Derek Smith, hermano de Isabella, veintidós años, guapo, muy guapo y mi primer crush de la infancia.
Él y yo éramos amigos, no muy cercanos, pero nos tratábamos bien, en realidad me trataba mejor de lo que creía, siempre estaba al pendiente de nosotras, al ser las más pequeñas jugaba con nosotras, nos buscaba al colegio, pero en lo que se refiere a mí, era clase aparte, hubo veces en las que me daba dulces a escondidas y me decía que no le dijera a su hermana, al final era una niña y esas cosas me parecían lindas, y para completar, siempre fue atractivo desde muy temprana edad. Cuando me quedaba a dormir donde Isabella, bajaba a la cocina y disimulaba buscar algo porque sabía que él estaría allí. Él me gustaba mucho, o eso creía, diría que era más como una fijación por el trato hacia mi persona. Aunque no duró mucho, porque cuando él cumplió doce años se fue a un internado en Wisconsin junto con sus abuelos. Me enteré por Isabella que se graduó del internado seis años después, en ese tiempo ya tenía los dieciocho. Estuvo estudiando cuatro años para ser un piloto y ahora trabajaba junto a su padre. Nunca lo volví a ver en persona, hasta ahora.
Estaba muy alto, le igualaba el tamaño de Gabriel. Debo admitir que se ve mucho mejor en persona que en fotos. Lo que más me llamaba la atención de él era su sonrisa, cautivadora y muy sexi.
Me miraba de arriba hacia abajo, con esa sonrisa, esa que siempre me había gustado, pero en ella había algo más, algo perverso, algo que me gritaba que Derek había cambiado mucho en estos diez años.
- ¿Cómo has estado Vale? has cambiado mucho – me miró a los ojos por primera vez desde que llegamos.
- Bastante bien Derek, y tú igual.
- Ajam.
Derek volteo hacia mi espalda al igual que yo y recordé que había venido con dos personas más.
- Chicos él es el hermano mayor de Isabella, Derek. – retrocedí para que pudieran presentarse – Derek, ellos son unos amigos de nosotras, Sebastián y Daniel.
Daniel y Derek se tomaron de la mano sin ningún problema, pero al pasar hacia Sebastián fue distinto, él estaba tenso y con cara de perros ¿y ahora que le pasaba? No tuve mucho tiempo de pensar en eso ya que justo en eso apareció Isabella detrás de mí abrazándome. Me volteé al instante y se lo devolví, al separarnos vi como estaba vestida, llevaba un vestido de tiras pegado al cuerpo corto de color fucsia, tenía extensiones de varios colores en el cabello el cual lo cargaba suelto, zapatos deportivos que combinaban muy bien con el vestido y al igual que su maquillaje y accesorios, todo brillaba, el neón le resaltaba mucho.
- Estas preciosa Isabella – le dije y ella sonrió.
- Tu también mi Vale. – me dijo y extendió lo que me iba a poner – Como sé que te gustan las pulseras. – me dio varias de ellas más un collar – El collar te lo vas a poner te guste o no. – y adicional ella misma me puso una tiara, ahora brillaba igual que ella – Ahora estas más hermosa.
- Bueno, yo también tengo algo para ti – de mi bolsillo trasero saqué una pequeña caja la cual ella miró con extrañeza.
- Te dije que no me regalaras nada Vale.
- Pero yo quiero darte algo, así que tómalo y cállate – ella rio un poco y la abrió.
Sus ojos brillaron cuando vio el contenido, salto de felicidad y me abrazo. Era un collar con un dije de girasol, era sencillo pero bonito.
- Gracias Vale, esta bellísimo – lo sacó de la caja y me pidió que se lo pusiera. Cuando se dio la vuelta, miró el collar y luego a mí. – Lo amé, de verdad – me volvió a abrazar y le besé la mejilla.
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Lo que encontré en ti
Teen FictionSoledad, tristeza, odiar con toda tu alma a las personas que te hacen daño y tener un rencor tan grande al no saber cómo liberarte de ese espantoso sentimiento. Bueno esos sentimientos rondaban en mi día a día, pensaba que solo yo era la única que p...