33 SEBASTIÁN

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Me desperté por un leve movimiento a mi lado, cuando abrí los ojos vi a Valentina acurrucada a mi costado, sonreí por verla allí, tan tranquila, serena, calmada. Cuando la llamé estaba muy alterada, confronté a Natalie sobre por los mensajes, tuvo el descaro de decirme a la cara que ella no había mandado una mierda, así, con esas palabras exactas, no le creí un carajo, estaba buscando quien era el responsable de eso, no iba a permitir que la acosaran de esa manera, sobre todo cuando la amenazaban de ese modo macabro.

Le di un beso en la frente y me levanté de la cama, ya era de noche, así que bajé a buscar algo de comer, encontré a Isabella con Daniel en la cocina riendo y comiendo unos sándwiches.

- ¿Cómo está mi Vale? – fue lo primero que me preguntó Isabella cuando me vio.

- Dormida, apenas su cabeza tocó mi hombro se durmió – ella asintió y agacho la cabeza – Isabella... – la llamé y volví a tener su atención en mí – ¿Ella te contó de los mensajes y las llamadas?

Debía preguntarle, si no lo sabía, bueno, ahora sí, pero si sí, tenía que ayudarme a descubrir quién era el desgraciado o la hija de puta que le estaba haciendo esto a mi estrella.

Hizo un gesto con la boca y miró a Daniel.

- Si, me conto hoy, le estaba diciendo a Daniel que estaba muy preocupada por eso, pero no tengo ni idea de quien pudiera ser.

- Yo pienso que es Natalie. – solté de golpe y ambos me miraron – La confronté, pero me dijo que estaba loco y que ella no perdería su tiempo en esa mierda, pero no le creo, porque ¿Quién más quisiera hacerle daño?

En eso alguien abrió la puerta y vimos a una Vale aun somnolienta hurgándose los ojos.

- ¿De qué hablan? – preguntó para luego bostezar.

- De nada importante – le dije y la atraje hacia mí para abrazarla – ¿Quieres comer?

Ella solo asintió y se acercó para abrazar a Isabella.

Preparé unos sándwiches también, con un batido de chocolate, apenas se lo di lo devoró en un santiamén, últimamente está comiendo más de lo usual.

- Vale, – Isabella la llamó y fue la única manera que despegara la mirada del plato – de casualidad cuando te fuiste de mi casa ¿mi hermano no había llegado aún? – empezó a toser como una desesperada y todos salimos a auxiliarla dándole golpecitos en la espalda y para que tomara un poco de agua.

Cuando se calmó y tomo aire, en su mirada vi algo extraño, ¿miedo?

- No, Isa, aún no había llegado, cerré la puerta con la llave que está en la maceta de tu casa – dijo aun tosiendo un poco. Me pareció extraño, ¿había pasado algo que ella no me había contado?

- Derek últimamente está llegando borracho y drogado a la casa, mis padres no lo han visto aún, pero les voy a decir en lo que tenga oportunidad, ya no puede seguir así, hasta está metiendo chicos extraños a casa – cuando se percató de lo que dijo de inmediato volteo a ver a Daniel.

- Eso no me lo habías contado – dijo serio y con los brazos cruzados.

- No quería preocuparte, además, cierro la puerta con llave y duermo con una navaja debajo de mi almohada desde que empezó a hacer eso. – dijo con la cabeza baja – No quiero más problemas, ya son bastante los que tengo para que ustedes dos se confronten... perdón por no decirte.

El solo suspiró y la abrazó.

- Tranquila, amor, está bien, mientras no estés en peligro yo estaré bien – le dio un beso en la frente y ella solo asintió.

Lo que encontré en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora