Capítulo 35

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Me despertó mi enorme dolor de cabeza. Estaba bajo el edredón, tapada de pies a cabeza, tratando de descansar, aunque la verdad no había podido pegar el ojo en toda la noche, madrugada y ahora ya día.

Lo abandoné...tal vez fui un poco cruel, al abandonar la casa en la que estábamos en Argentina. Me pasé la mayor parte del viaje de regreso a México, imaginando su rostro y su desesperación al buscarme, me imaginé que tal vez pensaba que alguien me estaba haciendo daño y que me habían secuestrado. Y estuve a punto de regresarme a la puta orgía un par de veces, pero no lo hice, fui fuerte, porque ya no quería seguir haciendo esas pendejadas en mi vida.

Asomé mi cabeza empujando el edredón fuera de la cama, y el sol solo intensifico mi dolor de cabeza. Era lunes, medité sobre ir a trabajar, pero de cualquier forma había pedido el día, pues Sebastián y yo nos regresábamos ese día.

Tenía mi teléfono apagado, no quería ver mensajes o llamadas pérdidas, no quería que me explicara una y otra vez que su mundo, pervertido y sucio, era también mi mundo. Porque por mucho que yo lo había gozado, incluso consideré ser parte de esa élite, me di cuenta que yo quería ser una mujer normal, una mujer que algún día tuviera una familia, no una loca que se desangrara de vez en cuando, o una loca que cogiera con medio mundo.

Me puse de pie y camine hacia mi ventana, miré hacía la calle sin saber qué hacer, mi estomago rugió, señal de estar muriendo de hambre, y cerca de mi departamento había un lindo restaurant al cual podía ir, pero como mi cabeza no funcionada bien ese día, se me ocurrió mejor la brillante de idea de ir a desayunar a casa de mis papás. Así que me bañé, me vestí, y tomé mis llaves para poder tomar camino e irme con las personas que mas me juzgaban en esta vida.

"Nina, mi vida...que gusto verte" mamá me abrazó tan fuerte que juro que mi espalda tronó "¿Estás bien? ¿No trabajaste?"

"Estoy bien mamá, y no...pedí el día hace una semana"

"¿Porqué?" mi madre me miró confundida, y yo solo me encogí de hombros, no podía decirle el motivo por el cual había faltado.

"Bueno, es que, tenía un chequeo médico, todo bien por cierto"

Asintió "Bueno, pasa. ¿Ya desayunaste amor?"

"No"

"Muy bien, le pediré a Carmen que te haga tu desayuno favorito" se detuvo de nuevo y me abrazo por mi brazo "Mi niña, me da gusto que hayas venido por voluntad propia, yo te amo mucho y no tienes idea cuanto te extraño desde que decidiste irte a vivir sola"

"Mamá" suspiré "La verdad es que, yo también te extraño mucho"

Seguimos caminando hacía el comedor "Estas muy delgada mi amor"

"No...sabes que siempre hago ejercicio, y como normal, tal vez sea el trabajo"

"¿Y cómo vas? No te lo he dicho, pero me siento muy orgullosa de ti, incluso tu papá, aunque no lo creas, uno de sus colegas le dijo que te había visto trabajar, y que eras buenísima, y tu padre tenía una enorme sonrisa en el rostro"

"¿En serio?"

"Si...de verdad Nina, creo que tu padre por fin entendió que tu eres diferente"

"Mamá, soy totalmente normal, igual a millones de mujeres que estudian y trabajan"

Asintió y al llegar la mesa se detuvo en una de las sillas "No en nuestra sociedad"

Dulce Ardiente Tentación [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora