36. "Digno de saga"

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En multimedia tenéis la canción que tenía de fondo mientras escribía... Lo digo por si la queréis mientras leéis. La verdad es que en este capítulo no considero que la música sea necesaria. El silencio es un acompañamiento suficiente y agradable. Aun así, si queréis escuchar algo, ponéos la canción de multimedia. Es preciosa.

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Shannon’s POV

La única razón por la que me levanté de la cama esa mañana fue porque teníamos que abandonar la cabaña y volver a la civilización. Además, Olive me había avisado de que, cuando volviera, tendría que pregrabar un par de actuaciones si quería estar libre en Nochevieja. Y quería estarlo.

Me arrastré fuera de la cama de mala gana, arrastrando los brazos mientras me alejaba del calor de la colcha y la comodidad de Harry. Él me había envuelto mientras dormíamos, un brazo colándose bajo mi cuerpo y una pierna enredada con las mías. Era algo bastante agradable.

La ducha fue algo visto no visto, el agua caliente y la luz proviniente de las velas llevándome a un estado semiinconsciente de nuevo hasta que me desperté de golpe, tropezando mientras salía en busca de una toalla.

Quité el vapor del espejo con la toalla, mirándome por primera vez en dos días y cogí mi cepillo, preparada para desenredarme el pelo, cuando mi todavía borroso reflejo me hizo parar de golpe. Me incliné hacia delante un segundo, acabando de limpiar el vapor mientras me concentraba en las líneas difusas de mi cuello.

-Te voy a cortar en pedazos. – Siseé a Harry momentos después, volviendo hacia la cama pisando fuerte y fulminándolo con la mirada.

-¿Hmmm? – Canturreó él, sus ojos abriéndose lentamente. Verlo levantarse era adorable, pero su atractiva, medio dormida cara iba a tener que esperar porque lo iba a despellejar vivo. Destriparlo hasta que no fuera nada más que la cáscara vacía de un hombre.

-Te voy a partir el cuello. – Le informé con una expresión en blanco, dirigiéndole una expresión retadora mientras veía como sus ojos se abrían de golpe y se sentaba lentamente.

-¿Qué he hecho? – Murmuró, restregándose los ojos.

Cuando conocí a Harry, siempre hubo un punto de curiosidad de cómo sería en la cama. La primera vez que habíamos estado juntos no me había permitido pensar en nada, sin embargo, esta vez sí me había fijado en muchos detalles. En muchas cosas, era exactamente como había imaginado (atento, experimentado y sexy). Sabía lo que hacía, obviamente, pero nunca era algo incómodo. Pero, al mismo tiempo, Harry podía sorprender en muchas cosas. Era bastante “vocal”, más vocal que nadie con quien hubiera estado antes, y me había sorprendido deleitándome en ese gruñido sin aliento que dejaba escapar antes de alcanzar su clímax, y a él parecía gustarle especialmente poner sus labios sobre mi persona. Mi cuello, mi mandíbula, mi clavícula, mis pechos – Sus labios y sus dientes y su lengua, si no estaban conectados con los míos, estaban cubriendo alguna parte de mi cuerpo. Disfrutaba  la manera en la que él parecía absorto por mi piel, prestando atención a puntos a los que yo ni había mirado antes, como la parte de debajo de mis pechos o el suave área debajo de mi ombligo.

Lo que, seguramente, había provocado la situación en la que me hallaba actualmente.

Tenía un puñado de marcas que iban por mi mandíbula, esparcidas por mi pecho y todo el recorrido hasta mi hueso de la cadera. Las más claras de un rosa oscuro, las peores en el borde de ser un violeta oscuro. Dolían cuando apretaba los dedos contra la piel.

-¿Te has divertido intentando hacer arte abstracto con mi cuerpo? – Hice un gesto irritada.

-Oh. – Harry no parecía arrepentido en lo más mínimo, como me hubiera gustado, más bien al contrario, sus ojos brillaron. – Sí. Eso.

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