estar en otro lugar cuando algo hizo que paremos...
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Falacia del Amor
Teen FictionLa vida, la palabra más compleja que existe, sí a mi edad nada es como parece. Las personas que engañan no son de mi agrado más bien las odio, suena irónico pero esas personas son las que más llegamos a amar.