28. "Podremos con esto"

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-Me tengo que ir en una hora. – Murmuró Harry. Asentí distraídamente, más pendiente de la partida que de él.

Estábamos jugando al Scrabble. Oh, sí. Todo glamour. Miré mis fichas, la mayoría vocales y otra vez al tablero. Esto no era justo de ninguna manera.

-"Oasis" y "si". – Dije colocando las letras. – Cinco puntos de Oasis y dos de sí.

Resoplé. Harry me estaba metiendo una paliza épica y yo solo podía sentarme y mirar cómo me aparecían una tras otra todas las fichas de un solo punto. ¿Cómo se suponía que iba a ganar así?

-Ni siquiera me has escuchado, ¿verdad? – Harry negó con la cabeza. – Voy a acabar yendo a hablar con mis fans. Estoy seguro de que me escucharan más. – Dijo sonriendo levemente. Se quedó pensando su jugada, con una expresión concentrada en el rostro. Una arruga se le formaba en la frente mientras sus cejas se arqueaban, dibujando casi una v. – Zarrapastroso. Acabo con todas mis fichas y... Gano la partida.

Sonrió triunfante mientras yo lo fulminaba con la mirada. Claro, él podía aprovechar las vocales del tablero porque tenía consonantes. Qué injusto todo.

Hizo un gesto triunfante, enseñándome su pose de superhombre y besándose los músculos. Puse los ojos en blanco. Se estiró hacia atrás en la silla, acabándose el resto de cerveza que le quedaba.

-¿Dónde está mi premio?

-Uhm... Lo tendrá alguna de tus fans... Casi mejor que te vayas a buscar alguna y estoy segurísima que te querrá recompensar de todas las maneras posibles. – Dije, picada. No era de buen perder.

-Oooh, creo que a alguien le molesta algo... ¿Podría ser? Huele raro aquí... Huele a... Tufillo de perdedora...

-¡Vete al infierno, ricitos! – Dije levantándome de la silla y escuchando sus carcajadas.

Fui hacia el pequeño fregadero y eché el contenido de cerveza que quedaba en mi botella y tirando ambas al contenedor después.

Sentí sus brazos rodearme la cintura antes de notar su aliento en el cuello.

-¿Me acompañarías, diablesa? – Me mordisqueó ligeramente el cuello y yo me sentí desfallecer entre sus brazos. Harry estaba cumpliendo con su palabra de ir a un ritmo lento y no tocarme más de lo necesario demasiado bien. Una chica tenía sus necesidades. Más, cuando había probado las habilidades amatorias de Harry Styles. Y más cuando, solo esa mañana, lo había visto dos veces ya sin camiseta. Completa y absolutamente frustrante. Estaba convencida de que lo hacía aposta.

-¿Al infierno? Nah, demasiado calor. Yo soy una persona más de frío. – Noté su risa retumbar contra mi espalda. – Bueno, ¿qué quieres hacer ahora? Nos queda una hora. – Él me miró sorprendido de que le hubiese escuchado. – Soy mujer, Harry. Puedo hacer varias cosas a la vez.

-Pues... Creo que te quiero besar.

-Yo quiero helado. ¿Tú quieres helado? – Pasé de él, yendo hacia el refrigerador mientras reía interiormente.

-No me hagas eso. Hace más de dos horas que no te he besado porque no conseguías ganarme al Scrabble. Estoy desesperado y me merezco mi premio.

Me giré hacia él, con la cuchara del helado entre los labios. Acabé de lamerla, totalmente consciente de lo que estaba haciendo y me di golpecitos con ella en el labio inferior, como meditándolo. Pero antes de que dijera nada, Harry ya estaba besándome.

-Sabes a pastel de queso. Me encanta. – Dijo.

-Está bueno, ¿verdad? – Me subí ligeramente los leggins que llevaba, notando que se me caían. Creo que me los habían dado un poco más grandes de la cuenta. Y encima, con toda la presión del Tour, había adelgazado.

Suck ItDonde viven las historias. Descúbrelo ahora