(🌻🕷) 𝗚𝗥𝗘𝗔𝗧𝗡𝗘𝗦𝗦 | "No temas a
la grandeza; algunos nacen
grandes, algunos logran
grandeza, a algunos la
grandeza les es impuesta y a
otros la grandeza les queda
...
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—No te muevas. —pide Happy Hogan dispuesto a coserle una herida a Peter en la base del cuello.
Estando dentro del avión tomé asiento junto a Peter para no perderlo de vista. Me mantuve en silencio todo el rato sabiendo que mis pensamientos sólo causarían preocupación en ambos.
No todos los días ibas a escuchar a una chica planeando en voz alta cómo hacer más intenso el sufrimiento de alguien más. Pero así me sentía, Quentin Beck, Mysterio, o como se llamara en realidad, había cruzado una línea conmigo.
En el pasado fui débil y no hice nada para evitar ciertas cosas, y desde luego eso no pasaría una segunda vez. Se metió con alguien que me importaba, cosa que no pasaría por alto.
El quejido de Peter me hace levantar los ojos de mis dedos ennegrecidos. Quería tomarme un descanso de la magia, pero esta situación ameritaba un poco de esa explosividad que de vez en cuando pedía mi cuerpo.
—¿No que tenías súper fuerza?
—Aún así duele. —murmura Peter llevándose una mano a la frente. Happy sigue con su trabajo volviendo a escuchar más quejidos, y llega un punto en donde Peter estrella su mano en la pequeña mesa a su lado. —¡Happy, ya basta!
Después del grito, que me tensa todos los músculos de la espalda, se pone de pie alejándose del mayor.
—Relájate.
—¡No me digas que me relaje, Happy! —grita con más pasión. —¡¿Cómo relajarme después de un error de este tamaño?! Confié en Beck. Creí que era mi amigo y le di la única cosa que el señor Stark dejó para mí, y ahora va a matar a mis amigos y a la mitad de Europa, así que por favor no me digas que me relaje. —se sienta al otro lado del avión y se pasa las manos por el cabello alborotado. Por un momento pienso en acercarme y abrazarlo, pero temo que su reacción sea apartarme tal y como lo hice yo horas antes. —Perdóname, Happy. Discúlpame por gritarte. Pero lo extraño mucho.
Happy asiente siendo tal vez el único aquí que podía entender su dolor. Incluso verlo de esta manera me hizo darme cuenta del error que cometí al enfocarme solamente en mí dando por hecho que Peter estaría bien. Él también llevaba meses sufriendo, los dos lo hacíamos, pero no nos habíamos atrevido a compartirlo entre nosotros.
—Sí, también yo.
Los ojos enrojecidos de Peter miran tanto a Happy como a mí, aunque prefiere mantenerlos en el mayor. Yo parpadeo rápidamente rogando que no me volviera a ver hasta que se me pasara la repentina humedad en los lagrimales.
—No importa donde vaya. —susurra Peter con la voz quebrada. —Veo su cara y todos me preguntan si seré el nuevo Iron Man y... no sé si yo pueda, Happy. Yo no soy Iron Man.
