𝐈𝐈𝐈

5.9K 650 151
                                    

Bullicio acompañado de el sonido de cubiertos chocando contra los platos era lo único que se percibía en el restaurant.

Mantenía la mirada fija en su plato de bistec con papas fritas mientras intentaba evitar a toda costa mirar al hombre enfrente de ella, T/N no era tonta, sentía la intensa mirada sobre ella en algunas ocasiones. A su costado su marido hablaba con Sanemi sobre algunas cosas pero la verdad, no entendía absolutamente nada.

El timbre del celular del azabache interrumpió su conversación, limpio su boca con la servilleta de tela blanca y se levantó.

-Disculpen, vuelvo en un segundo. -dio media vuelta y comenzó a caminar a un lugar más apartado.

El corazón de la fémina comenzó a latir con fuerza, sintiendo la ansiedad subir por su cuerpo. Ahora estaban totalmente en soledad pero ninguno parecía que iniciaría una conversación. T/N tragó grueso y fijó su vista en el joven sonriendo levemente, habló.

-Y ¿Cómo has estado, Sanemi?

-Bien. -contesto arisco- y por lo visto, estas de maravilla.

Cerró los labios y bajó su mirada, entendía el porque de ese comentario, tomó el tenedor y comenzó a jugar con una de las papas antes de llevarla a su boca. Sanemi la observó con atención, apuñó los labios insultandose mentalmente, ella no tenía la culpa de nada pero no podía evitar sentir cierta incomodidad en su pecho.

-No sabía que te habías casado. -su voz se había oído tan desanimada que inmediatamente levanto la mirada; su ceño estaba fruncido, sus labios formaban una mueca mientras su mirada estaba fija en su plato de comida. Sintió una presión en su corazón al ver su gesto, parecía estar muy afectado, dejo a un lado el cubierto y asintió con la cabeza.

-Hace cuatro años que me case, ¿Que hay de tí, aún no has decidido dar el siguiente paso?

-Me comprometí hace dos años, pero no funcionó.

-Oh, entiendo. Lamento oir eso...

-Descuida, no importa.

Nuevamente el silencio reino en la mesa, la incomodidad crecía cada vez más. Exhaló una gran bocaranada de aire dejando sus manos apoyadas en su piernas.

-¿Cómo están tus hermanitos? -alzo la mirada al escucharla.- ¿Tus padres?

-Mis hermanos están bien, deben estar en la escuela. Mis padres se divorciaron -entre abrió los labios pero Sanemi levantó la mano, enseñándole la palma.- no me digas que lamentas oír eso, mi mamá esta mejor sin ese bastardo. -asintió con la cabeza.

-Entonces, me alegra que ella se encuentre bien, es una maravillosa persona.

Ambos se mantuvieron callados mirándose fijamente a los ojos. Parecía que todo a su alrededor no importaba, solo deseaban quedarse en esa posición un poco más de tiempo. De la nada Sanemi abrió los ojos sorprendido y se levantó abruptamente de su silla arreglando su saco.

-Ya debo irme, olvide que tenía un compromiso. Hasta luego. -tan rápido como se levantó se alejo de la mesa, dejando totalmente desconcertada a la T/C.

Abrió y cerró rápidamente sus labios, suspiró derrotada llevando un trozo de carne a su boca. Masticaba con desgano mirando a su alrededor, parejas tomadas de las mano, bebiendo champagne o compartiendo un postre podían encontrarse en varias mesas del lugar.

Sintió una mano apoyarse sobre su hombro miro por encima de este, encontrandose a su esposo.

-¿Y Sanemi? -preguntó extrañado.

-Se retiró, dijo que debía hacer algo importante, ¿Quien te llamaba?

-Era mi secretaria, surgió algo en la empresa. Tengo que irme ya la cuenta está paga y un taxi vendrá por tí, nos vemos. -se despidió con la mano antes de salir del lugar.

Cry for me | Sanemi ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora