Capítulo 25

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"Que delicioso hueles" me susurró en mi cuello.

Estábamos en su cama, desnudos. Recién había amanecido, y ya estaba jugueteando conmigo. No me quejaba ni nada por el estilo, al contrario, tener a Sebastián a mi lado y tan juguetón me excitaba bastante.

"Apuesto que huelo bastante a sexo" y era verdad, este tipo no se cansaba de cogerme cada noche.

Me olió de nuevo y me beso el cuello "Hueles a mujer"

"Soy mujer idiota"

Tomó mi rostro entre sus manos y me miró por un buen rato "Una hermosa mujer"

Asentí y lo empuje un poco, ya se me hacía tarde "Bueno, déjame levantar"

"Estamos cómodos aquí, estoy pensando seriamente en faltar al trabajo y quedarme todo el día aquí saboreándote"

Me lamió el cachete y me quejé, aunque en realidad me encantó "Sebastián" se rió "Es muy tentador, en verdad, pero tengo que ver a mamá para desayunar"

Me miró y asintió "¿Cuándo iras por tu ropa, la mía te queda estupenda pero necesitas traer lo que te pertenece?"

"Bueno si, la recogeré cuando tenga mi apartamento"

Frunció el ceño "Nina, ya te dije que no hay prisa"

"Mira, sé que me quieres aquí como esclava sexual, pero déjame decirte que estoy un poco agotada señor Zabalegui"

Me soltó de pronto y se sentó en la cama "Solo no quiero que gastes el poco dinero que tienes en un departamento"

"Sabes que no me puedo quedar aquí para siempre"

Asintió "Lo sé, solo quiero que tengas un trabajo antes de hacer una inversión así"

Sonreí y me acerque a sus labios, le di un beso casto "Que lindo eres, pero no te preocupes por mi tanto" me puse de pie, completamente desnuda, ya no me importaba andar como Dios me trajo al mundo delante de él "Me bañare"

Se puso de pie de inmediato "Me bañare contigo entonces"

Entrecerré los ojos "Sebastián, dame privacidad" caminaba hacía al baño cuando me alcanzó y me empujo hacía la pared "Eres un salvaje"

"¿Un rapidín?"

No pude evitar sonreí "No Sebastián, de verdad no tengo tiempo, y todos tus rapidines se vuelven eternos"

Me beso la frente y me restregó su erección sobre mi estomago "Entonces déjame meter solo la puntita"

No pude evitar carcajearme "Eres un corriente y un puerco"

"¿Sí?"

Cerré los ojos frustrada, porque no se rendía por nada "Dale pues, pero rápido o mamá va a matarme si llego tarde"

                                                                                                 *****

Entré al restaurante que mamá había elegido, sabía que sería algo muy elegante y me di una palmada por haber hecho compras en línea de algunas prendas. Cuando mamá me miró se puso de pie inmediatamente y abrió sus brazos para recibirme. Yo la abracé de inmediato y pude escuchar como sollozaba.

Dulce Ardiente Tentación [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora