El regalo

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Se quedó pasmado viendo por unos segundos el interior de la caja de regalo. Lo dejo en la mesa de centro, se froto la cara con las manos unos segundos y se levantó.
Yo no entendía nada de lo que estaba pasando, sinceramente era la reacción contraria que esperaba de su parte, me quedé pensativa por instantes, varias cosas pasaban por mi mente pero ninguna tenía sentido.
En el interior de aquella caja se encontraba la prueba de embarazo positiva que me había realizado ese mismo día por la mañana, había estado conteniendo la emoción todo el día para hacer este momento más especial, pero la manera en la que él reaccionó me fue inesperada, tenia ganas de contárselo a todo el mundo pero quería que él fuera el primero en saberlo y pensé que sería lindo anunciárselo de este modo, al final creía que sería un buen regalo pero tal perece ser que me equivoqué.
Me levante para ir donde estaba él, se encontraba mirando a través de la ventana, le toque suavemente el hombro, realmente quería saber lo que estaba pasando.
-Chris... perdón, tal vez debí decírtelo de otra manera sin tanto espectáculo
-No,no es eso, no te disculpes, todo esto es mi culpa-Dijo frotándose nuevamente el rostro, sabía que ese gesto lo hacía cuando estaba preocupado por algo
-¿De que hablas?
-Claire...agggg... hay algo que no te había dicho, en ese momento habría sido demasiado que procesar y desde entonces no he tenido la fortaleza suficiente para decírtelo
-Chris, me estás asustando
-El día del accidente estabas realmente grave, el bebé ya había fallecido y tu te debatias entre la vida y la muerte, hicieron lo posible para intentar salvarlos a ambos y la doctora me dijo que debido a eso sería muy complicado que pudieras embarazarte de nuevo
-Con más razón deberías de estar feliz, logramos romper los pronósticos, como siempre lo hacemos, tendremos un bebé Chris
- No fue lo único que me dijo, me dijo que sería muy peligroso para ti llevar otro embarazo, puedes morir en el intento y que de todas maneras sería casi imposible que llegara a término, pero esto es mi culpa, debí operarme desde ese día- dijo apretando los dientes
-Basta Chris, no es tu culpa y nos hemos cuidado, lo qué pasó fue culpa de ambos, un descuido, y no me interesa ningún diagnóstico médico, imagínalo simplemente lo hermoso que sería
-No no puedo imaginarte pasando por lo mismo, no puedo perderte, no importa si no tenemos hijos o si terminamos adoptando, Claire entiende que eres lo más importante para mi y no quiero que te arriesgues por mi culpa
-Bueno pues te quitaré un peso de encima haciéndote saber que no solo es por ti, yo también quería esto desde hace mucho
-Claire
-Es mi cuerpo y yo decido sobre él
-Lo sé pero no quiero que te arriesgues, la doctora me explicó que no hay manera de ganar en esto
-Pues no sé si te haz dado cuenta pero yo siempre ganó Christopher Evans- dije ya enojada, dí media vuelta y con marcha furiosa me dirigí hacia la habitación, en donde no pude contener más el llanto, sabía que lo hacía por protegerme, que no me había dicho nada para no herirme pero todo el momento había sido opacado por esta nube gris de sentimientos ¿Y que si tenía razón? Estaba al borde de la locura el pensar que una vez más no tenía idea de que tenía que hacer o como sentirme. Llegó a la habitación y prendió la luz ambiental, yo ya estaba quedándome medio dormida entre lágrimas cuando sentí su cuerpo pegándose al mio, y su masculino brazo sobre mi, me reconfortaba demasiado, me dio un beso en la mejilla y yo fingí estar dormida. No tenía más ganas de discutir ese día.
A la mañana siguiente nos dirigimos con el doctor, yo iba como una niña a la que acababan de regañar, con los brazos cruzados y mirando hacia la ventana, al llegar me llené de todo tipo de recuerdos en el hospital, en realidad cualquier consultorio médico me daría el mismo pánico así que tomé su mano para tomar fuerzas y el entrelazo sus dedos con los míos, lo que me hizo sentir mucho mejor.
Después de un duro regaño por parte de la doctora, me reviso y confirmó lo que ya ambos sabíamos, dijo que él no veía nada raro pero que tenia que ser en extremo cuidadosa y también venir con bastante más frecuencia a chequeos de rutina. Ambos le agradecimos y nos retirarnos, no sin antes llevarnos un escarmiento adicional.
A Chris se le veía mucho más tranquilo pero no del todo y lo comprendía, yo no dejaba de soltar lágrimas, me abrazo y se disculpó por la actitud que había tenido aunque no mejoró en las semanas posteriores.

The baby bumpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora