Capítulo 15

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Una vez cuando encendí la tv a media noche, no podía dormir, vi en las noticias locales que un hombre era acusado de violar y moler a golpes a una mujer como el cretino no tuvo escapatoria la tiró a un río que quedaba a un kilómetro de su casa.

¿Me pasará eso a mí?, porque estaba cerca de la playa. ¿Me golpeará para que mi boca quede sellada? ¿Moriré hoy? ¿Si le sigo rogando me dejará? ¿Cómo será mi vida luego de esto? 

Mi mente se movía a mil por hora mientras el hombre arrancaba mi ropa interior, sólo sentía el ruido lejano de las olas golpeando contra las rocas cercanas y eso me trajo recuerdos...

Caminábamos agarrados de las manos. El sonido de las olas era relajante.

—¿Quieres sumergirte? —preguntó luego de un rato de contemplar el hermoso paisaje.

—No, no traje ropa de baño

—¿Importa? Además es mejor qur no hayas traído nada porque si mal no recuerdo ese bikini... era tan... sexy que en este momento aprovecharía y te haría el amor sin parar a pensar.

Sentí mis mejillas quemar.

—¿Aún te ruborizas después de lo de anoche? —puso un mechón tras mi oreja.

No respondí porque sólo imaginarme su propuesta hacía que mi cuerpo se escandalizara.

Se sacó la playera y las sandalias y comenzó a correr más cerca de la orilla.

—Ven

Negué riendo, parecía un niño con falta de atención.

—Hace mucho frío aquí, soluciónalo —se tapó los antebrazos, actuando.

—Eres un tonto —me carcajeé.

Corrió de nuevo hacia mí, sabía que venía con motivos de jalarme hacia el agua, lo noté en su mirada. Corrí en dirección opuesta. Me alcanzó luego de correr y caerme repetidas veces. Se agachó y me subió sobre su hombro.

—¡Bájame Mick! —grité.

—Oh no, como una buena novia te deberías meter conmigo.

Corrió hacia el mar y nos sumergió...

Aquel día reí tanto hasta que me dolía el vientre.

Mick, amor perdóname... —pensé

Sentía repugnancia ante cada toque que le hacía a mis pechos luego como pasaba la lengua por mi cuello y el sentir sus labios me hacía dar arcadas. 

Una idea vino a mi mente como la luz a final del túnel, si esto no funcionaba nada lo haría. 

—Espera, espera —dije casualmente mientras posaba ambas manos en sus hombros. 

El joven me miró desconcertado pero a la vez espectante. 

—Digamos que esto de hacerlo en el mar y de que me oponga mientras tú haces todo brusco, me gusta pero... — mi voz sonaba más segura de lo que me sentía — podemos hacerlo a mi manera ¿qué dices? —me acerqué a su oído sintiendo ganas de echar a correr —Solo digo que yo puedo hacer esto más placentero...

El hombre se quedó con ceño fruncido pero luego su semblante cambió a uno que decía "Vamos enséñame todo lo que sabes". Le regalé una sonrisa pícara y empecé a jalar de él haciendo que sus labios tocaran los míos, a pesar de que las lágrimas amenazaba en salir las reprimí y continúe con mi plan. 

Sus labios eran rasposos. El beso ers brusco a tal punto que sus manos terminaron en la parte trasera de mi vestido.

Al ver que estaba ocupado y distraído me preparé para ejecutar mi plan. Alcé la pierna la cual capturó dejando su mano posada en mi muslo derecho. Como ya estaba excitado al máximo, volví a bajarla sin que tocara por completo la arena entonces con la punta de la bota patee directo a la canilla izquierda, ganándome un gruñido por parte de éste. Iba a echar a correr en cuanto le pegara pero mis ruegos no fueron escuchados, me agarró del cabello causando que me cayera en la arena. Empezó a levantarme con un fuerte jaló entonces agarré arena y se la tiré en todo el rostro, por auto reflejo se lo cubrió dejándome el camino libre para escapar.

Falacia del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora