Capítulo 4

110 10 1
                                    



Hacía demasiado calor ese día, así que las chicas y yo estábamos en mi recamara con el aire acondicionado encendido. Decidimos sentarnos en el piso, a un lado de la cama comiendo pizza y palomitas de maíz, mientras Martha no dejaba de hablarnos de las cochinadas que habían hecho ella y Diego en la fiesta de Israel el día anterior, yo ya les había contado un poco de lo que pasó con Aarón. Fingía poner atención, pero es que después de aquel beso que le había dado a Sebastián, no podía dejar de pensar en él. Ahora tenía una obsesión, no era solo un capricho, quería tener a Sebastián por una noche, quería que fuera solamente él quien tuviera la dicha de entrar en mí por primera vez. Ya no me importaba Aarón, quien no había parado de llamarme toda la mañana, no me importaban los chicos idiotas de mi grado. No, porque ahora quería a ese hombre experimentado, ahora quería conocer esa enorme parte de su cuerpo que oprimía mi vientre el sábado.

"¿Y no te da pena andar en cuatro patas y que él te vea así toda desnuda?" Sofía le preguntó a Martha y me sacaron de mis pensamientos.

"Claro que no, tenemos años teniendo relaciones, confiamos el uno al otro, conozco su cuerpo perfectamente y él el mío" volteo conmigo "Por cierto ¿Quién te llevo a tu casa? Digo todos supimos que mandaste a Aarón a la mierda y ya lo confirmaste, pero tú ibas con él"

"Mmm, pues, sucede que, me topé con Sebastián y decidió llevarme a casa, porque pues yo estaba un poco tomada"

Martha se quedó boquiabierta "¿Qué? Maldita perra...¿Qué hicieron?

"No hicimos nada ¿Qué te pasa?" le dije de repente y actué como si estuviera un poco ofendida.

"¿Cómo te lo topaste?" Sofía preguntó.

"Oigan, no tengo porque contarles todo"

"Pero siempre te contamos todo, anda, dinos maldita!!!" Martha me urgió, y sinceramente tendría que hablar con ella acerca de esos lindos apodos que tenía para mí.

"Bueno, entre con Aarón a una habitación, el no quiso hacer nada como de costumbre y yo me enoje, me confesó que había llevado una vida muy promiscua, o sea que todo el chisme que me contaste, es real Martha" ella abrió los ojos de par en par "Terminé con él, y mientras me seguía, subí al segundo piso y me escondí en la terraza, Sebastián entro porque quería fumar, le pedí un cigarrillo, le conté un poco de mi patética relación, o ex relación, y bueno, se dio cuenta que estaba tomada y necesitaba alguien que me llevara a casa y es todo"

"Ajá, ¿Solo eso pasó?" Martha estaba demasiado curiosa, y no entiendo porque pensaba que había pasado algo mas, tal vez yo era muy fácil de descifrar.

Suspiré y voltee a mi alrededor, no quería que mi mamá, Fernando o peor aún, mi papá escucharan lo que había ocurrido con Sebastián y la propuesta que me rechazó "Bueno, yo estaba, molesta, y también un poco triste, y luego él traía esa ropa deportiva que se le veía tan bien, olía una mezcla entre menta y su perfume y el cigarrillo, y...estaba tan cerca de mí que, lo bese"

Ambas pegaron un chillido de emoción y Sofía me abrazo "Nina....Besaste a un tipo mayor"

"Ay, no esta tan mayor"

Martha aplaudió "¿Y luego?"

"Pues, se separó, se molestó, me dijo que no podíamos besarnos, que éramos como de la familia, bla, bla, bla...entonces por alguna extraña razón, le propuse algo"

Dulce Ardiente Tentación [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora