Rayos de sol

1K 70 12
                                    

En cuanto abrí los ojos comprobé si era cierto, si era verdad que habia regresado a mi hogar y estaba durmiendo en una mansión al lado del hombre de mi vida Chris Evans. No estaba soñando, lo comprobé cuando el perfume de las bellas rosas al lado de mi cama se intensificó con el ambiente soleado de la mañana.

-¿Sigo soñando verdad? - preguntó Chris con los ojos entreabiertos

-Depende... ¿Qué estás mirando?

-A un ángel castaño

-Entonces si sigues soñando- dije sonriendo mientras me sentaba en la cama

Al parecer los dos pensábamos lo mismo

-Pensé en traerte el desayuno pero despertaste antes, espera aquí, no tardo nada

-No es necesario Chris, quiero mover las piernas un poco, estar tanto tiempo sentada me recuerda un poco al hospital ya sabes...

-Ok si, en la cocina será

-Esta bien, déjame ayudarte, también me siento bien cuando lo hago ¿Ok?

-Esta bien

Ambos cocinamos el desayuno y reímos un poco ,casi como lo hacíamos antes, me gustaba sentir que había vuelto todo a la normalidad de vez en cuando, el olor del café preparándose en la mañana me hacia muy feliz, aun más cuando Chris se me acercaba por detrás y ponía sus manos en mis caderas mientras yo preparaba el pan tostado, si así serian todas mis mañanas por el resto de mi vida estaba segura de que sería feliz.

Despues de eso Chris salió a correr un rato, tenía que mantener su escultural cuerpo en forma, al principio lo ví por la ventana, se veía muy bien tan concentrado, se veía mejor a cada paso que daba, seguía sin creer que todo ese hombre era mío, que había elegido estar conmigo, de entre todas las posibilidades, yo , sonreí por eso un segundo y luego lo perdí de vista.

Giré la cabeza y la puerta de lo que sería el cuarto de Hazel estaba justo frente a mi, era como si la realidad me abofeteara en la cara, estaba dividida en el interior, una parte de mi quería abrirla para atormentarme creyendo que así lo iria superando, la otra parte no quería ni mirar tal vez así dejaria que se enterrara el sentimiento, mientras ese conflicto sucedía en mi cabeza yo me iba acercando poco a poco al picaporte e intenté girarlo para abrirlo, sin éxito, estaba cerrado con llave, di un par de intentos más con el mismo resultado.
Chris habló a mis espaldas, no pregunto lo que estaba intentando pues era evidente, solo me habló queriendo obviar lo que estaba haciendo, en un intento de distraerme, yo tampoco quise enfrascarme en preguntarle por qué lo había hecho, por qué había cerrado la habitación con llave, después de todo también el había sufrido y se había quedado aquí, solo, y yo no queria juzgar sus decisiones.

-Pensé que seria buena idea tomar una tarde fuera, ya sabes salir un poco de aquí

-¿Si? ¿Y que se te ocurre?

-Mmm no lo sé, son Los Angeles, tenemos muchas opciones- dijo aun agitado tomando un vaso de agua y bebiendo su contenido, se veía muy sensual en ese estado, bueno... aun más sensual

-Suena bien, pero ¿Qué hay de los paparazzis?

-No quiero exponerte pero tampoco estaremos escondiendonos siempre, solo seamos cuidadosos, conozco un lugar al que podamos ir, es algo perfecto para relajarnos

-¿Cuál es?

-Se me ocurre que podemos ir a la playa, dicen que el agua salada lo cura todo

-Chris... no creo estar lista para ir a la playa

-¿Segura? Te vi correr el otro día además yo creí que ir a la playa podía ser más relajante que agotador, pero como tu decidas, podemos quedarnos aquí si tu quieres, ver otra película

The baby bumpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora