(🌻🕷) 𝗚𝗥𝗘𝗔𝗧𝗡𝗘𝗦𝗦 | "No temas a
la grandeza; algunos nacen
grandes, algunos logran
grandeza, a algunos la
grandeza les es impuesta y a
otros la grandeza les queda
...
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No aguanté estar en ese lugar más tiempo. La casa que antes era mi refugio, mi hogar... me fue imposible seguir viéndolo así.
Mamá tampoco. Aunque lamentablemente ella se encerró en su habitación toda la noche después de casi sacarle los ojos a Serpens con las uñas, mientras que yo no pude seguir su ejemplo. Y eso me llevó a conocer a Nova Abraxas.
En cuanto me abrió la puerta de su apartamento supe que era buena. Su sonrisa gentil, sus ojos acogedores, su calmada personalidad. Era justo lo que necesitaba después de la noche tan mala en la escuela y lo que vino después.
—Tengo que llevarlo. —le susurra Borealis a Nova. —¿Crees poder encargarte?
Se estaban refiriendo a mí. Pensaban que no las podía escuchar por la conmoción de los eventos ocurridos en las pasadas horas, pero en realidad estaba más atenta que nunca. Claro que estaba triste. También enojada. Todo me gritaba que encontrara a Serpens y pusiera en práctica el poco conocimiento que tenía sobre mi poder. Lo único que quería era verlo muerto después de lo que hizo.
Sólo que siempre fue más fuerte el deseo por conocer. Y ahora tenía una oportunidad que al igual que yo cargaba con la misma sangre.
—Es familia, Bo. —Nova le dice más cosas y después se despide.
Me parecía extraño que fueran hermanas. Una pálida y pelirroja, otra con más color en las mejillas y de cabello oscuro. Supuse que no todos los lazos debían basarse en la sangre.
Borealis mira una última vez en mi dirección con una pequeña sonrisa de pesar. Luego se retira dejándome sola con Nova.
Cuando se me acerca con una sonrisa dulce dejo de preocuparme al menos por ese momento. Ella tenía ese efecto peculiar de que al verla no podías pensar en otra cosa que no fuera su tierna mirada. De inmediato me agradó.
—Esto es extraño. —dice ella para acabar con el silencio. —Imagino que debes tener muchas preguntas. —se pasa las manos por las rodillas antes de entrelazarlas.
Todo en su apartamento era normal hasta donde alcanzaba a ver. No había nada que delatara su procedencia del espacio, y eso me llenó de curiosidad.
—¿Cuánto tiempo llevas aquí?
—En Nueva York dos meses. En la Tierra un par de años. Pero he estado visitando el planeta desde antes.
Asiento y me paso las manos por los brazos desnudos. Nova se levanta al ver esto y desaparece por el pasillo regresando poco después con una manta que deja sobre mis hombros. Pero no se detiene ahí.
