Suck It

15. "De perlas"

Sigo animando encarecidamente a que comentéis a medida que leéis. ;)

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Me desperté y tardé unos segundos en acordarme dónde estaba. En casa de la familia de Harry.

Me notaba la garganta ardiendo, de haberme tirado toda la noche tosiendo. Los antibióticos parecían hacer poco a poco efecto, así que, al menos, ya no tenía fiebre ni me dolían los oídos.

Salí de la habitación poniéndome una sudadera por encima del pijama. El clima era frío. Hay que ver lo rápido que te acostumbrabas al sol y al calor.

Bajé las escaleras sin hacer ruido, por si alguien seguía durmiendo. No había mirado la hora, pero el sol se colaba por las ventanas de la casa, indicando que era tarde. Me peiné como pude con los dedos.

Escuché voces que venían de la cocina.

-¿Cómo va todo?

-Bien, bien... Ya os dejé escuchar el nuevo disco. La semana que viene se sube el vídeo del primer single. Y, dos semanas después, el álbum entero.

-¿Y vida personal? - Hubo una pausa en la que supuse que Harry hizo algún gesto. - ¿Shannon?

-Es... Complicado. Digamos que hay mucho por hacer en ese campo.

-Pero t---

No pude seguir escuchando porque notaba se acercaba otro. Sí, eso. Corrí rápido a la escalera para que no me pillaran escuchándolos a escondidas. Justo cuando llegué al primer escalón, la picazón de la garganta se hizo imposible de aguantar. Exploté en un ataque de tos de los más violentos. Notaba cómo se me cerraba la faringe, impidiendo la entrada de aire. Necesitaba el inhalador y el antibiótico.

Harry y Anne llegaron a mi lado y Anne se agachó junto a mí, evaluando la situación. Mi respiración sonaba estrangulada, sin dejar de toser.

-¿Tienes algún inhalador?

-N...ece...ser... - Conseguí articular. Anne le lanzó una mirada significativa a su hijo y este voló escaleras arriba, volviendo minutos después con mi inhalador y una cara asustada.

Cogí el inhalador y cogí un par de caladas lentamente, intentando normalizar la respiración.

-¿Mejor? - Preguntó Anne, que me frotaba la espalda. Asentí, todavía demasiado doloroso como para intentar hablar. - Voy a prepararte un té caliente para suavizar la garganta. ¿Con leche? - Volví a asentir. - Harry me comentó que tenías un antibiótico para tomar, así que tenemos cereales y tostadas, deberías comer algo para poder tomártelo.

Anne se levantó y fue hacia la cocina. Yo también me puse en pie, dirigiendo una mirada de mala leche a Harry antes de subir la escalera. Había que dejarle claro ante todo que seguía cabreada con él.

Busqué la caja de medicinas y volví a bajar, yendo directamente a la cocina. Anne me tendió una taza y me dio un par de tostadas con mantequilla antes de anunciar que se iba a la ducha. Harry no estaba a la vista. Miré las tostadas resignada, sabiendo lo mucho que me costaba tragar cualquier alimento. Pero necesitaba comer. Además, estaba de invitada y me estaban cuidando, no podía quejarme de nada.

Harry entró en la cocina cuando me acababa la taza de té a sorbitos. El líquido caliente había aliviado el dolor de garganta.

-¿Cómo te encuentras?

-De perlas. - Rezongué.

-Sé que sigues cabreada conmigo, pero... Quiero que me perdones. – Empezó casi tímidamente. – No puedo estar así contigo. Y de esta manera, no puedes escapar. Podrás fingir que no me escuchas, pero sé que algo escucharás y ese algo, será mucho más de lo que conseguiría de cualquier otra manera y, por lo tanto, suficiente. Fui un imbécil y lo que hice fue totalmente injusto para ti, pero quiero redimirme y estar bien contigo.