Llegué a mi edificio temprano puesto que no me quedé charlando con mis compañeros, mi día estaba melancólico; la única parte buena, sin dudarlo, fue cuando Mick me llevó en su auto hacia la universidad. ¡Eso sí que era extraño! Llevabamos dos días conociéndonos, no tanto, y ya contábamos con un viaje a la universidad y una invitación al parque de diversiones - que a estas instancias no podía rechazar - ¡Qué dilema!
Mi móvil sonó. Seguro mi madre. Cogí la llamada de inmediato.
—Hola... mamá —musité más para mí que para ella.
—¿Qué deseas? —preguntó fríamente.
—Bueno sólo quería hablar contigo sobre un asunto importante —contesté. Siempre era así conmigo, cortante, y no se molestaba en demostrarlo.
—Stephany tengo que salir con las chicas —así llamaba a sus amigas que tengo la certeza en tiempo de crisis no se atreverían ni siquiera a mirarla de reojo —si quieres podemos platicar por la noche.
—No, en serio necesito hablar contigo urgente ¿Puedes cancelar esa salida? — escuché como resoplaba al otro lado de la línea.
—Seguro necesitas más dinero ¿cierto? Pero comprende que yo no soy tu chequera... —sabía que seguía hablando del otro lado de la línea, no la escuchaba.
Amanda Flirtman no era de andar con rodeos simpre deseaba las cosas al grano. Mi madre era así. Nunca he llegado a conocer ese lado maternal donde dice cosas como la madre de Ela , ella sí se comporta como una madre de verdad. Incluso la Sra. Hank llegó a comprenderme y a aconsejarme ciertas ocasiones cuando me notaba distante ella, sin ser mi madre, se acercaba hacia mí y me acariciaba el cabello, gesto que Amanda nunca ejecutó en mí, y entre susurros preguntaba cómo me encontraba. Muchas veces desee poderle conversar a alguien sobre cómo era enamorarse por primera vez, cómo encontrar a la persona indicada, sin embrago mi padre era el más abierto en esos temas y aunque confiaba sumamente en él, no era lo mismo hablar con una amiga, con una madre. Así que cuando llegué a cierta edad decidí darlo por perdido simplemente centrarme en mis objetivos establecidos y guardarme la mayoría de sentimientos, sólo escapar.
Empecé a centrame en lo que decía mamá.
—Aún no comprendo tu estúpida manera de encaminar la vida, si no fuera por que tu padre te consiente demasiado yo te habría ya corregido ¡Me escuchas! Parece que esta conversación no te interesa.
Eso fue lo más veraz que le escuché decir en esos largos minutos.
—¡Basta! no se si ya te enteraste pero papá ha muerto —grité ya con una rabia que derrivaba todo a su paso.
—Eso ya lo sé niña —dijo como siempre fríamente.
Me quedé azorada ¿Si lo sabía por qué alargó aquella maldita llamada? ¿No sentía nada por mi padre?
—¿Lo sabes? y así sin más lo dices —traté de tranquilizarme —Madre es que no piensas viajar a Londres o no sé quizás llamar a preguntar sobre cómo ocurrió todo.
—Ya lo hice, sé todo—me estaba alterando —. Ya sabes como soy con respecto a los viajes y peor si es para ir a un funeral ¿tú vas? —¿Cómo podía actuar así como si nada le doliera?
—No, no puedo tengo exámenes de final de semestre y si no asisto tendré que repetir la carrera, a mi papá no le hubiera gustado aquello y además no cuento con todo el dinero necesario.
—Eso te pasa por no obedecerme pero allá tú, bueno me tengo que marchar luego hablamos —colgó.
¿Se iba? No. esto no podía estar ocurriéndome. Ahora corroboraba aquello que durante años estuvo dando vueltas en mi cabeza, mi madre no ama ni nunca amó a mi padre, todo era una máscara.
ESTÁS LEYENDO
Falacia del Amor
Teen FictionLa vida, la palabra más compleja que existe, sí a mi edad nada es como parece. Las personas que engañan no son de mi agrado más bien las odio, suena irónico pero esas personas son las que más llegamos a amar.