𝐗𝐕

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El arrebol comenzaba a asomarse lentamente en el cielo, mientras el reloj marcaba las 04:15 de la tarde.

Ambos se encontraban sentados en los columpios, en total silencio viendo a las personas pasar de un lado a otro y a los niños jugar.

Sanemi miro por el rabillo del ojo a T/N, se veía muy callada, pero lo que realmente le preocupaba era el gesto de desgano que tenía plasmado en el rostro. Sin duda, algo estaba sucediendo.

Hizo una mueca y dirigió su mirada al frente, buscando las palabras correctas para dirigirse hacía ella.

—Así que... ¿Paso algo en particular?¿Quieres hablarlo?

La muchacha suspiró y dirigió la mirada hasta el contrario, sonriendo con cierta tristeza.

—La verdad, si han pasado unas cuantas cosas... —suspiró.— realmente no tengo idea de por donde comenzar.

El peliblanco sonrió y alzó una mano hasta dejarla sobre su cabeza, comenzando a sacudir sus cabellos, logrando robarle algunas risillas.

Vamos, sabes que puedes decirme lo que sea, amor. No te estreses tanto, solo dilo, te escucharé. —le ánimo.

T/N sonrió y asintió con la cabeza. Bajo la mirada un segundo intentando buscar el valor suficiente para lograr relatarte todo lo que le había atormentado durante el día.

Surgió algo con mis papás. —soltó con cierta tristeza, algo que para Sanemi no pasó por desapercibido.— estaban muy molestos porque me fue mal en el examen de química... me gritaron y dijeron muchas cosas hirientes, al principio no quise responder para no faltarles el respeto. Pero...

¿Pero? —repitió, esperando a que continuará con la historia.

La muchacha mordió el interior de su mejilla algo indecisa en seguir, pero sabía que no valía de nada ocultarle aquello.

Pero comenzaron a decir que era una idiota y buena para nada. —inmediatamente la cara de Sanemi se arrugó al escuchar aquella palabra.— dijeron que era una vergüenza para la familia y que se arrepentian de haberme tenido...

Estaba apunto de comentar que no importaba y que era algo normal, pero Sanemi la interrumpió.

Debes estar bromeando. —soltó, totalmente molesto.

La muchacha cerró la boca y abrió los ojos sorprendida por el comentario. Con algo de temor levantó la mirada hasta enfocar al joven.

Tenia varias venas macardas en los brazos, ¡Incluso en la frente! Estaba molesto, muy molesto.

Se reprendió asimima en sus pensamientos, ahora estaba asustada, no tenía idea de que podría estar pensando el peliblanco en estos momentos, pero seguro no era nada bueno. El arrepintimiento de haber contado aquello la golpeó. Al sentir sus ojos arder por culpa de las lágrimas, bajo la mirada nuevamente.

Sentía que la había regado y por si fuera poco de una manera tan fea que incluso Sanemi se había molestado.

Apretó los labios, intentando pensar en otra cosa sin embargo la voz del joven llamo su atención.

¿Porque permitiste que te llamaran de esa manera? —masculló.— se que son tus padres, pero carajo, ¿Eso les da derecho de tratarte de ese modo por algo tan estúpido como una calificación?

Negó con la cabeza y se encogió de hombros.—N-no lo sé.

El silencio reino entre ambos durante unos segundos, hasta que Sanemi preguntó;

Cry for me | Sanemi ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora