¿Qué haces cuando encuentras a un desconocido en tu propiedad? Lo echas a la calle dándole antes unos merecidos golpes, llamas a la policía, te justificas por el acto, alegas allanamiento de propiedad privada o algo así. Pero este caso era muy especial ¿Qué haces cuando encuentras a una mujer mojada en tu cama, inconsciente y vestida como si hubiera sido sacada de una película inglesa ambientada del siglo 18? Tuvo la tentación de tomar su teléfono para llamar a seguridad o a la policía, pero el temor de que esa mujer cargara algún tipo de arma era más fuerte ¿Qué tal si era una de esas fanáticas desquiciadas que recurren a actos extremos para demostrar su "Amor"? Encendió todas las luces de la habitación y armándose de valor caminó a su cama, se inclinó hacia adelante y sostuvo a esa mujer de los hombros para remecerla con furia.
Yelena: ¡¿Qué mierda haces en mi habitación?! –No iba a tolerar que una extraña estuviera en su departamento, no iba a permitir que alguien le hiciera daño, ni que se metiera en sus cosas llevada por un fanatismo excesivo- ¡Despierta borracha!
La morena escucho unos murmullos, algo desde muy lejos la estaba llamando y no sabía que era exactamente. Estaba cobrando la consciencia poco a poco, a medida que volvía de un lugar muy oscuro no sabía dónde y cómo estaba, pero pronto los recuerdos iban a apareciendo en su cabeza ¿No había muerto ahogada en la fuente de agua? ¿No había aplastado su cuerpo contra el mármol cuando cayó desde el tercer piso? Sintió muchas náuseas, un dolor de cabeza iba tomando la posesión de su cuerpo y se iba expandiendo por sus brazos y piernas. No estaba muerta, no, por algún milagro de Dios había sobrevivido, pero tendría que lidiar con algo muy fuerte al despertar. Edward Dickinson, su padrastro. Recordar lo que había pasado la hizo despertar definitivamente, no quería regresar, no quería que, una vez más, tocara su cuerpo de esa manera y lograra definitivamente abusar de ella ¡Era su padre! Adoptivo, pero padre al fin y al cabo. "¡Despierta, mierda!" –El grito de una mujer le llegó al oído de forma tan repentina que reaccionó y le prestó atención a su alrededor.
Kate: Pero qué... –gimió sin entender que estaba pasando. Mas, no tuvo tiempo en hacer reparos en los detalles porque la presión en sus brazos la hizo consciente de que no estaba sola y que alguien más la acompañaba, no, alguien la estaba violentando de forma verbal. Alzó los ojos y pudo ver en persona la furia en otros bastante verdes- ¿Quién es usted? –susurró.
Yelena: ¡¿Me preguntas quién soy yo?! ¿Haces de cuenta que no me conoces cuando estás en mi habitación y en mi departamento? Me pregunto cómo jodidos lograste entrar. -La mujer que la tenía "prisionera" había hablado tan fuerte y rápido que apenas pudo entenderle ¿Estaba hablando inglés? De pronto el pánico se hizo presente ¡Estaba en manos de una desconocida!
Kate: ¡¿Quién es usted?! –la miró de pies a cabeza, sus ropas eran muy extrañas, el material era diferente. Un nudo tomó posesión de su garganta, era el miedo- Libéreme por favor, si desea dinero por mi rescate mi familia puede dárselo –tragó saliva- le ruego me libere, soy una Dickinson.
Yelena la miró de pies a cabeza con los ojos entrecerrados ¿Pero qué clase de mujer loca había entrado a su casa? Asustada la empujó contra el suelo, quería ver si encima de su cama había un arma, revisó debajo de las sábanas, bajo las tablas y entre las almohadas, pero no había cosa alguna que pudiera dañarla. "Envenenó mi comida", aquella idea pasó por su cabeza y casi corrió al baño para vomitar la cerveza que se había bebido, por supuesto que no lo hizo para no perder de vista a la muchacha y permitir de alguna forma que escapara.
Yelena: -se dio vuelta para apuntarla con el dedo, la mujer en el suelo miraba a su alrededor con la boca abierta y los ojos tan abiertos que podían desorbitarse- Tú, te irás de mi departamento, –la tomó del brazo con tanta fuerza que la levantó de una sola vez- como no tienes un arma no llamaré a la policía, pero de aquí te vas. –Salió del departamento y con ella entró al ascensor, el corazón dentro de su pecho latía con potencia. Quería verse fuerte, pero no era mentira si decía que tenía miedo porque así era, nunca nadie entró a "robar" o a "espirarla" al lugar que consideraba su propio mundo. La muchacha a su lado temblaba de pies a cabeza, estaba descalza, empapada y vestida tan burdamente que tuvo deseos de reír- Espero aprendas a nunca entrar a una propiedad privada ¿Te escapaste de un sanatorio? –Pero ella era incapaz de hablar porque estaba realmente en shock con todo lo que veía y sentía. No le entendía del todo a la mujer a su lado.
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Entre el amor y el tiempo | Kate & Yelena
Romance1683 Kate Dickinson, Hija de el segundo duque de Devonshine Edward Dickinson, un respetado ombre que abusaba de su hija en la oscuridad de su casa hasta que esta desaparece sin dejar rastro. 2014 Yelena Belova modelo codiciada, egocé...