Capítulo 5

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Salí de mi casa cual ninja, esperando que nadie me hiciera preguntas. Mamá me había dado permiso de salir y yo le mentí diciendo que dormiría con Martha. Miré su coche y prácticamente corrí hacía él y me subí.

Sebastián conducía, los dos nos mantuvimos en silencio durante todo el trayecto. Llegamos al hotel, escogí uno lujoso y privado, de esos que usaban los políticos con sus amantes o con sus vidas locas, así nadie me miraría junto a él. Sebastián hizo el papeleo mientras yo me atragantaba con mi saliva de los nervios, mi corazón latía a mil por hora, sobre todo porque las chicas decían que la primera vez era horrorosa, llena de errores, movimientos torpes y el dolor, me hicieron bastante énfasis en el dolor.

"Vamos" Sebastián se acerco a mí, y me tomo de la mano. Sentí una descarga de electricidad cuando rozo sus dedos con los míos. Cielos, esto iba a ser intenso.

Subimos por el elevador, pasamos los pasillos en total silencio y abrió la puerta de nuestra habitación con la tarjeta electrónica. Entramos inmediatamente, sin saber que decir, o que hacer una vez dentro.

"¿Quieres ponerte cómoda?"

"¿Cambiarme?"

"No, ¿Quieres cenar, ver televisión antes o..."

"No, nada de eso" le dije un poco confundida, yo iba a coger no a ver televisión "Tal vez podríamos pedir un poco de champagne"

Asintió "De acuerdo, llamare a servicio de habitación" me miro y yo sonreí, me senté en la orilla de la cama y escuche su voz ordenando la botella de Moet. Una vez que colgó se acerco a mí y se sentó a mi lado.

"Es una bonita habitación" Demonios, ¿Por qué dije eso?

"Supongo que sí, tienes gustos muy refinados"

Solté una carcajada "Así es" y de nuevo nos quedamos sin decir nada, solo observando el piso.

Agradecí cuando llamaron a la puerta, y exhale un par de veces, Sebastián recibió la botella, el hielo y las copas. Observé fresas en una pequeña bandeja, me gustaban las fresas. Destapó la botella y sirvió en las dos largas copas. Tomo la bandeja de fresas en una mano y las dos copas en otra. Se acerco a mí y me entrego una.

"¿Has probado esta combinación?"

Asentí "Claro que si" le di un trago al champagne y Sebastián tomando asiento en la cama nuevamente acerco una fresa a mi boca, la mordí, tocando la punta de su dedo con mis dientes y él se lamio los labios.

"Quiero que estés tranquila Nina, no voy a hacerte daño, me gusta el sexo rudo, muy, muy rudo, pero seré gentil contigo, lo prometo" asentí "¿Confías en mi?"

"Si, totalmente" me tomé de un trago el resto del liquido y acerque mis labios a él. Quería demostrarle que estaba segura, que confiaba en él y que quería que esto pasara y entonces lo besé.

Su respiración era calmada, pero pasado unos segundos lo escuché agitado, y su mano se movía de arriba hacia abajo sobre mi muslo.

"Nina...sabes exquisita...eres joven inexplorada y eso me está encendiendo como no tienes una idea, saber que seré el primero en tocarte y entrar en ti me está haciendo explotar mi miembro" miró mis labios de nuevo.

"Quiero hacerlo ya" dije enseguida y lo mire directamente a los ojos. Le brillaban, y trago saliva un par de veces.

Me puse de pié, frente a él, no tenía idea que hacer, pero del algo estaba segura, me quería desnudar para él. Así que tome la orilla de mi blusa y la levante lentamente, pasando sobre mi abdomen, mis pechos y por ultimo mi cabeza, la tire al suelo y lo miré.

Dulce Ardiente Tentación [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora