Oleaje

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23.

Es sobre la naturaleza con la que tu sonrisa me mantiene respirando, sobre el viento que golpea tus manos cuando sales a respirar, sobre tu blusa de poliéster que recoge el sudor de tu miedo.

Te necesito aquí, hay un oleaje inmenso en frente de ti a punto de tocar tus pies pero no puedes correr porque llevo horas gritando tu nombre. El color del cielo es tan morado como el alveolo que llevas en el cuello y parece que las nubes retrasan el paso del tiempo, cada vez más lento, cada vez más cerca de ti.

Desde hace algunos pasos que empiezo a reconocer el olor de tu hogar, el olor de tus gatos y de tu espalda empapada, hay notas diferentes, notas de sabiduría y de hallazgo.
Tu maquillaje se escurrió cuando te acordaste de la posición de las nubes pero seguías sin voltear, la tormenta era abrasiva corriendo con grandes intenciones de lastimar tus suaves hombros.

La arena no me deja correr más rápido, la estela que has dejado es resbaladiza pero me sabe a cielo porque la han tocado tus rodillas.

Para este momento, las ecuaciones se han convertido en placeres: el cielo combina con tus ojos, la espuma del mar está fría como tus piernas, la brisa me acaricia el rostro como tu pelo, la noche me atrapa como tus besos.

No cierres los ojos porque no me voy a resistir, no sigas caminando porque no voy a parar, no voltees porque te perderás.
La noche solamente es un color pero la sentiste real, tus mejillas se envuelven de arena cuando he llegado. Las nubes siguen atravesando las estrellas y el oleaje te sigue buscando.

Te necesito aquí, a un lado de mí.

No te dejaré aquí, lavaré tu cuerpo para que respires, secaré tu pelo para que puedas seguir corriendo, besaré tus ojos para que no olvides mi aliento y amarraré mi amor a tus caderas. Te maquillé de nuevo, bebiste de mi Luna y te aprovechaste de mi combustible.

El sol volvió a salir y sigo necesitándote aquí. De pronto algo me jaló del pecho, eres tú desnuda enfrente del espejo, era tu risa que volteaba hacía los rayos amarillos, el ruido blanco y la danza de tus poros abiertos.

Te necesito aquí, a un lado de mí, dime dónde sientes frío y te haré una fogata, dime dónde duele y prepararé mis labios para besarte, dime dónde punza y dormiré tus nervios, dime dónde estás y seguiré caminando, hasta que vuelvas a reposar tu frente sobre la arena, repetir mi vida hasta que ardas en mi amor.
Sigue corriendo mientras yo camino atrás de ti, no voltees.

El sol te sigue alumbrando, el oleaje es cada vez más cristalino, cada noche te voy a amar y cada día te voy a amar. Por el día te amo y por la noche te amo. La diferencia es que te necesito aquí desde hace unos minutos, en este lugar donde los minutos son infinitos.

Es sobre la naturaleza con la que me haces sentir enamorado, sin mirar tus pestañas sigo sonámbulo esperando encontrar tu lunar.

Es sobre tu poder y lo hermosa que eres, naturaleza, naturalmente bonita.

Es sobre ti.

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