001. 𝗍𝖾𝖾𝗇𝖺𝗀𝖾 𝖺𝗇𝗍𝗁𝖾𝗆

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— CAPÍTULO —
UNO

"himno adolescente"

"himno adolescente"

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📍Escuela de Ciancia y Tecnología de Midtown, Nueva York
2016


—Si sigues espiando al enano de Peter Parker, voy a dejar de sentarme contigo.

Bajo el libro y lo dejo sobre mis piernas. Del otro lado de la mesa, Tess me dedica una mirada burlona sin dejar de teclear en su teléfono. Últimamente tenía una obsesión con Twitter y todo lo que involucraba quejarse por cualquier cosa para hacer una publicación al respecto.

—No lo estaba espiando. —digo por lo bajo.

—Tenías el libro al revés. —me responde ella por fin dejando el teléfono sobre la mesa.

Abro los ojos alarmada y en efecto, estaba sosteniendo el libro al revés. Oculto mi cara entre las manos sintiendo el calor subir por mi cuello. Nada me salía bien ni aunque lo intentara. La única ventaja que tenía era que Peter no sabía de mi existencia. Bueno, obvio sí sabía al haber estado siendo compañeros por años, pero no se daba cuenta de lo mucho que me gustaba.

—Este no es mi día. —comento.

—Este no es tu año, rayo de sol.

Tess insistía en llamarme rayo de sol por mi tendencia a vestirme de color amarillo cada vez que podía. Era mi color favorito, y no iba a dejar de usarlo aunque ella dijera que me hacía ver como una banana andante.

—Espero que Peter no me haya visto. —suspiro con desánimo.

—No. —Tess le da un mordisco a su manzana. —Pero la loca de tu ex sí lo hizo.

—No la llames loca. —trato de no alterarme y pienso en otra cosa además del hecho de que Monique siguiera vigilándome a pesar de que ya se cumplieran varios meses de haber terminado.

—Entre brujas se entienden. —murmura ella rodando los ojos.

Tess era mi mejor amiga desde niñas. Y claro que sabía que yo era una bruja, y también sabía que mi madre era la bruja que estuvo involucrada en la invasión alienígena de Manhattan. Rara vez le ocultaba algo, así que cuando Monique me confesó ser una bruja cambiante antes de darme mi primer beso, no tardé mucho en correr a casa de Tess para contarle ambas cosas.

Arrastro la bandeja del almuerzo para recostar mis codos en la superficie. Unas mesas más allá, al fondo de la cafetería, estaba Peter charlando con su amigo Ned. Y por supuesto, junto a él también estaba Monique, con los ojos clavados en mí. Contrario a lo que podría esperar de cualquiera, ella se da cuenta de que noto sus ojos en mi dirección, pero no aparta la mirada. Se queda viéndome con los labios apretados en una linea recta antes de girarse para decirle algo a Peter al oído.

𝗚𝗥𝗘𝗔𝗧𝗡𝗘𝗦𝗦 | 𝗉𝖾𝗍𝖾𝗋 𝗉𝖺𝗋𝗄𝖾𝗋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora