𝐈𝐕

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-¿Te ayudo? -pregunto sentandose con cuidado sobre el sofá negro de la oficina.

Despegó la vista del monitor de su laptop y señaló una pequeña pila de carpetas amarillas y marrones repletas de papeles sobre la esquina del escritorio.

-¿Podrías buscar un documento con la fecha del 17 de Marzo? Por favor.

-¡Claro! -T/N se levantó de un salto y camino hacia la madera, tomando los documentos para comenzar a hojearlos.

Shinazugawa sonrió levemente negando con la cabeza y retomo su labor.

Varias semanas había pasado desde aquel día en que la había ayudado. La relación amistosa entre ambos jóvenes se fortaleció a tal punto que incluso lograron disculparse por algunas cosas pasadas, todas a excepción de una... Sanemi se había sentido incómodo con dicho recuerdo, incluso le causaba un mal sabor en la boca con tan solo pensar en ello.

Ambos miraron en la dirección de la puerta al percibir unos cuantos golpes invadir el silencio de la habitación. Una vez el peliblanco dió el permiso para que la persona del otro lado entrara, un par de ojos granate captó toda su atención.

-Me alegra ver qué se llevan bien. -saludo con calma caminando hacia el mesón.- ¿Tienes los papeles que te pedí, Shinazugawa?

El mencionado miro a la T/C, rápidamente termino de revisar los últimos documentos y alzo la hoja sonriente.

-¡Aqui está!

-Parece que hacen un buen equipo. -comento con burla, logrando que ambos arrugaran el entrecejo.

-La señora fue muy amable al ofrecerme su ayuda, no pude negarme. -contesto seriamente Sanemi, sin inmutarse.

-No me sorprende, mi mujer es tan caritativa... Por cierto, T/N. -miro a su esposa con desinterés.- no podré asistir a la cena de hoy, ya cancelé la reservación así que no te molestes en ir.

-¿Qué? ¿Cómo que no puedes asistir? -pregunto intentando mantener la calma, sin embargo la rabia consumía rápidamente su ser.

-Tengo trabajo. -respondió indiferente dando media vuelta, caminando hacia la salida.- se me hace tarde, adiós.

-¿Trabajo? ¡Hoy es nuestro quinto aniversario! ¡Hace meses hice las reservaciones en ese restaurant! ¡¿Acaso no te importa?!

Y no mentía, el restaurant era tan exclusivo que lograr cenar allí era un privilegio, la única forma en que consiguió una reservación fue gracias a Tengen. Aunque el peliblanco aún sentía cierto resentimiento por su hermano, decidido dejar su orgullo de lado para ayudarles a tener un íntimo momento como esposos.

-Da igual. -se encongio de hombros.- tengo cosas más importantes que hacer aquí en la empresa.

Eso fue el punto de quiebre.

-¡Uzui! ¡No te atrevas a darme la espalda!

Presa del enojo se apresuro en arremetió contra él, tomo su la muñeca con brusquedad incrustando sus uñas en su piel, rasguñandolo y dejando varias marcas rojas. Pero, dicha acción provocó una iría incontrolable en el azabache.

-¡¿Que crees que haces?! -Se soltó bruscamente del agarre y alzo la mano, estaba apunto de golpearla.

Sanemi se levantó abruptamente tirando la silla en el proceso, corrió hacia él pelinegro y justo cuando su palma estaba por impactar contra la mejilla de la joven, impidió el golpe con su antebrazo derecho mientras que con el izquierdo empujó a T/N a sus espaldas, pará resguardarla.

Sus pupilas violetas totalmente oscurecidas emitía un profundo odio, no toleraba a los infelices que agredían a una mujer. Uzui chasqueó la lengua irritado y se fue, azotando la puerta. Exhaló dejando que toda la presión de hace unos momentos abandonaran su cuerpo, miro por sobre su hombro observando como evitaba a toda costa llorar.

Cry for me | Sanemi ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora